jueves, 31 de diciembre de 2009

LA EXHIBICIÓN DE DINOSAURIOS MÁS GRANDE DEL MUNDO LLEGA A MADRID


Mundo Jurásico está compuesto por 34 réplicas robotizadas de dinosaurios recrean el hábitat natural de hace 65 millones de años. La muestra, que han visto siete millones de personas en todo el mundo, estará en Madrid hasta finales de enero.

La explanada del Puente del Rey de Madrid se ha convertido en un inmenso zoológico jurásico poblado por 34 especies robotizadas. Es la exhibición de dinosaurios más grande del mundo. Tras haber sido contemplado por siete millones de personas en lugares como Estados Unidos, Brasil, Australia o Hong Kong, llega por primera vez a Europa este proyecto que pretende recrear el hábitat natural en el que vivían los dinosaurios antes de desaparecer de la faz de la tierra hace unos 65 millones de años.

Entre todas estas especies robotizadas capaces de reproducir una gran variedad de sonidos y movimientos, la estrella de la exposición es el increíble Tiranosaurio Rex, realizado a escala real, con 14 metros de largo y 7 de alto.

Con un importante mensaje ecológico, la muestra trata de concienciar al público en general y, en especial, a los más pequeños, de la importancia de cuidar el planeta. Para ello se establece un paralelismo entre esas especies de animales que supieron desarrollarse en armonía con la naturaleza y el hombre que “abusa” de los recursos naturales del planeta. Pequeños y mayores tienen la oportunidad de aprender las particularidades de las diferentes especies que pueblan la exposición. Y lo pueden hacer a través de visitas guiadas por estudiantes de Paleontología.

El precio para entrar en esta zona será de 4 euros para niños de 3 a 12 años, mayores de 65 años, discapacitados y grupos de más de 20 personas; los mayores de doce años deberán pagar 6 euros y los menores de 3 podrán pasar gratis.

Fuente: ellibrepensador.com

martes, 29 de diciembre de 2009

Fósiles vegetales hallados en Chubut confirman que la región fue un verdadero vergel hace 50 millones de años

Fósiles vegetales de un género de coníferas hallados en yacimiento Laguna del Hunco en la provincia del Chubut confirman la hipótesis del carácter subtropical que tenía la región Patagónica hace 50 millones de años. Se trata del primer hallazgo en el registro fósil de la Argentina de un género de coníferas de la familia Cupressaceae cuya población actual crece en forma restringida en el sudeste asiático.

Los fósiles vegetales constituyen evidencias, que luego de ser minuciosamente analizadas ofrecen información de un sinfín de detalles de cómo era la Tierra hace millones de años.

El descubrimiento de fósiles vegetales en el yacimiento Laguna del Hunco en la provincia del Chubut, confirma el carácter subtropical del clima que caracterizaba a la región Patagónica hace 50 millones de años. Los resultados del hallazgo, realizado en conjunto por investigadores de la Argentina y de Estados Unidos, fueron publicados en la edición de noviembre de la revista American Journal of Botany.

Se trata del primer hallazgo en el registro fósil de la Argentina de un género de coníferas de la familia Cupressaceae, cuyo último remanente crece actualmente y en forma restringida en el sudeste asiático, pero que bien pudo haber tenido su origen en la Patagonia, hace 50 millones de años, para luego expandirse y llegar a colonizar la región de Australasia, a través del puente antártico que vinculaba a Sudámerica con Australia, señaló a la Agencia CyTA el doctor Rubén Cúneo, director del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, en Trelew, y uno de los autores principales del trabajo realizado con colegas de la Argentina y de la Universidad de Pennsylvania.

En la actualidad en Nueva Guinea y las islas Malucas, donde se registra un clima tropical, crece una especie de planta – Papuacedrus paduana- que es similar a la que habitó en la región patagónica hace millones de años.

“Con respecto a la evolución de las plantas, en este caso de las coníferas, el análisis permitió reconocer la presencia de un género muy particular de las mismas denominado Papuacedrus y que está representado a través de una especie fósil que es casi indistinguible de la única especie actual. Es por ello que se puede sugerir de alguna manera que el hallazgo podría estar indicando un caso excepcional de ‘stasis biológico’, esto es organismos que a través del tiempo sufren muy escasas modificaciones morfológicas y se mantienen casi inalterables al no producir cambios genéticos de trascendencia que conduzcan a una nueva especie”, explicó Cúneo que también se desempeña como investigador del Conicet.

En este sentido, de acuerdo con Cúneo, el hallazgo confirma de manera incuestionable la hipótesis del carácter subtropical de la región Patagónica hace 50 millones de años, al tratarse de una planta que actualmente vive en condiciones de climas cálidos y húmedos.

Con respecto a las características morfológicas de los fósiles hallados en Chubut, consisten en su mayoría de ramas foliosas que se caracterizan por preservarse en excelentes condiciones, explica el co-autor del trabajo. Y agrega: “Sin embargo, este tipo de hojas y ramas no se diferencian mucho de otros géneros de cupressaceas, por lo que el elemento clave que permitió asignar los fósiles al género Papuacedrus fue el hallazgo de un diminuto cono femenino o piña de esta planta, en el cual se preservan las características principales para su clasificación.”

Este estudio se suma a una trayectoria de diez años durante los cuales un grupo de investigadores argentinos y de Estados Unidos vienen desarrollando proyectos en conjunto que han permitido avanzar de una manera sustancial en el conocimiento de la vegetación del pasado patagónico, “y de las características climáticas que tenía la región, confirmando numerosas hipótesis de índole biogeográfica y filogenética que colocan a las floras fósiles de la Patagonia en un elevado protagonismo en el esquema evolutivo del reino vegetal”, concluye Cúneo.

Foto: Argentina, Ciencia - Primer hallazgo en el registro fósil de la Argentina de un género de coníferas de la familia Cupressaceae cuya población actual crece en forma restringida en el sudeste asiático. / Autor: P. Wilf.

Fuente: argenpress.info

martes, 22 de diciembre de 2009

El 'dinosaurio serpiente'

Detalle de los colmillos del sinornitosaurio descubierto en China. | PNAS

Camuflado en las ramas de los árboles, sorprendía a sus presas por la espalda. Les inyectaba su veneno para inmovilizarlas y cuando entraban en estado de 'shock' las devoraba, a veces mientras seguían con vida. Así se cree que actuaba el sinornitosaurio, el primer dinosaurio venenoso estrechamente emparentado con las aves que se conoce hasta ahora y que ha sido descubierto en China. Su gran similitud con los pájaros convierte a este especie venenosa en la primera conocida en la línea de evolución hacia los pájaros actuales.

La investigación, que esta semana publica 'Proceedings of the National Academy of Sciences', fue llevada a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Kansas (EEUU) junto a colegas chinos de la Universidad del Noreste, en Shenyang.

El sinornitosaurio es un pariente cercano al Velociraptor. Los científicos creen que vivió en los bosques prehistóricos del noroeste de China hace 128 millones de años junto a otros animales entre los que había pájaros primitivos y dinosaurios.

Un ágil depredador

Tenía aproximadamente el tamaño de un pavo y era un ágil depredador: los pequeños dinosaurios y los pájaros eran su presa favorita. Los científicos creen que muy probablemente tenía plumas ya que es un pariente cercano del llamado microraptor, un pequeño dinosaurio con espectaculares plumas y cuatro alas cuyo estudio ha resultado muy útil a los investigadores para determinar las relaciones evolutivas entre aves y dinosaurios.

Esta nueva especie de dinosaurio tenía cavidades especiales a los lados de la cara donde los científicos creen que se encontraba una glándula venenosa que suministraría el líquido a los colmillos superiores. Su sistema venenoso es similar al de los actuales lagartos y a algunas serpientes.

"Cuando lo examinamos advertimos que su dentadura no era la habitual en este tipo de animales así que estudiamos la estructura entera, dentadura y mandíbula, y entonces descubrimos que era muy parecida al de las serpientes de hoy en día", explica Larry Martin, paleontólogo y profesor de la Universidad de Kansas.

El sinornitosaurio está representado por al menos dos especies. Los investigadores de este estudio afirman que hallaron un sistema de baja presión para distribuir el veneno, similar al del lagarto moteado mexicano actual. El prehistórico Sinornitosauro, sin embargo, estaba dotado de colmillos más largos para penetrar a través de las capas de plumas de los pájaros que cazaba.

El hallazgo ayudará a profundizar en el conocimiento de otras especies ya que los investigadores sospechan que el microraptor pudo tener también un sistema similar para distribuir el veneno.

Fuente: elmundo.es

lunes, 21 de diciembre de 2009

Un paleontólogo argentino halló en Bolivia un cocodrilo de la era de los dinosaurios

El Yacarerani boliviensis (“primer yacaré de Bolivia”, en guaraní) fue descubierto por el paleontólogo argentino Fernando Novas. El hallazgo confirma que los cocodrilos prehistóricos fueron mucho más variados y extraños que sus parientes actuales.

El descubrimiento, efectuado en rocas de unos 80 millones de años aflorantes en la zona central de Bolivia, fue realizado por Novas en compañía de su esposa Roxana Lo Coco y del paleontólogo uruguayo Alvaro Mones cuando exploraban afloramientos cretácicos en el Parque Nacional Amboró, ubicado a unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

Los fósiles encontrados incluyen dos esqueletos de cocodrilo con sus cráneos y cinco huevitos que formarían parte de un nido.

