Teruel es tierra de dinosaurios. Así lo demuestran los más de 50 yacimientos que albergan los restos fósiles de estos animales milenarios en la provincia aragonesa. Pero para Luis Alcalá, director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis aún queda mucho por excavar. Uno de sus últimos trabajos, que se publica en el próximo número de la revista Estudios Geológicos, aporta nuevas claves sobre el dinosaurio carnívoro al que pudo pertenecer el diente de casi 10 cm hallado en Riodeva.
Todavía queda un mes para que terminen las excavaciones de este año, ¿qué esperáis encontrar?
Los huesos más relevantes del dinosaurio gigante Turiasaurus riodevensis que nos faltan son el cráneo, un fémur y vértebras de la cola. Nos gustaría completar los restos del estegosaurio y los del nuevo dinosaurio que ha aparecido a comienzos de la excavación, por ejemplo, una mandíbula con dientes para poderlo clasificar mucho mejor. Quedan pendientes también los fósiles del dinosaurio carnívoro de gran tamaño que debió de estar aquí. Aunque hayamos encontrado muchos restos, los individuos a los que pertenecen son sólo cuatro o cinco. Nos gustaría encontrar más restos, de 10 ó 12 dinosaurios por ejemplo, para reconstruir mejor el ecosistema de la época.
¿Cómo se reconstruyen esos paisajes?
Conocemos muy bien la geología de la zona y los medios sedimentarios. A la hora de hacer una reconstrucción, el público es a veces escéptico cuando reconstruimos unos paisajes, un ambiente, animales y plantas, a partir de huesos o restos fragmentarios. Muchas veces piensan que los paleontólogos tenemos mucha imaginación, pero la mayor parte de lo que vemos en esos dibujos o reconstrucciones está fundamentado. Si por ejemplo había un cauce fluvial, tiene que estar justificado por la geología. Si dibujamos un cocodrilo, tenemos que haber encontrado los restos de este animal, y si dibujamos dinosaurios de unas determinadas características, es porque hemos encontrado los fósiles.
¿Cuáles eran las condiciones geológicas para que los huesos de los dinosaurios se fosilizaran?
En Teruel hay sedimentos y rocas de la época en la que vivieron los dinosaurios que se depositaron en momentos en los que esa parte de la provincia era continental. Como los dinosaurios eran animales terrestres, el requisito esencial es tener rocas terrestres con fósiles del periodo en el que éstos vivieron. Esto se cumple en varias zonas de la provincia de Teruel, en especial en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico y en el Cretácico inferior. En ese periodo de tiempo prolongado había también sedimentos que han permitido la fosilización de los restos. Además, la provincia tiene un relieve bastante abrupto, con muchas montañas y valles y poca vegetación, por lo que accedemos visualmente a los sedimentos de distintas edades geológicas y es fácil encontrar fósiles.
A los dinosaurios les gustaba la provincia de Teruel, ¿cómo era hace millones de años?
En aquel momento, todas las sierras de Javalambre, de Gúdar, Albarracín, entre otras, no existían como tales y estas zonas tenían el mar mucho más cerca. En algunos momentos, el mar llegó a atravesar toda la península hasta lo que en la actualidad es el Mar Cantábrico. En el Surco de Soria (de Valencia, a Teruel, pasando por Soria hasta el Cantábrico) funcionaba, durante algunos periodos, un gran canal a través del cual se comunicaba el Mar de Tethys (germen del actual Mediterráneo) con el Océano Atlántico. Ese corredor en ocasiones se comunicaba y en otras sólo era un golfo que se cortaba hacia la mitad de la península. En la zona en la que vivían los dinosaurios que encontramos ahora, la línea de costa estaba mucho más cerca, el relieve era mucho más plano (parecido a las marismas), había ríos que desembocaban en ese mar, la vegetación era muy abundante y de tipo tropical, el clima mucho más cálido, etc. Una vez muertos, los huesos de los dinosaurios quedaban atrapados en los fangos y arenas aportados por las avenidas de los ríos, donde pudieron fosilizar al quedar cubiertos por sedimentos.
¿Qué se hace con los fósiles que encontráis?
Se llevan al laboratorio donde se preparan para su estudio o exposición. En el caso del dinosaurio gigante de Riodeva se puso en exposición incluso antes de estudiarlo. Si algunos huesos no tienen prioridad de exposición o investigación se documentan en la base de datos correspondiente y una vez almacenados, esperan su turno. La política que tenemos es: excavar todo lo que se pueda para tener una reserva de fósiles para exposiciones e investigación de cara al futuro, aunque no somos capaces de investigar y publicar todo lo que encontramos. Si en algún momento no encontráramos fósiles en las excavaciones, tendríamos una colección para seguir estudiando durante algunos años. Es una medida de prevención, además el laboratorio es el lugar de destino para investigadores de otros centros porque tenemos fósiles inéditos.
