lunes, 23 de mayo de 2011

Cerebro de mamíferos creció para mejorar olfato

Estudios del cráneo de dos de las especies más antiguas de mamíferos conocidas hasta ahora mostraron que los cerebros de estos animales eran grandes y bien desarrollados en áreas relacionadas con el olfato, indicó un estudio publicado el viernes en la revista Science.


Se analizaron cráneos de Morganuocodon y Hadrocodium.

Los investigadores creen que el cerebro de los mamíferos evolucionó en tres etapas: primero se desarrolló el sentido del olfato, después, la capacidad de tocar y sentir a través del pelo corporal, y finalmente, la coordinación del cerebro para producir “movimiento muscular calificado”.

Para su estudio, estos científicos se centraron en dos animales similares a la musaraña (el Morganuocodon y el Hadrocodium), surgidos de lechos fósiles del Jurásico en China.

Usando rayos X de topografía computarizada o tomografías computarizadas en tres dimensiones para reconstruir el interior del cráneo, los investigadores pudieron analizar los cerebros de estos pequeños mamíferos.

Ellos hallaron que la cavidad nasal y las regiones relacionadas con el olfato eran grandes, al igual que las partes del cerebro que procesan las señales olfativas, lo cual indica un agudo sentido del olfato.

Estos animales también utilizaban su piel como un sensor para moverse y evitar peligros, de acuerdo con el autor del estudio, Tim Rowe, director del laboratorio de paleontología de vertebrados de la Universidad de Texas en Austin.

“Ahora tenemos una idea mucho mejor de la secuencia histórica de los acontecimientos y de la importancia relativa de los diferentes sistemas sensoriales en la temprana evolución de los mamíferos”, dijo Rowe.

”Esto da una imagen mucho más vívida de cómo era y cómo se comportaba el mamífero ancestral, y de nuestros propios antepasados”, concluyó.

Fuente: nacion.com

viernes, 20 de mayo de 2011

Hallan un eslabón perdido en el árbol genealógico evolutivo de los dinosaurios


Se han descubierto un cráneo y vértebras cervicales fósiles de dinosaurio, que no sólo revelan una especie desconocida hasta ahora, sino también un eslabón evolutivo entre dos grupos de dinosaurios.

El espécimen de la nueva especie, Daemonosaurus chauliodus, un terópodo primitivo, fue descubierto en Ghost Ranch, Nuevo México.

Los dinosaurios conocidos más antiguos caminaban o corrían sobre sus patas traseras, y entre ellos figuraron las primeras especies depredadoras, como el Herrerasaurus. Existieron en lo que hoy son Argentina y Brasil a principios del Período Triásico Tardío, hace unos 230 millones de años.

La posición de estos primeros dinosaurios depredadores dentro del árbol genealógico evolutivo ha sido polémica durante muchos años porque existía un vacío en el registro fósil entre ellos y los dinosaurios terópodos posteriores. El descubrimiento del Daemonosaurus chauliodus, hecho por un equipo de expertos dirigidos desde el Instituto Smithsoniano, ayuda a llenar este vacío.

Debido a que sólo se hallaron el cráneo y el cuello del Daemonosaurus, se desconoce la longitud total de este animal. El cráneo mide 14 centímetros de largo desde la punta del hocico hasta la parte posterior.

El equipo de Hans Sues ha determinado que el espécimen de Daemonosaurus data de finales del Periodo Triásico, hace aproximadamente 205 millones de años, justo antes del comienzo del Período Jurásico. Este hallazgo contradice la creencia anterior de que todas las primeras especies de dinosaurios desaparecieron millones de años antes de comenzar el Jurásico.

Fuente: noticiasdelaciencia.com

Un viejo primate de 43 millones de años descubierto en Texas


El antropólogo Chris Kirk ha anunciado el descubrimiento de una especie desconocida hasta ahora de primates, Mescalerolemur horneri, en una zona conocida como “Cementerio del Diablo”, al oeste de Texas.

El Mescalerolemur vivió durante el eoceno cerca de 43 millones de años atrás, y debía parecerse mucho a un lémur actual. Esta nueva especie pertenece a un grupo de primates extintos – el adapiformes – que se encuentran en todo el Hemisferio Norte a lo largo del Eoceno . Sin embargo, al igual que el Mahgarita stevensi , un primate fósil más joven que se encontró en la misma zona en 1973, el Mescalerolemur está más estrechamente relacionado con los adapiformes de África y Eurasia que con los de América del Norte.