Novas contó a Télam que “el hallazgo del Yacarerani fue increíble”. Era agosto de 2002 y el paleontólogo se encontraba de viaje en plena selva amazónica. Debido a la espesa cubierta vegetal, “era casi imposible identificar allí algún fósil en las rocas”, contó el especialista.

“Pero en un momento nuestro paseo atravesó el cauce seco de un arroyo en el que podía verse la capa de areniscas rojas que subyacía al resto de la selva. El tipo de roca me recordaba a las famosas ‘Capas con Dinosaurios’ de la provincia de Neuquén, con la diferencia de que a ambos lados del cauce del arroyo se encontraba la espesura de la selva”, relató Novas.

Su colega Alvaro Mones lo alentó a sacar una foto del paisaje que se apreciaba desde ese punto y al dejar su mochila en el suelo vio una pequeña mandíbula repleta de dientes que yacía empotrada en la roca.

“Los huesos eran de color crema, por lo que resaltaban nítidamente de la matriz rojiza que los contenía. Al arrodillarnos para apreciar más de cerca de qué se trataba, nos percatamos de que había más huesos alrededor. No podíamos creer la suerte que habíamos tenido: descubrir los huesos y dientes de una criatura prehistórica en plena selva, un sitio que, acostumbrado a la árida estepa patagónica, jamás hubiera elegido para buscar fósiles”, explicó.

El nuevo cocodrilo es un representante de los notosuquios, un linaje extinguido de cocodrilos que prosperó en América del Sur, Africa y Madagascar a fines de la era de los dinosaurios.

A diferencia de los cocodrilos vivientes -todos ellos de hábitos acuáticos-, los notosuquios poseían cabezas altas con los ojos orientados lateralmente y las fosas nasales proyectadas hacia delante, rasgos que revelan que se trataba de reptiles que llevaban una vida en tierra firme.

Los Yacareranis adultos no superaban los 80 centímetros de largo y, aparentemente, vivían en grupos. Es muy probable que construyeran galerías para refugiarse y depositar sus huevos.

Lo más llamativo de su anatomía era su dentición, formada por dientes de forma y disposición muy compleja, muy diferentes de los dientes cónicos y sencillos de los cocodrilos vivientes. El Yacarerani poseía en el extremo de su hocico un grupo de dientes puntiagudos y proyectados hacia adelante que recuerdan a los incisivos de un conejo. Hacia atrás, su boca estaba equipada con dientes parecidos a muelas, provistos de tubérculos aptos para cortar y triturar. Se ignora si se alimentaba sólo de pequeños animales (por ejemplo, artrópodos y crías de otros vertebrados) o si en su dieta también incluía vegetales.

Según Novas, está muy difundida la idea de que los cocodrilos son “fósiles vivientes” cuyo aspecto y costumbres variaron muy poco a lo largo de su evolución. Sin embargo, la paleontología demuestra que hacia fines de la era de los dinosaurios los cocodrilos fueron muy abundantes en tierra firme y cumplieron roles ecológicos muy dispares. Algunos fueron carnívoros que compitieron con los dinosaurios por conseguir alimento, en tanto otros tuvieron el aspecto de corpulentos armadillos.

La importancia del Yacarerani es que amplía todavía más el abanico de adaptaciones de los cocodrilos, al demostrar que también eran pequeños animales con dientes muy raros y complejos cuyas costumbres resultan difíciles de dilucidar.

Fuente: telam.com.ar

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Curso orientado para niños de 8 a 13 años.

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Lic. Cs Biológicas

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Lic. Cs. Biológicas

Todos miembros del Laboratorio de Paleoecología del Instituto de Geociencias de la Universidad Austral de Chile.

Fecha y hora:
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jueves, 17 de diciembre de 2009

Hallan en Perú cráneo de ballena dentada de era mioceno



Por primera vez en la historia de la paleontología peruana, fue hallado el cerebro fosilizado al interior del cráneo de una ballena dentada que habría vivido hace 16 millones de años, del periodo geológico mioceno, informó hoy el descubridor del hallazgo, Klaus Hinninger.

Los restos fueron encontrados en el desierto de la provincia de Palpa, departamento de Ica, a 400 kilómetros al sur de Lima, tras una expedición emprendida hace algunas semanas.

No obstante, Hinninger indicó que mientras realizaban los trabajos de rescate no se anunció el hecho para evitar que sujetos inescrupulosos depreden la zona.

El cráneo mide 30 centímetros desde la nuca hasta el hocico del cetáceo.

"Lo extraño es que al interior de éste se puede apreciar la masa encefálica también fosilizada", refirión, agregando que "los cerebros son tejidos blandos y no se fosilizan, pero en este caso sí logró fosilizarse porque el animal murió y cayó en el fondo marino, luego fue cubierto por sedimentos que contenían carbonato de calcio lo que conllevó a su preservación".

Aseguró también que junto al cráneo fueron halladas algunas vértebras y huesos.

El nombre científico del mamífero marino es Kentriodon, similar a una pequeña ballena, aunque hay especialistas que lo comparan con los delfines por su gran parecido.

El especialista señaló que tras el rescate, las piezas fueron transportadas a la provincia de Chiclayo, departamento de Lambayeque, a 750 kilómetros al noroeste de la capital peruana en donde son exhibidas en la muestra paleontológica denominada Mundo Jurásico.

El Kentriodon es una especie extinta de ballenas dentadas, que se alimentaba de peces pequeños y otros organismos hidrobiológicos, y se han encontrado fósiles en Europa, Asia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos.

Fuente: cctv.com

Hallan restos de dinosaurios en Chubut, Argentina.

Un campaña integrada por paleontólogos de Argentina, Europa, Norteamérica y de América Latina descubrieron en Chubut tres esqueletos de dinosaurios que habitaron la región hace 190 millones de años.

La Dra. Laura Codorniú, paleontóloga de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales de la Universidad de San Luis (UNSL) e investigadora del CONICET, junto a la Lic. Guillermina Giordano participaron de una campaña paleontológica realizada en la provincia de Chubut, con un grupo de 18 científicos de diversos países de Europa, Norteamérica y de América Latina.

La campaña organizada por el Museo Paleontológico Egidio Feruglio se realizó del 16 de noviembre al 4 de diciembre y fue financiada por la Sociedad Científica Alemana (Deutsche Forschungsgemeinschaft), por el Museo de Munich y dos proyectos de investigación de los que participa la Dra. Codorniú vinculados a los vertebrados jurásicos de la Patagonia.

Los trabajos se realizaron en dos grupos, divididos en vertebrados y botánicos, en la zona denominada Cuenca de Gastre, ubicada a 600 Km al Noroeste de Trelew. En el Cerro Bayo Chico, los especialistas en vertebrados encontraron restos de tres esqueletos de dinosaurios muy probablemente del tipo prosaurópodos. Estos dinosaurios eran de enormes proporciones, presentaban un característico cuello largo, una cabeza pequeña, patas gruesas, una cola robusta y vivieron en la zona hace aproximadamente 190 millones de años edad que corresponde al Jurásico inferior de la Era Mesozoica.

Durante la prospección en el Cerro Barro, cerro vecino a la zona donde se encontraron los dinosaurios, y en el último día de campaña se encontraron varios huesos pertenecientes a diferentes esqueletos de pterosaurios o reptiles voladores. Estos reptiles voladores aparentemente son más primitivos que los encontrados en la provincia de San Luis y de menor tamaño, probablemente medían entre 1mt o 1,50 mts, mientras que los de San Luis alcanzaban los 3 mts de envergadura alar. Este hallazgo es importante para la Argentina ya que existen escasos registros de pterosaurios en nuestro país, fundamentalmente debido a que estos animales poseían los huesos huecos, para alivianar el peso y favorecer el vuelo.

El grupo de los científicos especialistas en vertebrados estuvo integrado por Codorniú y Giordano, el curador del Museo de Munich, Oliver Rauhut y el investigador del CONICET Diego Pol.

El equipo de los paleobotánicos contó con especialistas como Kirk Johnson del Museo de Denver, Peter Wilf de Pennsylvania State University, Alejandra Gandolfo Nixon de Cornell University (Estados Unidos) y Ari Iglesias de la División Paleobotánica de la Facultad de Ciencias Naturales, de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del CONICET, quienes realizaron un hallazgo excepcional a unos kilómetros de donde trabajaron los especialistas en vertebrados. Encontraron la fructificación de la estructura reproductiva del eucaliptos, proveniente del jurásico lo que echa por tierra la teoría de que este árbol fue traído desde Australia por los colonizadores.

Los hallazgos permanecerán en el laboratorio del Museo Egidio Feruglio de Trelew, para ser investigados por los científicos que realizaron los descubrimientos, quienes volverán a la región el año entrante para continuar con las prospecciones.

Fuente: Prensa, USNL.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Antiquísimos Seres Con Concha, Más Grandes de lo Creído


Los restos fósiles de algunas de las primeras criaturas con concha, seres marinos que datan de hace unos 520 millones de años, proporcionan una ventana a la evolución en aquellos tiempos. Una nueva investigación indica que estos animales eran más grandes de lo que se pensaba con anterioridad.

