martes, 25 de marzo de 2014

Demuestran la utilidad de los fósiles para analizar fenómenos cíclicos de hace millones de años


Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha demostrado que los fenómenos cíclicos que afectan al medio ambiente, como los cambios en el clima, en la dinámica atmósfera-océano e incluso las perturbaciones orbitales de los planetas, existen desde hace cientos de millones de años y pueden ser estudiados mediante el análisis de fósiles.

Así lo atestiguan los datos paleontológicos analizados, que han permitido caracterizar cambios paleo-ambientales cíclicos de escala variable, con una duración que fluctúa desde menos de un día hasta millones de años, según informa en un comunicado la Universidad de Granada.

Este trabajo, realizado por Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, ha analizado cómo el registro fósil puede ser utilizado como una herramienta clave para caracterizar esos fenómenos cíclicos de diferente escala temporal.

Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences, la segunda revista en la categoría de Geosciences, Multidisciplinary en el ranking del Journal Citation Reports, tras Nature Geosciences, con un índice de impacto cercano a 9. Nunca antes ningún científico español había logrado publicar en ella.

Según apunta el doctor Rodríguez-Tovar, se trata de fenómenos cíclicos de escala variable, desde menores al día a superiores al millón de años, con diferente manifestación en el registro fósil.
Respecto de los que poseen una duración entre menos de un día y el año, "se trata de fenómenos de escala ecológica fundamentalmente asociados a variaciones mareales y solares, que quedaron registrados en los modelos de crecimiento de organismos como los bivalvos o corales. Así, encontramos evidencias de ellos en fósiles que datan del Paleozoico, hace más de 500 millones de años", apunta el investigador de la UGR.

PERIODO GLACIAL

En su artículo, el catedrático ha estudiado, asimismo, fenómenos cíclicos cuya duración osciló entre el año y los 10.000 años, como los asociados al fenómeno del Niño (fenómeno climático cíclico que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas), los conocidos como ciclos Dansgaard-Oeschger o los eventos Heinrich.

Estos últimos tuvieron lugar durante el último periodo glacial y determinaron variaciones en la abundancia, distribución y diversidad de poblaciones y especies marinas y terrestres.

También ha analizado fenómenos cíclicos entre los 10.000 años y el millón de años, fundamentalmente asociados a cambios climáticos determinados por variaciones orbitales (ciclos de Milankovitch), que son registrados en los patrones evolutivos de determinadas especies, dando lugar incluso a su extinción.

Por último, el investigador ha estudiado cambios cíclicos con una duración superior al millón de años, acaecidos a lo largo del Fanerozoico, cuya interpretación está asociada a fenómenos extraterrestres (impactos meteoríticos, como el ocurrido durante el límite Cretácico/Terciario, hace unos 65 millones de años) o terrestres, como el vulcanismo de gran escala.

"Estos cambios se relacionan con extinciones periódicas mayores, que afectaron a un alto porcentaje de la biota, ya que en la mayoría de los casos se extinguieron más del 65 por ciento de los organismos vivientes", destaca Rodríguez-Tovar.


Fuente: EuropaPress

viernes, 14 de marzo de 2014

Hallan nuevos fósiles de mega dinosaurios carnívoros en Teruel


Paleontólogos de la Fundación Dinópolis de Teruel y de la Universidad de Colorado Denver (EEUU) han identificado nuevos fósiles de mega dinosaurios carnívoros. Se trata de un rastro con grandes huellas tridáctilas que casi alcanzan los 60 cm de longitud y de un gran diente procedentes de los yacimientos turolenses de El Castellar y de Formiche Alto respectivamente. Ambos hallazgos se enmarcan en sedimentos de la Formación Villar del Arzobispo (Titoniense-Berriasiense, tránsito Jurásico-Cretácico, con unos 145 millones de años de antigüedad)

Las huellas tridáctilas localizadas en el yacimiento El Castellar poseen características únicas en comparación con otras huellas producidas por grandes terópodos en cualquier parte del mundo. Por este motivo, en el estudio científico se define un nuevo tipo de huellas: Iberosauripus grandis ("pie del lagarto ibérico grande"). Además, los investigadores dividen las huellas de grandes terópodos del Jurásico Superior de Europa, Norteamérica y Asia en dos grupos distintos, cuyos productores fueron probablemente terópodos alosáuridos y megalosáuridos.

Por otro lado, el nuevo diente procedente de Formiche Alto se atribuye a un dinosaurio terópodo megalosáurido, como otros tres grandes dientes de Riodeva y Galve (Teruel) y de Alpuente (Valencia). Estos dinosaurios pudieron llegar a alcanzar los 12 metros de longitud y poseían dientes de hasta 10 cm de corona.

Gracias al análisis de dichos rastros de icnitas y dientes, los investigadores han concluido que las faunas de dinosaurios del tránsito Jurásico-Cretácico en esta parte de España incluyen, al menos, dos tipos de dinosaurios mega-carnívoros de gran tamaño. Además, la presión depredadora de estos terópodos pudo ser una de las causas decisivas para estimular el crecimiento hasta tamaños gigantescos de algunos dinosaurios comedores de plantas. Es el caso del saurópodo Turiasaurus Riodevensis (conocido como 'El Gigante Europeo') que alcanzó 30 metros de longitud y que también fue encontrado en la provincia de Teruel; concretamente en Riodeva.

El resultado de la investigación sobre estos fósiles se ha publicado en la prestigiosa revista científica 'Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology' y responde al trabajo realizado por un equipo de paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología) y de la Universidad de Colorado Denver: Alberto Cobos, Martin G. Lockley, Francisco Gascó, Rafael Royo-Torres y Luis Alcalá.

Yacimiento El Castellar

Este yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural (Conjunto de Interés Cultural-Zona Paleontológica) por el Gobierno de Aragón en el año 2004, promoviendo su investigación y conservación.

Con la definición del Iberosauripus grandis ("pie del lagarto ibérico grande") el yacimiento El Castellar se convierte en un referente de la icnología europea, ya que en él se han definido hasta el momento dos nuevos tipos de huellas de dinosaurios.

A las mencionadas huellas de carnívoros se suman las de Deltapodus ibericus ("pie triangular de Iberia"). Estas pisadas fueron producidas por estegosaurios; dinosaurios cuadrúpedos y comedores de plantas que estaban caracterizados por poseer dos filas de placas y/o espinas desde el cuello hasta el final de la cola. Estas huellas también fueron definidas por científicos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis en esta misma revista científica (en el año 2010), convirtiendo a El Castellar en uno de los escasos yacimientos del mundo en el que se han identificado huellas de estegosaurios.

Fuente:  heraldo.es