“Estos primates se diferencian de cualquier comunidad de primates del Eoceno en que nunca se ha encontrado especies en las que estén representados”, dice Kirk, profesor asociado del Departamento de Antropología de la Universidad de Texas en Austin. “La presencia del Mescalerolemur y el Mahgarita , que sólo se encuentran en la región conocida como Big Bend, Texas, surgió después de que los adapiformes más comunes del Eoceno de América del Norte se hubiesen extinguido. Esto es importante porque proporciona una prueba más de intercambio faunístico entre América del Norte y el Este de Asia durante el Eoceno Medio. “

A finales del Eoceno, los primates y otras especies adaptadas al trópico habían desaparecido de América del Norte debido al enfriamiento del clima, por lo que Kirk está muestreando la última explosión de diversidad en primates de América del Norte. Con latitudes más bajas y un clima más estable, el oeste de Texas ofrecía el suficiente calor para que especies adaptadas tuvieran una mayor probabilidad de supervivencia tras el enfriamiento global.

Marie Butcher, estudiante que luego se graduó en antropología y biología en la Universidad de Texas en Austin, fue quien encontró el primer diente de Mescalerolemur en 2005. Desde entonces, muchos primates fósiles más han sido recuperados por Kirk y más de 20 estudiantes voluntarios en una localidad llamada “Purple Bench.” Esta localidad posee fósiles de tres a cuatro millones de años más que los sedimentos del Cementerio del Diablo, que habría sido con anterioridad el hábitat del Mahgarita stevensi.

“Al principio pensé que habíamos encontrado una nueva especie más pequeña de Mahgarita ”, dice Kirk.

Sin embargo, a medida que los especímenes fueron preparados en el Texas Memorial Museum de Vertebrados, perteneciente al Laboratorio de Paleontología , Kirk se dio cuenta que había descubierto no sólo una nueva especie, sino un nuevo género que antes era desconocida para la ciencia.

Los fósiles del Mescalerolemur revelan que era un primate pequeño, con un peso de tan sólo 370 gramos. Este peso es similar al del lemur enano mayor actual. La anatomía dental del Mescalerolemur revela una estrecha relación evolutiva con primates adaptiformes de Eurasia y África, incluyendo el Darwinius masillae , un primate fósil alemán reclamado anteriormente como ancestro humano. Sin embargo, el descubrimiento de Mescalerolemur una prueba más que los primates adaptiformes como el Darwinius están más relacionados con los lémures actuales que los humanos.

Por ejemplo, las mitades izquierda y derecha de la mandibula inferior del Mescalerolemur poseía dos huesos separados, con una articulación a lo largo de la línea media, un rasgo común en los lémures. El Mahgarita stevensi , el pariente más cercano de Mescalerolemur , tenía una mandíbula completamente fundida conjunta como la de los seres humanos.

“Debido a que el Mescalerolemur y el Mahgarita eran parientes cercanos, la fusión de la mandíbula inferior del Mahgarita debió haber ocurrido independientemente de la observada en seres humanos y sus parientes, los monos y simios “, dice Kirk.

El nuevo género fue bautizado como Mescalerolemur en honor a los nativos americanos Apache Mescalero, que habitaron la región del Big Bend de Texas, entre 1700 y 1880. El nombre de la especie, horneri , hace honor Norman Horner, un entomólogo y profesor emérito de la Midwestern State University (MSU) en Wichita Falls, Texas. Horner ayudó a establecer el Centro de trabajo Dalquest de Investigación del Desierto, donde los fósiles de primates son habituales.

Kirk y su colega Blythe Williams de la Universidad de Duke publicarán sus resultados en el Journal of Human Evolution, en el artículo “New adapiform primate of Old World affinities from the Devil’s Graveyard Formation of Texas”

Enlace original: Anthropologist discovers new fossil primate species in west Texas

Fuente: es.paperblog.com

Desentierran los esqueletos completos de un tapir y un bóvido de hace 3,3 millones de años



Investigadores del Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social (Iphes) han logrado desenterrar en El Camp del Ninots los esqueletos completos de un tapir y un bóvido de hace unos 3,3 millones de años, lo que consolida este yacimiento ubicado en Caldes de Malavella (Girona) como uno de los que posee una colección de fósiles de estas especies más importante de Europa.

Los científicos han logrado durante la presente campaña de excavación, que se prolongará durante todo el mes de mayo, completar la excavación de ambos mamíferos que, en el caso del tapir, ya fue descubierto en 2008.