¿Cómo es la colaboración con otros científicos españoles y extranjeros?
La masa crítica de paleontólogos que trabajan en la Fundación nos permite hacer trabajos por nosotros mismos y establecer cooperaciones con otros grupos. Normalmente vienen personas de otras universidades o museos, y a su vez nosotros vamos a visitarles. Tenemos una excelente relación que se ha intensificado recientemente porque hemos coordinado el expediente que se ha presentado a la UNESCO para la posible inclusión de las pisadas de dinosaurios (icnitas) de la Península Ibérica en la lista de Patrimonio Mundial. El Gobierno de España presentó el expediente, en el que también participa el Gobierno de Portugal, preparado a través del Ministerio de Cultura y de seis Comunidades Autónomas, en enero de 2009
¿En qué consiste este expediente?
Para realizar el informe hemos colaborado con investigadores de toda España y Portugal, y en él hemos tenido que justificar la singularidad del bien a nivel mundial, compararlo con otros lugares del mundo, establecer la historia que cuentan los yacimientos, darle un contexto científico, presentar los planes de conservación y gestión, etc. Hemos valorado más de 200 yacimientos de la Península Ibérica de acuerdo a su interés científico, cultural, didáctico… En el dossier justificamos por qué las pisadas de dinosaurios son tan singulares. Conoceremos los resultados de la evaluación de la UNESCO en mayo de 2010.
¿Y cuál es la importancia de estas pisadas en un país como España?
En la época en la que se han registrado icnitas de dinosaurios, entre el Jurásico medio y el Cretácico terminal (hace entre unos 170 y 65 millones de años), la Península Ibérica era el centro del planeta. En el proceso durante el cual las masas continentales pasan de estar unidas (en un solo continente llamado Pangea) a fragmentarse y expandirse, la Península Ibérica es la zona de comunicación entre Europa y América, el hemisferio norte y África. Ocupa un punto singular. De ese periodo, España cuenta con un registro de pisadas de dinosaurios que nos permite conocer su evolución, la variación de sus tipos a lo largo del tiempo, y determinar tres zonas temporales y espaciales que caracterizan la evolución de los dinosaurios: Jurásico medio y superior, llamado la Costa de los dinosaurios (yacimientos de Portugal y Asturias); Cretácico inferior conocido como el Surco de Soria (yacimientos de La Rioja, Castilla-y-León, Aragón, y Valencia); y Cretácico superior que es el fin de los dinosaurios (yacimientos del Pirineo catalán). En otros sitios del mundo hay yacimientos de pisadas de dinosaurios incluso más importantes que los de España pero sólo muestran un momento concreto de su historia. Aquí se muestra casi toda su evolución.
¿Entonces España no es comparable a nivel paleontológico a ningún otro lugar del mundo?
Cada uno hace valer su singularidad. Pero en ningún otro sitio del mundo como la Península Ibérica tienes un registro continuo de 100 millones de años de pisadas de dinosaurio en sus yacimientos. Para la candidatura española de la UNESCO hemos hecho especial hincapié en que estas huellas cuentan una historia geológica, y en ese sentido no tiene rival.
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TERUEL Y LOS DINOSAURIOS
Desde que en junio de 2001 se inauguró el centro didáctico Dinópolis, un millón y medio de personas lo han visitado. Una cifra que contrasta con la densidad de población de la provincia de Teruel que es de unos 140.000 habitantes. El binomio dinosaurios-Teruel dio sus frutos como “elemento turístico con un hecho diferencial” creado por el Gobierno de Aragón. No hay duda de que los dinosaurios atraen, y mucho. Según Luis Alcalá, el director de cine Steven Spielberg y películas como Parque Jurásico son en parte responsables: el estadounidense aprovechó el tirón popular de los dinosaurios y “amplificó la ‘dinomanía’ de EE UU al resto del mundo”.
Pero en torno a Dinópolis y a los dinosaurios se organizan en Teruel multitud de actividades para escolares, profesores y sociedad en general, además de la celebración del Premio Internacional de Paleontología y el Día de la Geología. Los propios paleontólogos publican desde hace seis años una página semanal de Paleontología en la prensa local. “Todo esto hace que la implicación de la sociedad y el conocimiento de esta ciencia en Teruel estén muy por encima de la media nacional. Aquí la gente sabe mucho más de Paleontología porque la tiene al alcance de la mano”, apunta Alcalá. Una de las consecuencias es que todos los niños y niñas turolenses quieren ser paleontólogos, algo que según el investigador, “se pasa con la edad”. “Lo que queremos es que tengan aprecio por la Ciencia y la investigación”, concluye Alcalá. Con entusiasmo, dedicación y trabajo, es posible.