John Moore de la Universidad de California en Santa Bárbara, y sus colaboradores, analizaron fósiles del Período Cámbrico Temprano. Durante esta importante época en la historia de la Tierra, hubo una diversificación tremenda de la vida animal en los océanos. Muchos de los grupos principales de animales que aún existen aparecieron en aquel momento, así como muchos grupos inusuales que se extinguieron.

En particular, el Cámbrico marcó la primera amplia aparición de animales con conchas u otras partes duras. Muchos de estos animales antiguos tenían armaduras externas complejas que contenían desde docenas hasta miles de piezas pequeñas. Cuando los animales morían, sus armaduras se desintegraban. A partir de las desordenadas piezas de rompecabezas resultantes, Moore y su equipo de investigación han descifrado cómo eran estos animales, y cómo se relacionaban con otras criaturas.

Los autores del estudio se concentraron sobre todo en una extraña criatura del Cámbrico, llamada Cambrothyra. Los fósiles de este ser parecen pequeñas jarras o jarrones, de unas pocas décimas de milímetro de longitud. Han sido encontrados sólo en algunos lugares de China central.

Aunque algunos científicos creyeron en su día que cada pequeña estructura de Cambrothyra era la concha de un pequeño protista unicelular, el nuevo trabajo apoya la hipótesis de que el Cambrothyra era un animal, probablemente de varios centímetros de longitud, que estaba cubierto por una armadura compuesta de cientos de piezas diminutas independientes con forma de jarra.

Moore completó el trabajo en colaboración con Susannah Porter de su misma universidad, Michael Steiner de la Universidad Libre de Berlín, y Guoxiang Li del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, dependiente de la Academia China de Ciencias.

Fuente: amazings.com

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Encuentran un fósil de 65 millones de años cerca de El Calafate


Los restos encontrados en una propiedad de la familia Povazsan pertenecen a un plesiosaurio, un enorme reptil carnívoro que habitó los océanos entre 65 y 70 millones de años atrás.

El anuncio del hallazgo fue realizado por Fernando Novas, paleontólogo argentino reconocido a nivel mundial por la comunidad científica.

En los estudios de la radio FM Dimensión de la ciudad de El Calafate, el científico explicó que el hallazgo se produjo tiempo atrás y, por cuestiones de seguridad, se mantuvo en reserva hasta que el equipo de profesionales pudo extraerlo de la roca.

Según informó un medio local, Novas calificó como "fantástico y novedoso" el descubrimiento efectuado, ya que "no hay este tipo de hallazgo en la provincia de Santa Cruz".

Incrustado en una roca se puede observar claramente la columna articulada de un plesiosario, de considerable tamaño, que tendría entre 8 y 10 metros de largo.

Además se percibe una aleta de este animal, de un metro de largo, y las costillas, pero no así el cráneo y gran parte del extenso cuello que tenían estos reptiles.

"Es el hallazgo más austral en el continente de este tipo de dinosaurio", aseguró el paleontólogo, y destacó que "el estado de preservación es hermoso".

Novas recordó que ya se habían encontrado restos de estos animales en la península antártica, y el descubrimiento de este ejemplar podría ayudar a relacionar datos científicos.

Marcelo Isasi, técnico especializado en desenterrar fósiles y uno de los integrantes del equipo de trabajo que lidera Novas, contó que la tarea de extracción de este ejemplar fue todo un desafío.

Por un lado, por la extremada dureza de la roca en la cual está inserto, y por otro porque el esqueleto fósil se encuentra semi sumergido en el agua.

Debido a que esta época coincide con la creciente del lago Argentino, el tiempo de rescate fue escaso, ya que el fósil, de alcanzar su máximo nivel las aguas, quedaría sumergido a unos tres metros de profundidad.

Ya los restos fueron preservados y se dispuso su traslado al Museo de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", de la ciudad de Buenos Aires, con el permiso de la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Cruz, para iniciar las investigaciones correspondientes, y con el compromiso de ser devuelto una vez que culminen los trabajos de laboratorio.

fuente: 24HTinfo.com

los grandes mamíferos de Norteamérica desaparecieron entre hace 13800 y 11400 años


J. Tyler Faith yTodd Surovell de University of Wyoming revelan ahora que esta extinción masiva se dio en un instante desde el punto de vista geológico.

Desde hace tiempo se viene debatiendo en los círculos académicos sobre qué causó esta extinción. Se han elaborado distintas teorías que tratan de explicarlo: un cambio climático abrupto, un impacto cometario, una epidemia, una explosión supernova cercana, la aparición del ser humano y sus hábitos de caza. Algunos creen que incluso se pudieron varios de esos factores a la vez o incluso ninguno de ellos.

La posibilidad de que los humanos contribuyeran a la extinción de estos animales no es tan descabellada como parece. De todos es sabida la ley de optimización del forrajeo, que aplicada al ser humano viene a decir que primero se da caza a los grandes animales, pues una vez cobras una pieza se tiene comida para mucho tiempo, compensando holgadamente a la energía gastada en su caza. Una vez se dado cuenta de los animales más grandes de la región se pasa a cazar los animales más grandes que quedan, pues ya es rentable cazarlos al no quedar otros. Y así sucesivamente. Con el tiempo se van eliminando especies hasta que el ecosistema es tan pobre que los habitantes de la región consumen insectos de manera habitual.

Las distintas causas pueden además estar relacionadas. De este modo un impacto cometario puede que esté relacionada con el cambio climático, pues un impacto levantaría polvo y ceniza a la atmósfera cambiando la irradiación solar y los ciclos meteorológicos.

Un dato importante que puede ayudar a aclarar este misterio es la cronología de las extinciones, pues no es lo mismo que las especies vayan desapareciendo durante millones de años que lo hagan de la noche a la mañana. Es decir, podría ser un proceso gradual o súbito, dependiendo de si es uno u otro las causas que lo provocaron serían distintas.

Pero el registro fósil siempre está incompleto y no es fácil establecer esta cronología. En este caso en particular no se sabe si las especies ya habían desaparecido al final del Pleistoceno o simplemente todavía no se han descubierto fósiles de esa época o posteriores que demuestren lo contrario.

Según las investigaciones realizadas por Faith y Surovell todo apunta a que los datos encajan mejor con una súbita desaparición de estas especies entre hace 13800 y 11400 años. Esto apoyaría las teorías que afirman que esta extinción se debió al impacto de un cometa o a la actividad de caza de los humanos, que llegaron al continente por esas fechas. También se podría deber a un cambio climático abrupto. Según Faith es posible que incluso se dieran todos estos factores a la vez.

El caso es que ya no podemos ver más mamuts, mastodontes o perezosos gigantes. Todos ellos desaparecieron para siempre de la faz de la Tierra. Pero sobrevivieron los bisontes, los mismos que nuestros antepasados pintaban en las paredes de las cuevas, animales que llegaron a formar manadas gigantes, ahora absolutamente diezmadas.

En nuestras manos está evitar más extinciones. Trabajar por ese objetivo es mucho más productivo que lamentarse por las especies que ya nunca volverán. Aunque siempre sea interesante estudiar las extinciones del pasado.

Fuente: laflecha.net

martes, 24 de noviembre de 2009

Hallan fósiles de tres especies desconocidas de cocodrilo antiguo

Imagen difundida por la organización National Geographic, en la que aparece el científico Paul Sereno

Un cocodrilo de seis metros (20 pies) de largo y tres juegos de colmillos tan grandes como los de un jabalí salvaje moderno vagó hace millones de años, incluso "galopando" por tierra en el norte de Africa

Aunque esta criatura aterrador (Kaprosuchus saharicus, apodado "BoarCroc" o "Cocodrilo-jabalí", encontrado en Níger) comía carne, no muy lejos habitaba otro tipo de cocodrilo recientemente descubierto, con un hocico ancho y llano como panqueque que se alimentaba de pescados.

Esta última especie encontrada en Níger y Marruecos ha sido llamada Laganosuchus thaumastos, pero los científicos se refieren familiarmente a ella como "PancakeCroc" ("Cocodrilo-panqueque").

Para sorpresa de los científicos, en la misma región vivió un familiar relativamente pequeño, de un metro (tres pies) de largo, con dientes parecidos a los de un conejo para mascar plantas y larvas: el Araripesuchus rattoides, que los investigadores llaman "RatCroc" o "Cocodrilo-rata", encontrado en Marruecos.

Los investigadores Paul Sereno de la Universidad de Chicago y Hans Larsson de la Universidad de McGill en Montreal dieron detalles el jueves de las tres especies nuevas, junto con nuevos ejemplos fosilizados de dos cocodrilos antiguos ya conocidos. Ambos ofrecieron una conferencia de prensa organizada por National Geographic Society, que patrocinó la investigación.

"Estas especies abren una ventana en un mundo de cocodrilos completamente diferente a los seres vivos en los continentes del (hemisferio) norte", dijo Sereno en alusión a los animales raros que vivían en un continente del hemisferio sur hace 100 millones de años, conocido como Gondwana.

Los investigadores indicaron que estos cocodrilos eran capaces de "galopar" en tierra para cazar, además de bucear en el agua que existía en la región.