El Iphes considera que ambos esqueletos fósiles aportarán información completa sobre el entorno ecológico de la zona durante el Plioceno --periodo que va desde hace 5 millones de años a los 2,5--.

El esqueleto del tapir mide cerca de un metro de altura y dos de longitud y, al igual que el bóvido, se encuentra completo y en conexión anatómica, lo que le convierte en el registro fósil más completo de Europa.

El Camp dels Ninots cuenta con dos yacimientos, uno al norte del volcán que excava niveles arqueológicos de entre hace 40.000 y 10.000 años, y otro correspondiente al Plioceno.

En la zona se han documentado también miles de retos vegetales y abundante industria lítica de las sociedades de cazadores y recolectores.

El Iphes ha firmado un acuerdo con el Ayuntamiento de Caldes de Malavella para ceder instalaciones en el municipio que garanticen la continuidad de las excavaciones, mientras que en la presente campaña participan una veintena de personas procedentes de países como Francia, Argelia, Armenia y Grecia, entre otros.

Fuente : europapress.es

martes, 17 de mayo de 2011

Descubren por qué el “Argentinosaurus” era gigante


Tragar los gigantescos trozos de comida sin tener que masticarla podría haber ayudado a que los dinosaurios herbívoros se convirtieran en gigantes, dice un estudio científico.

Esto puede explicar por qué los dinosaurios, como el Argentinosaurus, pesaban hasta 100 toneladas, tenían cuello largo y cabeza pequeña.

Los científicos ahora creen que desarrollaron cuellos largos para engullir su comida sin masticarla y no perder tiempo.

Los animales que comen mucho y mastican, como los elefantes, tienen cabezas grandes para dar cabida a músculos de la mandíbula y molares.

Los cuellos largos también habrían ayudado a que los grandes dinosaurios alcanzaran los alimentos de los árboles altos.

Mientras que los elefantes necesitan pasar 18 horas comiendo para satisfacer sus apetitos, un dinosaurio gigante hubiera necesitado al menos 30 horas al día, algo imposible.

Este ha sido un rompecabezas para los científicos que investigan cómo gigantescos dinosaurios herbívoros saurópodos llegaron a ser tan grandes.

La investigación es de la Universidad de Bonn, en Alemania, y se publicó en la revista Reseñas Biológicas.

También señala que los estómagos de los dinosaurios grandes y sus metabolismos de gran alcance les han ayudado a hacer frente a tanta comida sin masticar.

Fuente:dailymail.co.uk

lunes, 16 de mayo de 2011

Una pesquisa en huellas de 220 millones de años

Silvina de Valais es experta en pisadas de animales extinguidos, como las de aves que pasearon en desaparecidos bosques antárticos. Estudiará rastros del Triásico en la Línea Sur.


En el sur rionegrino rastreará registros de reptiles mamiferoides.

La bióloga Silvina de Valais es experta en descifrar pisadas de animales extintos. Ha puesto, por ejemplo, la lupa en las huellas que en el Jurásico dejaron en Santa Cruz pequeños mamíferos y ha estudiado los registros de una suerte de chorlitos hace 47 millones de años pasearon por lagunas de un escenario por entonces verde en lo que hoy es la Antártida. Y también ha identificado las pisadotas de bestiales dinosaurios carnívoros. Pero ahora, la investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Río Negro tiene como objetivo investigar las pisadas de bichos que hace 220 millones de años caminaron por lo que actualmente constituye una porción de la Línea Sur rionegrina, más concretamente en las lajas que atesoran fósiles del período Triásico, una época en la cual no había dinosaurios pero sí reptiles mamiferoides. Criaturas extrañas: mamíferos en tránsito a reptiles que se encuentran en canteras de Los Menucos.


La bióloga encontró su lugar en el mundo en la Patagonia Norte. Es referente en una rama de la paleontología llamada icnología

Es curiosa y paradójica la tarea de la icnóloga -así se llama su especialidad- pues en esta misión que espera completar con un trabajo de campo antes que termine el año, retoma investigaciones o por lo menos registros que hace muchísimos años realizó nada más y nada menos que el fallecido científico rionegrino Rodolfo Casamiquela, el gran investigador patagónico.

"Puede sonar un poco raro pero esa es mi especialidad, no soy la única, hay otros especialistas en la Argentina. Y si bien no me animo a decir cuántos, no somos muchos", afirmó la bióloga que desde hace tres años vive en Roca donde es docente de la Universidad de Río Negro.