Todavía queda un mes para que terminen las excavaciones de este año, ¿qué esperáis encontrar?
Los huesos más relevantes del dinosaurio gigante Turiasaurus riodevensis que nos faltan son el cráneo, un fémur y vértebras de la cola. Nos gustaría completar los restos del estegosaurio y los del nuevo dinosaurio que ha aparecido a comienzos de la excavación, por ejemplo, una mandíbula con dientes para poderlo clasificar mucho mejor. Quedan pendientes también los fósiles del dinosaurio carnívoro de gran tamaño que debió de estar aquí. Aunque hayamos encontrado muchos restos, los individuos a los que pertenecen son sólo cuatro o cinco. Nos gustaría encontrar más restos, de 10 ó 12 dinosaurios por ejemplo, para reconstruir mejor el ecosistema de la época.
¿Cómo se reconstruyen esos paisajes?
Conocemos muy bien la geología de la zona y los medios sedimentarios. A la hora de hacer una reconstrucción, el público es a veces escéptico cuando reconstruimos unos paisajes, un ambiente, animales y plantas, a partir de huesos o restos fragmentarios. Muchas veces piensan que los paleontólogos tenemos mucha imaginación, pero la mayor parte de lo que vemos en esos dibujos o reconstrucciones está fundamentado. Si por ejemplo había un cauce fluvial, tiene que estar justificado por la geología. Si dibujamos un cocodrilo, tenemos que haber encontrado los restos de este animal, y si dibujamos dinosaurios de unas determinadas características, es porque hemos encontrado los fósiles.
¿Cuáles eran las condiciones geológicas para que los huesos de los dinosaurios se fosilizaran?
En Teruel hay sedimentos y rocas de la época en la que vivieron los dinosaurios que se depositaron en momentos en los que esa parte de la provincia era continental. Como los dinosaurios eran animales terrestres, el requisito esencial es tener rocas terrestres con fósiles del periodo en el que éstos vivieron. Esto se cumple en varias zonas de la provincia de Teruel, en especial en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico y en el Cretácico inferior. En ese periodo de tiempo prolongado había también sedimentos que han permitido la fosilización de los restos. Además, la provincia tiene un relieve bastante abrupto, con muchas montañas y valles y poca vegetación, por lo que accedemos visualmente a los sedimentos de distintas edades geológicas y es fácil encontrar fósiles.
A los dinosaurios les gustaba la provincia de Teruel, ¿cómo era hace millones de años?
En aquel momento, todas las sierras de Javalambre, de Gúdar, Albarracín, entre otras, no existían como tales y estas zonas tenían el mar mucho más cerca. En algunos momentos, el mar llegó a atravesar toda la península hasta lo que en la actualidad es el Mar Cantábrico. En el Surco de Soria (de Valencia, a Teruel, pasando por Soria hasta el Cantábrico) funcionaba, durante algunos periodos, un gran canal a través del cual se comunicaba el Mar de Tethys (germen del actual Mediterráneo) con el Océano Atlántico. Ese corredor en ocasiones se comunicaba y en otras sólo era un golfo que se cortaba hacia la mitad de la península. En la zona en la que vivían los dinosaurios que encontramos ahora, la línea de costa estaba mucho más cerca, el relieve era mucho más plano (parecido a las marismas), había ríos que desembocaban en ese mar, la vegetación era muy abundante y de tipo tropical, el clima mucho más cálido, etc. Una vez muertos, los huesos de los dinosaurios quedaban atrapados en los fangos y arenas aportados por las avenidas de los ríos, donde pudieron fosilizar al quedar cubiertos por sedimentos.
¿Qué se hace con los fósiles que encontráis?
Se llevan al laboratorio donde se preparan para su estudio o exposición. En el caso del dinosaurio gigante de Riodeva se puso en exposición incluso antes de estudiarlo. Si algunos huesos no tienen prioridad de exposición o investigación se documentan en la base de datos correspondiente y una vez almacenados, esperan su turno. La política que tenemos es: excavar todo lo que se pueda para tener una reserva de fósiles para exposiciones e investigación de cara al futuro, aunque no somos capaces de investigar y publicar todo lo que encontramos. Si en algún momento no encontráramos fósiles en las excavaciones, tendríamos una colección para seguir estudiando durante algunos años. Es una medida de prevención, además el laboratorio es el lugar de destino para investigadores de otros centros porque tenemos fósiles inéditos.
¿Cómo es la colaboración con otros científicos españoles y extranjeros?
