lunes, 15 de junio de 2009

‘El fósil de La Unión sería del Pleistoceno’, Manabí, Ecuador.

El agricultor Galo Rivadeneira descubrió, hace seis meses, una osamenta de un animal gigantesco. Este puede pertenecer a la era del Pleistoceno.


Al interior del valle de San Isidro, en el norte de Manabí, 21 kilómetros al sureste de San Vicente, en el recinto La Unión, la vida de las 30 familias que habitan en el lugar ya no es la misma desde la semana pasada.

En lo profundo de la tierra, en la finca de nueve hectáreas del agricultor Galo Rivadeneira, yacen las osamentas casi intactas de lo que habría sido un herbívoro de la época de la megafauna del Pleistoceno. El hallazgo desencadenó el arribo de visitantes de todos los sitios de la provincia y del país.

El extenso valle está rodeado de altas paredes de granito, cubiertas de vegetación de bosque húmedo y seco tropical. El paradisíaco paisaje asemeja el perfecto lugar, el cual pudo haber sido el hogar de animales de grandes proporciones.

La propiedad de Rivadeneira se expande entre amplias lomas de mediana y baja pendiente, propias de estos parajes manabitas. En la parte baja están los raquíticos pastizales. El candente sol ha desteñido el verde del forraje y lo ha convertido en un manto amarillento. La necesidad de buscar agua para dar de beber a sus cinco reses obligó al temperamental agricultor a cavar desde fines de 2008 un pozo en busca del preciado líquido. A pico y pala, con la ayuda de dos adolescentes y su esposa, empezaron la dura tarea.

Era diciembre. No hubo fiestas de fin de año, la búsqueda de agua era más importante. Jornadas de 10 horas diarias eran la constante. Después de un mes de trabajo, el pozo de 1 metro y 60 centímetros en forma de un cuadrado estaba listo. El hueco le permitió llegar a los 10 metros de profundidad.

Rivadeneira enviaba la tierra en un balde plástico, su esposa jalaba una cuerda y subía el recipiente. Ella se dio cuenta de que no era tierra lo que había en el tacho, “son huesos lo que picas”, le dijo y hasta allí llegó el trabajo, recuerda el afanoso agricultor.

Cual un paleontólogo, el tosco Rivadeneira comenta sobre su hallazgo. “Se trataría de un megaterio, de más 12 000 años, estos animales creo que habitaban las zonas verdosas cercanas al mar”. Galo había leído documentación que le entregaron, el personal de la Subsecretaria de Patrimonio Cultural, el Municipio de

San Vicente y el Consejo Provincial. Estas entidades trabajan conjuntamente para desenterrar el esqueleto.

Una parte de lo que sería el maxilar superior, junto a huesos que conectarían con el cráneo, son visibles. Un trabajador acciona la retroexcavadora del Consejo Provincial. Abrió un boquete cuadrangular que termina en una especie de pirámide invertida. En el fondo está parte del esqueleto.

Manuel Andrade, un historiador de la zona y funcionario del Cabildo de San Vicente, cree que los huesos del animal corresponderían a la época del Pleistoceno, de unos 13 000 años antes de nuestra era la glacial.

Andrade dice que van al rescate de las osamentas, “el trabajo es arduo. Lo primero fue solicitar el apoyo del Consejo Provincial, sin la maquinaria adecuada no hubiésemos llegado a tener el área para desarrollar la tarea de quitar lentamente las capas de tierra donde quedó atrapado el mamífero milenario”. El sitio al parecer habría sido un bebedero de agua, las huellas de humedad a 12 metros son evidentes.

El historiador instó a la ciudadanía a que no visite la zona. Los huesos no tienen valor económico, pero sí histórico. “Está es una de tres osamentas que han
sido identificadas en la zona. Preferimos trabajar en esta, pues al parecer la estructura esquelética estaría completa”. La segunda y la tercera -explica Andrade- están a dos metros bajo tierra.

Hace 10 años, en la zona de río Mariano, residentes de San Isidro encontraron seis elementos que podrían ser huevos petrificados de dinosaurios.

Las investigaciones en el sitio

El tamaño de las osamentas dio la pauta a las autoridades de que se trataba de un animal prehistórico. En el futuro se harán más pruebas.

Una vez desenterrado el esqueleto se realizará el test de Carbono 14 para determinar una aproximación de los años en los cuales vivió en esta región de la Costa.

Actualmente, se realizan, en Estados Unidos, pruebas de los supuestos seis huevos petrificados de dinosaurios que se encontraron en río Mariano.

Ayer en el recinto La Unión hubo grupos de curiosos que querían ver la excavación. En esta semana se espera la visita de expertos de Quito y Guayaquil en la zona.


Fuente: elcomercio.com

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