"Mis cocodrilos africanos parecían haber tenido tanto piernas ágiles para avanzar por tierra como una cola versátil para avanzar por el agua", escribió Sereno en un artículo para la revista National Geographic. "Sus talentos anfibios del pasado pueden ser la clave para entender cómo florecieron y, al final, pudieron sobrevivir tras la era de los dinosaurios", agregó.

Los nuevos hallazgos son detallados en la revista ZooKeys así como en la revista National Geographic. El canal National Geographic en inglés preparó un documental sobre los descubrimientos.

Fuente: news.yahoo.com

jueves, 12 de noviembre de 2009

Nueva especie de dinosaurios

La especie recientemente descubierta era herbívora y vivió hace aproximadamente unos 200 millones de años.


Científicos en Sudáfrica han descubierto una nueva especie de dinosaurios que podría ayudar a explicar cómo los animales prehistóricos evolucionaron hasta convertirse en los más grandes de la Tierra.Justificar a ambos lados
Paleontólogos de la Universiad Witswatersrand, en Johanesburgo, presentaron los restos de la especie en una conferencia de prensa.

Ellos dicen que la especie recientemente descubierta, llamada Aardonyx Celestae, eran herbívoros que vivieron hace aproximadamente unos 200 millones de años.

El paleontólogo Adam Yates dice que la especie representa un eslabón evolutivo perdido entre los primeros dinosaurios y sus descendientes, los gigantes dinosaurios saurópodos.

Yates agrega que el esqueleto incompleto perteneció a un animal joven, no desarrollado totalmente.

El esqueleto fue encontrado en una granja en la provincia sudafricana de Free State.

Fuente:voanews.com

Fósiles revelan la existencia de un rinoceronte prehistórico en México

Expertos mexicanos en paleontología identificaron como pertenecientes a la especie de rinocerontes "Teleoceras Hicksi" fósiles que fueron encontrados en el estado de Jalisco, un lugar donde habitaron hace poco más de 4,5 millones de años, dijo a Efe el responsable de la investigación.

"Cuando supimos que nadie había estudiado los fósiles nosotros tomamos la iniciativa y hoy estamos describiendo por primera vez una especie que solamente se había identificado en Estados Unidos", declaró el científico Rubén Guzmán Gutiérrez.

Restos de la especie habían sido encontrados hasta ahora en Nebraska, Colorado y Texas, pero jamás en México, donde estaban en la región jalisciense de Tecolotlán.

Guzmán, jefe del Departamento de Paleontología de la Secretaria de Turismo de Aguascalientes, centro de México, sostuvo que los fósiles que hoy se encuentran en los museos Regional y de Paleontología de Guadalajara fueron hallados a fines de los años sesenta en región jalisciense de Tecolotlán.

En la década de los setenta se mostraron al público "sin ningún tipo de especificación relevante acerca de la especie", algo que se ha subsanado ahora al determinar cuál es la especie a la que corresponden, aseguran fuentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El que hay en México es un cráneo casi completo de Teleoceras Hicksi, pieza que además de Guzmán Gutiérrez estudiaron los científicos Gerardo Carbot Chanona, del Museo de Paleonología Eliseo Palacios Aguilera en Chiapas, y Javier Juárez Woo, del Museo de Paleontología de Guadalajara.

"El tipo 'Teleoceras Hicksi' era de hábitos anfibios. Vivió en zonas de clima tropical húmedo y se alimentaba de pastos", afirmó Rubén Guzmán

Esta especie es de mediano tamaño y con cuernos mucho más pequeños que los de las especies actuales.

A los rinocerontes Teleoceras Hicksi se les ubica en el cuarto período geológico de la Era Cenozoica, época en la que surgieron numerosas especies vegetales encontradas en estados mexicanos como Chihuahua, Guanajuato, Sinaloa, Michoacán, Chiapas, Morelos, Hidalgo y Estado de México, detallaron los paleontólogos del INAH.

"La investigación se hace tantos años después porque no hay apoyo y tampoco suficientes paleontólogos, y estamos seguros de que todavía hay mucho por descubrir", agregó Guzmán Gutiérrez.

Además del espécimen del museo, el investigado e identificado plenamente, en Teleoceras hay vestigios de otros cinco rinocerontes que están siendo investigados.

Para los científicos mexicanos la nueva información sobre el Teleoceras Hicksi es una gran "contribución al conocimiento científico y paleontológico de México".

Fuente: EFE

miércoles, 11 de noviembre de 2009

El tiranosaurio tenía la sangre caliente

Los primeros dinosaurios ya regulaban su temperatura corporal. - BLOOMBERG

Un estudio atribuye a los dinosaurios un metabolismo como el de los mamíferos

"La teoria de los dinosaurios de sangre caliente ya es bastante conocida desde lo setenta, que da cuenta el Dr. Adrian Desmond, donde recopila y razona sobre por que los dinosaurios no podian ser reptiles y que su metabolismo era autogenerante de su temperatura, pues bien ahora se ve ratificada por investigaciones."*

Los grandes dinosaurios que se movían sobre dos patas como el tiranosaurio rex tenían la sangre caliente al igual que los mamíferos, y no fría como los reptiles. Así lo indica un nuevo estudio realizado con 14 especies extintas, que añade un nuevo capítulo a uno de los debates más largos y complejos de la paleontología.

La discusión sobre si los dinosaurios tenían o no la sangre caliente es fundamental para entender si eran ágiles y rápidos como los retrató la película Parque Jurásico, o si eran animales lentos e incapaces de un esfuerzo físico continuado debido a su dependencia de la temperatura exterior.

El nuevo estudio, que publica hoy PLoS ONE, señala que el T-rex, el velocirraptor y otros grandes cazadores extintos no hubieran podido correr o siquiera andar si hubieran tenido la sangre fría. "La endotermia [sangre caliente] les permitió ser más activos, especialmente en climas fríos", explica a Público John Hutchinson, del Royal Veterinary College (Reino Unido) y autor principal del estudio. Esto supondría que los dinosaurios tenían unas capacidades físicas semejantes a las de los mamíferos, lo que les permitió convivir con ellos durante millones de años.

El estudio ha reconstruido la cantidad de energía que necesitaban 14 especies de dinosaurios bípedos para andar y correr a una velocidad moderada, y los ha comparado con las capacidades aeróbicas de animales de sangre fría (ectotermos) actuales.
Rápido metabolismo

Los resultados indican que sólo los dinosaurios de menos de 20 kilos, como el Archaeopteryx o el Microraptor, podrían haber vivido con sangre fría. Sus parientes más grandes como el T-rex, que pesaba unas seis toneladas, o el Allosaurus, con unas dos, necesitaban un metabolismo rápido alimentado por sangre cálida para poder moverse.

El abanico de especies estudiado indica que la sangre caliente apareció en los primeros dinosaurios más pronto de lo que se pensaba, tal vez hace unos 240 millones de años, explica Hutchinson. Estos animales habrían legado esa característica a sus parientes actuales, las aves.

"Es una nueva prueba de que los dinosaurios eran reptiles muy especiales", opina Luis Alcalá, presidente de la Fundación Dinópolis. El experto detalla que, aunque ambas opciones siguen abiertas, cada vez son más las pruebas de que muchos dinosaurios tenían la sangre caliente y eran, por tanto, más parecidos de lo que se creía a las aves de hoy, los vertebrados con un consumo de energía más eficiente. Habría que confirmar estos resultados en los dinosaurios cuadrúpedos, que eran los más pesados, concluye.

* J.A.G.B.

Más sobre el tema "Los Dinosaurios de Sangre Caliente", A. Desmond, Plaza & James, 1992,Espña

Fuente: publico.es

Hallazgo de un Nuevo Mamífero - Maotherium asiaticus- de la Era Mesozoica

Un equipo de paleontólogos chinos y estadounidenses ha descubierto una nueva especie de mamífero que vivió hace 123 millones de años, durante la Era Mesozoica, en lo que hoy es la provincia de Liaoning, en el nordeste de China.

El fósil del nuevo mamífero, Maotherium asiaticus, fue desenterrado en uno de los ricos yacimientos de la Formación Yixian.

Este nuevo fósil, muy bien conservado, aporta datos de primera mano sobre la evolución temprana del oído medio de los mamíferos, una de las características más importantes de todos los mamíferos modernos.

Los mamíferos tienen oídos muy sensibles, que proporcionan una capacidad auditiva mucho mejor que la de todos los otros vertebrados. La capacidad auditiva es fundamental para el estilo de vida de los mamíferos. Consecuentemente, los paleontólogos y los biólogos evolutivos han estado buscando durante más de un siglo pistas sobre los orígenes evolutivos de la estructura del oído de los mamíferos.

Las adaptaciones auditivas de los mamíferos fueron posibles gracias a un oído medio sofisticado de tres pequeños huesos.

Los huesos del oído medio de los mamíferos evolucionaron a partir de los huesos de la articulación de la mandíbula en sus parientes reptiles. Sin embargo, los paleontólogos durante mucho tiempo han intentado averiguar la vía evolutiva por la que estos huesos mandibulares precursores se separaron de la mandíbula y se movieron hacia el oído medio de los mamíferos modernos.