La masa crítica de paleontólogos que trabajan en la Fundación nos permite hacer trabajos por nosotros mismos y establecer cooperaciones con otros grupos. Normalmente vienen personas de otras universidades o museos, y a su vez nosotros vamos a visitarles. Tenemos una excelente relación que se ha intensificado recientemente porque hemos coordinado el expediente que se ha presentado a la UNESCO para la posible inclusión de las pisadas de dinosaurios (icnitas) de la Península Ibérica en la lista de Patrimonio Mundial. El Gobierno de España presentó el expediente, en el que también participa el Gobierno de Portugal, preparado a través del Ministerio de Cultura y de seis Comunidades Autónomas, en enero de 2009
¿En qué consiste este expediente?
Para realizar el informe hemos colaborado con investigadores de toda España y Portugal, y en él hemos tenido que justificar la singularidad del bien a nivel mundial, compararlo con otros lugares del mundo, establecer la historia que cuentan los yacimientos, darle un contexto científico, presentar los planes de conservación y gestión, etc. Hemos valorado más de 200 yacimientos de la Península Ibérica de acuerdo a su interés científico, cultural, didáctico… En el dossier justificamos por qué las pisadas de dinosaurios son tan singulares. Conoceremos los resultados de la evaluación de la UNESCO en mayo de 2010.
¿Y cuál es la importancia de estas pisadas en un país como España?
En la época en la que se han registrado icnitas de dinosaurios, entre el Jurásico medio y el Cretácico terminal (hace entre unos 170 y 65 millones de años), la Península Ibérica era el centro del planeta. En el proceso durante el cual las masas continentales pasan de estar unidas (en un solo continente llamado Pangea) a fragmentarse y expandirse, la Península Ibérica es la zona de comunicación entre Europa y América, el hemisferio norte y África. Ocupa un punto singular. De ese periodo, España cuenta con un registro de pisadas de dinosaurios que nos permite conocer su evolución, la variación de sus tipos a lo largo del tiempo, y determinar tres zonas temporales y espaciales que caracterizan la evolución de los dinosaurios: Jurásico medio y superior, llamado la Costa de los dinosaurios (yacimientos de Portugal y Asturias); Cretácico inferior conocido como el Surco de Soria (yacimientos de La Rioja, Castilla-y-León, Aragón, y Valencia); y Cretácico superior que es el fin de los dinosaurios (yacimientos del Pirineo catalán). En otros sitios del mundo hay yacimientos de pisadas de dinosaurios incluso más importantes que los de España pero sólo muestran un momento concreto de su historia. Aquí se muestra casi toda su evolución.
¿Entonces España no es comparable a nivel paleontológico a ningún otro lugar del mundo?
Cada uno hace valer su singularidad. Pero en ningún otro sitio del mundo como la Península Ibérica tienes un registro continuo de 100 millones de años de pisadas de dinosaurio en sus yacimientos. Para la candidatura española de la UNESCO hemos hecho especial hincapié en que estas huellas cuentan una historia geológica, y en ese sentido no tiene rival.
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TERUEL Y LOS DINOSAURIOS
Desde que en junio de 2001 se inauguró el centro didáctico Dinópolis, un millón y medio de personas lo han visitado. Una cifra que contrasta con la densidad de población de la provincia de Teruel que es de unos 140.000 habitantes. El binomio dinosaurios-Teruel dio sus frutos como “elemento turístico con un hecho diferencial” creado por el Gobierno de Aragón. No hay duda de que los dinosaurios atraen, y mucho. Según Luis Alcalá, el director de cine Steven Spielberg y películas como Parque Jurásico son en parte responsables: el estadounidense aprovechó el tirón popular de los dinosaurios y “amplificó la ‘dinomanía’ de EE UU al resto del mundo”.
Pero en torno a Dinópolis y a los dinosaurios se organizan en Teruel multitud de actividades para escolares, profesores y sociedad en general, además de la celebración del Premio Internacional de Paleontología y el Día de la Geología. Los propios paleontólogos publican desde hace seis años una página semanal de Paleontología en la prensa local. “Todo esto hace que la implicación de la sociedad y el conocimiento de esta ciencia en Teruel estén muy por encima de la media nacional. Aquí la gente sabe mucho más de Paleontología porque la tiene al alcance de la mano”, apunta Alcalá. Una de las consecuencias es que todos los niños y niñas turolenses quieren ser paleontólogos, algo que según el investigador, “se pasa con la edad”. “Lo que queremos es que tengan aprecio por la Ciencia y la investigación”, concluye Alcalá. Con entusiasmo, dedicación y trabajo, es posible.
Fuente: SINC // Adeline Marcos / ellibrepensador.com
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