"Lo que resulta más asombroso, y por tanto científicamente interesante, es el oído de este animal", subraya Zhe-Xi Luo, paleontólogo del Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburg.

El Maotherium asiaticus tenía dientes especializados para devorar insectos y gusanos. Vivía en el suelo, poseía un cuerpo de cerca de 15 centímetros de longitud, y se estima que pesaba entre 70 y 80 gramos.

Mediante el análisis de todas las características de este fósil magníficamente conservado, los investigadores han llegado a la conclusión de que el Maotherium tiene un mayor parentesco con los mamíferos placentarios y los marsupiales, que con los monotremos (mamíferos que ponen huevos) de Australia y Nueva Guinea como el ornitorrinco.

Información adicional en:

- Scitech News

Fuente:amazings.com

lunes, 9 de noviembre de 2009

Un Fósil Hallado en el Desierto del Gobi Es de una Nueva Especie de Dinosaurio


Un nuevo miembro debe ser añadida al árbol genealógico de los tiranosaurios. El nuevo Alioramus altai, un animal con cuernos, hocico largo y peso modesto, compartió el mismo entorno con sus parientes depredadores más grandes. Un nuevo estudio describe este fósil excepcionalmente bien conservado, que aporta datos esclarecedores sobre este género de tiranosaurios poco conocido con anterioridad, y describe una nueva serie de adaptaciones para la conducta carnívora.

“Este fósil espectacular nos permite saber que existió una gran variedad ecológica y anatómica en los tiranosaurios, mucho mayor de lo que se creía”, explica Stephen Brusatte, del Museo Americano de Historia Natural. “No todos los tiranosaurios eran megadepredadores preparados para el acecho y el desmembramiento de presas grandes. Algunos tiranosaurios eran pequeños y delgados. Comparado con el tiranosaurio, este nuevo animal es como una bailarina”.

Los tiranosaurios son depredadores bípedos que vivieron a finales del periodo cretácico, hace entre 85 y 65 millones de años.

Hasta ahora, el Alioramus sólo se conocía por fragmentos de fósiles brevemente descritos por un paleontólogo ruso décadas atrás, y ha existido un largo debate sobre si este animal era un verdadero tiranosaurio, un primo más primitivo, o quizás un Tarbosaurus joven.

Este nuevo espécimen, que ha permitido reconocer a la nueva especie como tal , fue hallado durante una expedición del museo en 2001 al desierto del Gobi en Mongolia, dirigida por Mark Norell, catedrático de la división de paleontología del museo, y Michael Novacek. De hecho, fue hallado en el mismo sitio que un fósil de Tarbosaurus. Pero aunque su esqueleto es anatómicamente similar al de este pariente mayor, el A. altai tiene la mitad de su talla. Su peso se ha calculado en 369 kilogramos.

El cráneo es notablemente diferente del de sus parientes cercanos. Aunque este dinosaurio era carnívoro, sus dientes son delgados, el cráneo tiene uniones musculares pequeñas y débiles, un hocico largo y ocho cuernos que medían probablemente unos 12 ó 13 centímetros. Todos estos son rasgos nunca antes vistos en un tiranosaurio.


Fuente: amazings.com

lunes, 2 de noviembre de 2009

Hallan un dinosaurio de 112 millones de años, blindado como «un tanque militar»


Un anquilosaurio, familia a la que pertenece el nuevo especimen

Un matrimonio de paleontólogos norteamericanos ha descubierto «la versión biológica de un tanque militar», una nueva especie de dinosaurio, concretamente de un anquilosaurio herbívoro, que habitó en la Tierra hace 112 millones de años, durante el Cretácico, en lo que hoy es Norteamérica. El animal medía hasta 6 metros de longitud y tenía el cuerpo acorazado, cubierto de centares e incluso miles de placas óseas.

El hallazgo, publicado en la revista Canadian Journal of Earth Sciences, demuestra que este nuevo espécimen, al que han denominado Tatankacephalus cooneyorum, que significa cabeza de bisonte, pertenece a la «familia» de los anquilosaurios, una especie acorazada con una gran armadura en su cuerpo. El dinosaurio presenta una especie de armadura con dos partes, una a cada lado de la cabeza, compuesta por crestas picudas y un cráneo muy espeso que ni los «raptores» eran capaces de destrozar.

La pareja de investigadores, Bill y Kris Parsons, encontró el 90 por ciento del cráneo en las colinas de Cloverly (EE.UU.), por lo que este fósil pudo clasificarse como una nueva especie. «Se trata del primer anquilosaurio que se ha encontrado del Cretácico temprano», ha afirmado Bill Parsons. Partiendo de los restos hallados de su cráneo, varias costillas y una vértebra, los expertos han recreado el aspecto que podría tener este dinosaurio, incluyendo varios cuernos que le servían de protección alrededor del ojo y en la mejilla.

Así, el experto ha situado a este fósil como una especie «puente» entre un anquilosaurio del Jurásico temprano y el más conocido, perteneciente al Cretácico tardío. Hasta el momento, se creía que los anquilosaurios habían habitado en la Tierra en las últimas etapas del Cretácico, hace 68 millones de años.

Fuente: abc.es

Hallan una telaraña de 140 millones de años en Inglaterra

Científicos de la Universidad de Oxford descubrieron en la cosata de Sussex, al sur de Inglaterra, unas telas de araña de 140 millones de años fabricadas por insectos que compartieron su habitat con los dinosaurios.

Estas criaturas que las tejieron están estrechamente relacionadas con las arañitas de jardín. Esto fue encontrado por unos cazadores de fósilesfósiles aficionados que buscaban restos de dinosaurios en la zona de Sussex -muy rica en yacimientos paleontológicos- y fueron a dar con algo mucho más sutil.

Expertos aseguran que las telarañas vienen del comienzo del Cretácico, lo que lo convierte en uno de los más antiguos».

el ambar guardaba no sólo hilos de telas de arañas, sino también materia vegetal, excrementos de insectos y microbios antiguos que quedaron atrapados durante el Cretácico inferior, un momento en el que el mundo era un lugar mucho más cálido y dinosaurios como el Iguanodon y el Allosaurus se pavoneaban como reyes de Europa.

Los científicos también detectaron en el ámbar evidencias de Actinobacterias, un pequeño grupo de organismos que descomponen la madera y resinas en partículas del suelo.

Al parecer, estas telas fueron atrapadas en la resina emitida por los árboles, probablemente como respuesta al daño provocado por algún incendio.

Fuentes: larepublica.pe

jueves, 29 de octubre de 2009

El mayor murciélago europeo habitó el noreste de España hace más de 10.000 años

Imagen del murciélago Nyctalus lasiopterus en la actualidad / A.G. Popa-Lisseanu

Los fósiles hallados en el yacimiento de Abric Romaní demuestran que este animal tenía mayor presencia pero que mermó por el descenso de la cobertura vegetal


Imagen del fósil de la mandíbula del Nyctalus lasiopterus, hallado el yacimiento de Abric Romaní /Juan Manuel López-García

Un grupo de investigadores del Institut de Paleocologia Humana i Evolució Social de la Universitat Rovira i Virgili ha confirmado que el mayor murciélago de Europa vivió en el noreste de España hace entre 120.000 y 10.000 años, durante la etapa del Pleistoceno Superior.

La existencia del Nyctalus lasiopterus en la Península Ibérica ya era conocida pero este nuevo estudio, publicado en la revista Comptes Rendus Palevol, ha permitido porporcionar la primera descripción de la dentición de este mamífero a partir de un fragmento de la mandíbula izquierda hallado en el yacimiento Abric Romaní, en Capellades. Además, viene a confirmar que la distribución geográfica de este mamífero era durante el Peistoceno más amplia.

Juan López García, uno de los autores del trabajo, apunta a la "reducción de la cobertura vegetal" durante el Peistoceno Superior y el Holoceno (hace menos de 10.000 años) como causa de un cambio en la distribución del animal, que explicaría las "bajas densidades actuales de la especie y su distribución geográfica sesgada". "En la actualidad, el Nyctalus lasiopterus es una especie poco conocida y de rango de distribución geográfica peninsular dudoso, que no comprende la región geográfica de Catalunya", añade López-García.

La presencia de este animal había sido localizada, hasta ahora, en regiones montañosas como el oeste de los Pirineos, la Cordillera Cantábrica, la cordillera central o paisajes abiertos del Mediterráneo donde dominan los robles, encinas y pinos.

Fuente: lavanguardia.es

miércoles, 28 de octubre de 2009

Hallan en Inglaterra el cráneo de un «monstruo marino» de tamaño colosal

El cráneo fosilizado de un «monstruo marino de dimensiones colosales», que vivió en los océanos hace aproximadamente 150 millones de años, ha sido encontrado en la llamada «Costa Jurásica» en el suroeste de Inglaterra. Los paleontólogos consideran un hallazgo de la máxima trascendencia.

Se trata de un pliosaurio que, según las estimaciones de los científicos medía entre 10 y 16 metros desde la cabeza hasta la cola y tenía un peso de entre 7 y 12 toneladas, por lo que pudo ser el auténtico «terror de los mares» durante el periodo Jurásico.

Fue encontrado por un coleccionista en un punto no determinado de la «Costa Jurásica», una franja costera de unos 150 kilómetros del suroeste inglés altamente apreciada porque es una muestra de la historia geológica de los últimos 185 millones de años. «Había oído rumores de que se había encontrado algo grande, pero verlo en carne y hueso, por decirlo de alguna manera, es algo que te deja con la boca abierta. Es sencillamente enorme», ha asegurado el paleontólogo Richard Forest en declaraciones a la BBC.

El animal podría tragarse un ser humano de un bocado / BBC

Los pliosaurios fueron una suborden de los plesiosaurios, unos animales que tenían el cuello corto, parecían ballenas con gigantescas fauces y mortíferos dientes, y habitaron la Tierra al mismo tiempo que los grandes dinosaurios terrestres. Se alimentaban de peces y probablemente no dudaban en perseguir a otros reptiles marinos más pequeños si se ponían a su alcance. Estaban perfectamente adaptados a la vida del agua y algunos se podían sumergir hasta profundidades superiores a 300 metros, gracias a que tenían un gran volumen y una cabeza parecida a la de los cocodrilos, con un refuerzo para soportar las grandes presiones.

Un humano, de un bocadoDe un sólo bocado podían engullir a un animal del tamaño de un ser humano y su ferocidad estaba acompañada de una gran fortaleza. «Tenían músculos enormemente fuertes en el cuello, y es fácil imaginarse que a la hora de caza morderían al animal y que con esos grandes músculos del cuello lo destrozarían repartiendo trozos de la presa por todas partes. Una especie de baño de sangre», ha descrito David Martill, paleontólogo de la Universidad de Portsmouth

El descubrimiento es importante porque este pliosaurio rivaliza en tamaño con otros individuos encontrados en Svalbard (Noruega), donde se descubrieron fósiles similares de animales bautizados como «El Monstruo» o «Predador X», o en México, donde en 2002 científicos dieron con el conocido como «Monstruo de Aramberri». El profesor Martill ha explicado que en el caso del pliosaurio inglés «sólo tenemos la cabeza, por lo que no se puede ser absolutamente preciso sobre su tamaño, aunque puede competir con los hallados en Svalbard y en México por el título del más grande del mundo».

En tres dimensionesEl fósil encontrado, que ha sido adquirido por las autoridades del condado de Dorset para su exposición en el museo local, está en buen estado, sobre todo teniendo en cuenta que los restos de estos animales suelen encontrarse prácticamente desintegrados. «Los cráneos de los pliosaurios son muy grandes, pero en general no son muy resistentes, y sueles encontrarlos aplastados. Lo fantástico de este cráneo nuevo no es sólo que es enorme, sino que está casi todo en tres dimensiones», ha indicado Martill. Para explicar la envergadura de este animal, este paleontólogo ha subrayado que «se hubiera podido engullir a un humano de golpe». De hecho, «un animal del tamaño del Tiranosaurus Rex hubiera servido de desayuno a una bestia así».

Las autoridades no dieron a conocer el emplazamiento exacto del descubrimiento para evitar una avalancha de curiosos. «El lugar forma parte de una zona de la costa que se está erosionando con mucha rapidez y esto significa que los fósiles que están atrapados y enterrados constantemente caen a la playa», ha dicho Richard Edmonds, responsable de ciencia del condado. Edmonds ha destacado que el resto del pliosaurio puede estar todavía enterrado, pero que podrían pasar décadas hasta que se encuentre.

Fuente: abc.es

La UZ aplica por primera vez en España tecnología 3D para observar el interior de un fósil de hace 510 millones de años

En el estudio se detalla la nueva técnica aplicada sobre este fósil

Un estudio de la Universidad de Zaragoza (UZ) ha aplicado por primera vez en España un sistema de visualización en 3D para observar el interior de un pequeño fósil de hace 510 millones de años encontrado en el Parque Natural del Moncayo. El fin último de la investigación es conocer el origen de las estrellas de mar.

Los beneficios de esta metodología son "incalculables" frente a las técnicas destructivas aplicadas hasta ahora para acceder y estudiar lo que los caparazones, la roca o los huesos ocultan", según un comunicado de la UZ. El nuevo método de penetración en el interior del fósil ha sido posible gracias a la colaboración con investigadores del Imperial College de Londres, centro que cuenta con tecnología de alta resolución.

Los resultados de esta investigación, realizada por Samuel Zamora (IUCAUniversidad de Zaragoza) en colaboración con Imran A. Rahman (Imperial College, Londres), acaban de ser publicados en la revista británica Zoological Journal of the Linnean Society. Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto Consolider (Murero) del Ministerio de Educación y Ciencia de España, que dirige el Profesor Eladio Liñán (Universidad de Zaragoza) y patrocinado en parte por el Programa Europa de la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI).

En el estudio se detalla la nueva técnica aplicada sobre este fósil hallado hace ya cuatro años en el Moncayo, de apenas un par de centímetros de longitud y color blanco brillante, que resalta claramente sobre la matriz rocosa rojiza que lo rodea. Este animal, que se conserva en el Museo de Paleontología de la Universidad de Zaragoza, pertenece a los equinodermos, grupo en el que hoy en día se incluyen también, animales como el erizo o la estrella de mar.

Uno de los miembros más antiguos de los equinodermos

La trascendencia científica del estudio publicado en la revista británica Zoological Journal of the Linnean Society por el investigador de la Universidad de Zaragoza no sólo radica en la tecnología aplicada sino en el propio fósil estudiado. Y es que el fósil hallado en el 2005 en el Moncayo constituye un nuevo género y especie bautizado como Protocinctus mansillaensis.

Este fósil es uno de los miembros más antiguos y primitivos de los equinodermos, pero presenta unas características que lo hacen muy diferente de otros equinodermos actuales. Tiene cola, no tiene simetría radial, una gran placa opercular cubre su parte anterior y sólo tiene un ambulacro (radio). De hecho, no es posible comparar directamente a Protocinctus con los equinodermos actuales porque, a pesar de pertenecer al mismo grupo, es muy primitivo.

Más de 500 millones de años de evolución lo alejan de sus representantes actuales, como la estrella de mar, de ahí que su morfología sea tan diferente.

Fuente: aragondigital.es

lunes, 26 de octubre de 2009

Hallan cráneo fosilizado del ´tigre dientes de sable´ en La Libertad


Especialistas señalaron que el hallazgo se produjo luego de haber obtenido indicios de que los restos del depredador se encontraban en esa zona.

Tras casi un año de intensa búsqueda, el cráneo fosilizado de un Smilodon, más conocido como ´tigre dientes de sable´, fue encontrado durante una expedición por la zona conocida como ´pampa de los fósiles´, situada en la provincia de Pacasmayo, en el departamento de La Libertad.

Klaus Hönninger Mitrani, especialista en paleontología, señaló que el hallazgo se produjo hace once días luego de haber obtenido diversos indicios de que los restos del depredador se encontraban en el área mencionada, al ingreso del camino al balneario de Poémape, en el distrito de San Pedro de Lloc.

"Se sabe que este animal, cuya especie es sudamericana, vivió en toda la zona norte y hace un año encontramos en el lugar algunos de sus dientes molares por lo que presumimos que cerca de allí podríamos dar con sus restos", explicó.

Las investigaciones preliminares - dijo- apuntarían a que el Smilodon pertenecería a la etapa geológica conocida como Pleistoceno que se inició hace unos 2,59 millones de años hasta unos 12 mil años AP (antes del presente).

"Este ejemplar fue encontrado enterrado, pero con la parte superior del cráneo expuesta a la intemperie. Por ello fue necesario retirarlo del lugar para realizar los primeros trabajos de conservación ya que en cualquier momento podía destruirse", manifestó.

En relación a las dimensiones del hallazgo, indicó que el cráneo, perteneciente a un Smilodon adulto, mide 35 centímetros y sus característicos y largos colmillos miden 18 centímetros, los cuales le permitía cazar.

Aseguró que en total tiene ocho dientes originales y el resto son reconstruidos, para una mejor ilustración.

Recordó que los científicos han determinado que esta especie fue contemporánea al hombre de Paiján, considerados como los primeros seres humanos que habitaron el Perú.

Hönninger informó que desde hace tres días, el hallazgo es exhibido en la primera muestra paleontológica del país, la cual se realiza en el centro comercial Mall Aventura Plaza de la ciudad de Trujillo.

"Posterior al rescate del fósil, hemos informado al Instituto Nacional de Cultura sobre el hecho, esto en el marco del convenio firmado para realizar investigaciones y rescate de restos fósiles en La Libertad", señaló.

De otro lado, adelantó que en la zona también fue localizado un eohippo, especie parecida a un caballo de dimensiones reducidas.

"Este mide 40 centímetros de largo y 25 centímetros de alto; pues es realmente pequeño", dijo.

"En los próximos días realizaremos otra expedición para rescatarlo. Para ello llegarán especialistas de Alemania ya que sus restos están muy debilitados por los millones de años que han transcurrido desde su muerte", agregó.

Fuente: rpp.com.pe

jueves, 22 de octubre de 2009

Muestran restos de mini dinosaurio por primera vez en público


Fósiles del menor dinosaurio encontrado en Norteamérica, una especie veloz de apenas 71 centímetros de alto y más ligera que un conejo, fue exhibida por primera vez en un museo de Los Angeles.

Sus restos óseos fueron descubiertos en el lado occidental de Colorado a fines de la década de 1970, pero recientemente fueron identificados y llamados Fruitadens haagarorum por un grupo internacional de científicos.

Los fósiles representan individualmente las calaveras, vértebras, brazos y patas de cuatro dinosaurios y se encuentran albergadas en el Museo de Historia Natural del condado de Los Angeles, que los puso el martes en exhibición.

"En realidad estamos probando los límites del tamaño corporal entre los dinosaurios", señaló a Reuters Luis Chiappe, director del instituto de Dinosaurios del museo, durante una entrevista.

"Aquí hay un animal que se estima pesaba unos 0,91 kilogramos cuando alcanzaba su estatura máxima", dijo Chiappe. "Entonces este es realmente un dinosaurio pequeño. Es el dinosaurio conocido más pequeño de Norteamérica y en general uno de los más pequeños", explicó.

Los científicos añadieron que el Fruitadens haagarorum vivió hace unos 150 millones de años, a fines del período jurásico, probablemente corriendo entre las patas de dinosaurios mucho más grandes tales como los braquiosaurios, allosaurios y Torvosaurios.

Detalles inusuales en la calavera, incluido un diente parecido a un canino ubicado al frente de la mandíbula inferior y dientes con formas de hoja en la zona de las mejillas, junto al cuerpo de tamaño pequeño, sugieren que comía tanto plantas como animales.

Eso haría al Fruitadens haagarorum uno de los últimos supervivientes de un grupo de dinosaurios llamados heterodontosaurids

"Creemos que ese podría ser el secreto de la longevidad que tuvo este grupo de dinosaurios", añadió Chiappe. "Existieron por cerca de 100 millones de años y eso es mucho tiempo", reveló el experto.

"Quizás el hecho de los últimos miembros del grupo fueran actores genéricos, que no fueran muy especializados en algo en particular, quizás les dio un perfil y les permitió vivir tanto como un grupo", concluyó Chiappe.
Fuente: /lta.reuters.com

Un nuevo fósil desacredita al polémico eslabón perdido, Darwinius masillae, nuevos antecedentes


En mayo, el mundo de la antropología acogió con sorpresa y cierto escepticismo la llegada de Ida, un fósil de primate presentado con gran bombo y que fue vendido como el eslabón perdido entre hombres y monos. Los restos del animal quedaron tan conservados en pizarra que hasta podía distinguirse el contorno de su piel y lo que había comido por última vez. La presentación fue polémica, pues el anuncio no estuvo acompañado como suele ser habitual por una publicación en una revista científica, sino por una rueda de prensa en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Muchos dudaron de que el fósil, bautizado como Darwinius masillae, fuera en realidad el antepasado común entre ambas ramas.

Ahora, un nuevo fósil encontrado en África desmonta la teoría y afirma que Ida no estaba emparentada con los grandes simios y los humanos. El nuevo fósil se describe hoy en Nature. Ha sido bautizado como Afradapis longicristatus y se ha encontrado en el norte de Egipto. Vivió hace 37 millones de años y, al igual que Darwinius, pertenecía al grupo de primates adapiformes. Estos monos se parecían a los actuales lémures, pero hoy están extintos.


La polémica se remonta a algo que sucedió hace unos 50 millones años, cuando los primates se separaron en dos ramas. El equipo que analizó los restos de Ida afirmaba que pertenecía a la rama más cercana al hombre. Se trataba de los haplorrinos, o primates de nariz seca. Este grupo emparenta con los tarseros, unos pequeños animales que viven en los bosques del sureste asiático. Aunque aún no hay pruebas suficientes por falta de fósiles, se piensa que este grupo está en la rama que daría lugar a los grandes simios y los humanos millones de años después.

La teoría se sustentaba en parte en el excepcional estado del fósil, conservado en un 95% en pizarra. Yacía en el lecho de la caldera de Messel, cerca de Fráncfort (Alemania). Los restos se desenterraron en 1983, pero no se analizaron hasta 2006, cuando los investigadores lo compraron. Tardaron dos años en hacer públicos los primeros datos hasta la fastuosa presentación en el museo neoyorquino. "El eslabón ya no está perdido", dijo el divulgador David Attenborough durante el acto.

Pero el nuevo estudio señala que tanto Darwinius como Afradapis pertenecen a la otra rama de primates, los estrepsirrinos, o de nariz húmeda. El estudio, liderado por Erik Seiffert, de la Universidad Stony Brook de Nueva York, señala que, aunque la polémica sobre el parentesco de los monos adapiformes con los antropoides viene de largo, existen pocas descripciones exhaustivas del grupo.


Su equipo reunió datos de 117 primates vivos y extintos. Analizaron 360 rasgos morfológicos para situar al nuevo fósil en el árbol de la evolución y determinar su parentesco con otras especies. El análisis incluyó 24 monos adapiformes, de los que ocho nunca habían sido incluidos en un estudio semejante.
Otros adapiformes

En primer lugar, el análisis sitúa a Afradapis y Darwinius junto a otros adapiformes hallados en Europa y EEUU. A su vez, todos los adapiformes caen dentro de la rama de estrepsirrinos, con lo que su posible papel de eslabón perdido se diluye aún más.

Los argumentos que ligaban al Darwinius a los haplorrinos y los lémures eran el pulgar oponible, uñas en lugar de garras y unas patas traseras que podrían apuntar al bipedalismo. Los datos actuales se desprenden de restos de la mandíbula y dientes de varios especímenes desenterrados cerca de la localidad egipcia de Birket Quarun. El análisis de las muestras confirma que los monos adapiformes tenían características similares a los antropoides en la disposición de sus mandíbulas y la forma y tamaño de sus colmillos. Sin embargo, estas características no estaban presentes en los primeros antropoides que se conocen, como el Proteopithecus. Según los investigadores, los rasgos evolutivos que asemejan a los adapiformes con los antropoides se desarrollaron por separado cuando ambas especies ya estaban alejadas en el árbol de la vida.

"Nuestro análisis muestra que es improbable que los adapiformes dieran lugar a los antropoides", concluyen los expertos.
Fuente: Publico.es

lunes, 19 de octubre de 2009

La vieja hipótesis que vuelve otra vez "Un tercio de las especies de dinosaurios nunca existió", ¿extinción masiva teórica?

Cráneo de un Triceratops | Jeanseyes, Flickr

Los autores de la hipótesis aseguran que buena parte de los fósiles hallados hasta ahora han sido catalogados como especies cuando en realidad eran solo ejemplares en etapas juveniles.

Si la hipótesis de Mark Goodwin y Jack Horner se confirma, los dinosaurios podrían sufrir una segunda extinción masiva, aunque solo sea a nivel teórico. Estos dos paleontólogos estadounidenses, de las universidades de California y Montana State, aseguran que hasta un tercio de las especies de dinosaurios han sido erróneamente identificadas y que no son más que ejemplares jóvenes mal clasificados.

“Se ha puesto nombre a demasiados dinosaurios sin tener en cuenta el crecimiento”, asegura Jack Horner a la informacion.com. En su opinión, los científicos han clasificado como especies lo que en realidad eran ejemplares sin desarrollar y con características físicas diferentes. “Hay que tener en cuenta”, explica, “que los dinosaurios cambian de forma dramática a medida que crecen y que cambian muy tarde. Y que la etapa juvenil es muy diferente de la adulta, a pesar de que los juveniles son de un gran tamaño”.

Para comprenderlo, los dos paleontólogos ponen un ejemplo muy claro: el conocido como Nanotyrannus fue clasificado en su momento como una especie diferente, pero muchos autores empezaron a sospechar que se trataba en realidad un Tiranosario que no había alcanzado la madurez. La prueba definitiva es el hallazgo de un fósil con una edad intermedia entre ambas fases que demuestra claramente que se trata de un mismo animal, un T-Rex que sufre cambios en su morfología a medida que crece.

Una investigación exhaustiva

La clave de esta investigación, explica Horner, está en la exhaustiva acumulación de ejemplares de hasta siete especies diferentes de dinosaurios durante los últimos diez años. “Hemos descubierto un buen número de cráneos de dinosaurios”, asegura desde su despacho en universidad de Montana State. “Por ejemplo, tenemos sesenta nuevos cráneos de Triceratops y podemos hacer una serie de su crecimiento y descubrir si alguna de las especies en realidad son etapas anteriores del mismo”.

La serie de fósiles, extraídos de la parte oriental del Montana's Hell Creek y pertenecientes al período Cretácico, les ha permitido conocer la evolución de los cuernos y las estructuras craneales en distintas fases de edad y descubrir, por ejemplo, que el conocido hasta hoy como Diceratops, es en realidad un Triceratops en fase juvenil. “Son el mismo animal”, asevera Horner.

Una vieja sospecha

La hipótesis, que será adelantada en un programa de National Geographic en los próximos días, no es nueva para los paleontólogos, pero es la primera vez en que se aporta un estudio tan sistematizado.

“La idea no es nueva”, explica el paleontólogo español José Luis Sanz. “Ha habido paleontólogos que han pasado mucho tiempo tratando de identificar estos errores basados en esqueletos jóvenes”. A falta de conocer los detalles de la investigación, que aún no se han publicado, Sanz se inclina por pensar Goodwin y Horner “han podido hacer una revisión en profundidad del material de dinosaurios jóvenes que se conocen en EEUU y han llegado a una estimación del porcentaje de errores”.

Pero los problemas de identificación por edad sí son tenidos en cuenta de forma habitual por los científicos. “Es algo que todos los paleontólogos tenemos en cuenta”, explica Sanz, y pone el ejemplo de lo que le ocurrió a su equipo hace unos años. “Nosotros publicamos en la revista Science el hallazgo de un ave del cretácico inferior bastante completa, al que llamamos el ave del Montsec y al que no nos atrevimos a dar nombre porque se trataba de un ejemplar muy joven”.

¿Cambiaría este descubrimiento la Paleontología? José Luis Sanz cree que, de confirmarse, “los géneros principales se mantendrían y no habría grandes alteraciones”. En términos de la Paleontología profesional, en cambio, considera posible que haya “cambios importantes”.

El co-autor del estudio, Jack Horner, se muestra mucho más convencido. “A la gente le gusta poner nombres”, asegura. “Creo que va a cambiar algunas cosas”.

Fuentes: noticias.lainformacion.com

Presentan una nueva teoría evolutiva sobre el origen de los animales

La comunidad científica considera la explosión cambriana uno de los episodios más relevantes de la historia de la vida sobre la Tierra, con la aparición por primera vez en el registro fósil de la mayor parte de las divisiones de los animales. Pero las causas han sido objeto de debate durante décadas.Ahora una nueva teoría formula que el contenido oceánico de calcio, generado por la actividad volcánica, podría ser clave para entender la explosión de la vida en el Cámbrico.

La pregunta de qué desencadenó la organización de los microorganismos unicelulares de la Era Precambriana (hace 500 millones de años) en organismos multicelulares ha permanecido sin respuesta hasta ahora.

Xavier Fernàndez-Busquets, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), en Barcelona, y Dario Anselmetti, de la Universidad de Bielefeld, junto con otros investigadores del Friedrich Miescher Institute de Basilea y el Laboratorio de Biología Marina de Woods Hole, publican en el número de noviembre de la revista Molecular Biology and Evolution, ya disponible on line, sus resultados biofísicos de molécula única sobre el efecto del calcio en la interacción de las moléculas de adhesión en esponjas marinas.

Estos organismos tienen una organización simple y carecen de tejidos especializados o células neuronales. Sin embargo, han sobrevivido 600 millones de años casi sin cambios y se consideran un eslabón entre la era Precambriana, dominada por organismos unicelulares, y la Poscambriana, cuando se produjo la gran diversificación de los animales multicelulares (metazoos).

Los investigadores han presentado una nueva teoría según la cual el repentino y masivo incremento en la concentración de calcio en el agua del mar de la era Cambriana -que se cree que fue el resultado de la actividad volcánica de las zonas entre placas tectónicas suboceánicas- constituyó un factor esencial para la agregación y la estabilización de las estructuras multicelulares de las esponjas primitivas. Esto ha permitido formular una nueva teoría en la que el contenido oceánico de calcio podría ser clave para entender la explosión de la vida en la era Cambriana.

Este artículo constituye la primera investigación donde los estudios de espectroscopia de fuerza de molécula única han proporcionado respuestas significativas a una cuestión con profundas connotaciones en biología evolutiva como es el origen de los animales multicelulares y puede representar un hito y un ejemplo de cómo la multidisciplinariedad y la colaboración son esenciales para la excelencia en la ciencia contemporánea.

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Referencia bibliográfica:

Xavier Fernández-Busquets, André Körnig, Iwona Bucior, Max M. Burger, and Dario Anselmetti, “Self-Recognition and Ca2+-Dependent Carbohydrate–Carbohydrate Cell Adhesion Provide Clues to the Cambrian Explosion”. Molecular Biology and Evolution, noviembre de 2009.

Fuente: IBEC / ellibrepensador.com

Nuevde neandertales revela su gran diversidado censo

A la izquierda se observa el esqueleto de un neandertal; a la derecha, el de un Homo sapiens , dos especies muy similares. Max-Planck Institute para LN

Científicos han calculado que menos de 3.500 hembras neandertales fértiles vivieron en Europa al mismo tiempo entre hace 38.000 y 70.000 años, utilizando un método más rápido y potencialmente más económico que la secuencia de genomas completos.

Celebridades científicas como Craig Venter pudieron haber trazado su mapa genómico, pero los restos neandertales están demasiado fragmentados y contaminados para que la secuencia de todo su genoma sea costo-efectiva, según Adrian W. Briggs, estudiante del laboratorio de genética evolutiva de Svante Paabo, en el Instituto de Antropología Evolutiva Max-Planck de Leipzig, Alemania.

En cambio, Briggs y sus colegas de España, Croacia, Rusia y Alemania se han centrado en tramos cortos del genoma neandertal para estudiar la diversidad genética de cinco neandertales de esos países.

La técnica de secuencia, llamada “captura de detonador de extensión”, compara secuencias específicas seleccionadas de un genoma referencial –en este caso, un genoma de mitocondria neandertal previamente trazado con ADN extraído y amplificado de una nueva muestra, como un hueso de pierna de otro neandertal.

El estudio, publicado en la revista Science , también pone a prueba al nuevo método al abordar cuestiones referentes a la diversidad neandertal.

Especies cercanas. Los investigadores utilizan la diversidad genética como instrumento de medición del tiempo que los grupos o individuos han vivido separados. Cuando el grupo comparó la diversidad genética del ADN de mitocondrias (mtADN) de seis neandertales, encontró mucha menor diversidad que la esperada en comparación con seis europeos modernos similarmente distantes.

La diferencia implica que entre hace 38.000 y 70.000 años, los neandertales vivían en grupos más pequeños y aislados. El equipo de investigadores calcula que más o menos entre 270 y 3.500 mujeres fértiles habrían vivido al mismo tiempo, parte de una población total que incluiría sus familias y neandertales no fértiles. El cálculo de los investigadores sobre el número de mujeres fértiles se encuentra en un rango similar a los resultados de un cálculo previo basado en un solo genoma neandertal.

Sin embargo, la antropóloga Anna Degioanni, de la Universidad del Mediterráneo, en Marsella, Francia, señala que la región de mtADN estudiada por el grupo de Briggs no varía tanto como otras regiones, como la utilizada por su equipo para identificar distintos subgrupos de neandertales a principios de este año. Eso podría significar que el nuevo estudio subestima la diversidad genética de los neandertales, afirma Degioanni.

Tanto Degioanni como Briggs esperan que estudios futuros de ADN nuclear, más complejos y con mayor contenido de variaciones potenciales, ayuden a solucionar la cuestión de la diversidad en forma más definitoria.

Paleogenética para masas. Briggs, Paabo y sus colegas forman parte del Proyecto del Genoma Neandertal, un consorcio internacional que trabaja para trazar la secuencia de todo el genoma neandertal. Conjuntamente con otro proyecto paralelo dirigido por Edward Rubin, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en California, los investigadores han trazado la secuencia de secciones grandes de genomas neandertales durante los últimos años, utilizando el método de “escopeta” –donde el ADN se rompe en fragmentos pequeños, se traza su secuencia y se vuelve a ensamblar buscando yuxtaposiciones–. Han calculado en qué momento divergieron los neandertales y los humanos y han examinado características físicas que pudieron haber estado codificadas en genes neandertales, como el color del cabello y la capacidad del habla.

El trazado en escopeta sigue siendo la mejor forma de obtener una secuencia de genoma completa. Pero utilizar este método para trazar secuencias de muestras ancestrales puede ser difícil porque a menudo están contaminadas con ADN externo.

Briggs afirma: “Se tiene que cernir una cantidad terrible de basura antes de obtener la secuencia de interés. Un hueso típico que utilizamos llega a tener hasta algo así como 99 por ciento de ADN de bacterias”. El ADN de los humanos modernos también puede contaminar las muestras.

Utilizando mtADN, cuyas copias son más abundantes en cada célula que el ADN nuclear, los investigadores pueden generar una secuencia consensada basada en cómo se yuxtaponen los distintos fragmentos de mtADN secuenciado, lo cual ayuda a eliminar los errores inherentes en muestras degeneradas y contaminadas.

El biólogo Tom Gilbert, de la Universidad de Copenhagen, Dinamarca, coincide con lo anterior. “(La captura de detonador de extensión) en gran parte garantiza que cada nucleótido sea secuenciado muchas veces, permitiendo, por tanto, que se obtenga una secuencia consensada precisa”, destaca. Dado que Briggs y sus colegas pudieron utilizar este método para estudiar los neandertales, Gilbert considera que se podría provocar que algunos investigadores retomen muestras previamente estudiadas en otras especies paleolíticas, como los mamuts lanudos.

Los proyectos famosos de secuencias requieren fondos importantes para pagar los costosos trazados completos de genomas. No obstante, destaca Gilbert, este método más económico de captura de detonador de extensión, junto con otros acercamientos basados en sondeos actualmente bajo desarrollo, es “un paso clave para abrir a las masas la paleogenética”.

Fuente: nacion.com