La icnología es una de las ramas de la paleontología que se dedica específicamente a eso, a encontrar huellas plantas que vivieron millones de años atrás.

La investigadora que nació en la capital federal y completó su doctorado trabajando en el museo Egidio Feruglio de Trelew ha encontrado su lugar en el mundo en la Patagonia Norte.

"En general he estado trabajando en la investigación de registros de la década del 70. Mi tesis doctoral la hice con las huellitas de mamíferos que fueron descubiertas por (Rodolfo) Casamiquela y de otras que registró (José) Bonaparte y que son del Jurásico Medio en Santa Cruz. Son pisadas chicas, de mamíferos muy chicos", explica.

–¿Cómo un ratón?

–Sí, de ese tamaño, pero no era un ratón, a los ratones todavía les faltaba mucho, mucho.

–¿Cómo surgió la investigación de las pisadas de aves en la Antártida?

–Fui convocada por Héctor Mansilla, un investigador chileno que en 2008 estuvo en la Antártida, en un sitio que ya era conocido desde la década del 70, un cerro fósil donde se registraron hojas y otros materiales muy interesantes. Mansilla y otro científico, un paleobotánico, Marcelo Leppe, encontraron pisadas de aves, como si fueran de chorlitos y otras palmadas, como de patos.

–¿Cómo hizo la investigación?

–Gracias a una autorización y el financiamiento de la Universidad de Río Negro pude ir a Punta Arenas (Chile) y realizar la investigación. Son huellas de 47 millones de años, cuando Antártida tenía zonas boscosas y una flora y fauna muy interesantes.

La investigación global de Antártida es clave para descifrar cómo era ése continente antes de que se congelara. Los investigadores recogieron planchas de piedra que concentran 40 pisadas de aves que no se sabe si están o no extinguidas. Esas aves habitaron un lugar diferente, todavía unido al territorio americano.
Fuente: rionegro.com.ar

Revelan desarrollo precoz de dinosaurio


FOTO: AGENCIA REFORMA
Los jóvenes tiranosaurios de entre 2 y 3 años 31 kilos 2 metros.


Los jóvenes tiranosaurios pudieron ser más precoces de lo que se pensaba, sugieren especialistas luego de analizar el cráneo fosilizado de un Tarbosaurus bataar, hallado en Mongolia en 2006.

Lawrence Witmer, paleontólogo de la Universidad de Ohio, reporta que a los dos o tres años de edad estos animales eran capaces de cazar sus propias presas.

“Este pequeño podría haber tenido sólo 2 ó 3 (años) pero ya no era un bebé, lo que nos da una nueva idea de lo que ocurría en la etapa de los ‘terribles dos’”, apunta Witmer.

“No sabemos qué tan seguido sus padres le ofrecían comida, pero es probable que aún siendo pequeño fuera capaz de cazar”.

Saber si el Tarbosaurus, familiar cercano de famoso Tiranosaurus rex, abandonaba su nido inmediatamente después de salir del huevo es un punto importante sobre el comportamiento de este tipo de especies, explicó el paleontólogo Rubén Rodríguez de la Rosa, investigador de la Universidad de Zacatecas y quien no participó en el estudio.

“Esto implica que los Tarbosaurus jóvenes no significaban competencia alguna para los adultos ya que cazaban presas que no eran significativas para éstos, al menos es eso lo que los autores sugieren”, señaló el especialista.

Witmer y sus colaboradores reportan en la revista Journal of Vertebrate Paleontology que el cráneo de 70 millones de años proviene de un joven dinosaurio cuyo cráneo medía 11.4 pulgadas.

Fuente:am.com.mx

domingo, 8 de mayo de 2011

Fósiles del Tomayate: un tesoro en espera


después de dos años de SUSPENDIDAS las excavaciones, aÚn no se tiene planificado continuar con el proyecto, las inclemencias del tiempo y el saqueo ponen en peligro este patrimonio cultural del país

El sitio paleontológico Río Tomayate es conocido como el yacimiento fosilífero más importante de Centroamérica, debido a la biodiversidad de fauna que se ha reportado desde su descubrimiento, según el paleontólogo Mario Quezada, ex director de las excavaciones en el lugar.

Sin embargo, este proyecto en la actualidad se encuentra paralizado. Los motivos, muchos: equipo reducido, área difícil de trabajar y espera de acciones concretas, pero a medida pasa el tiempo la zona y los estudios están en riesgo.

El cambio climático y saqueadores ponen el material de la zona, de vital importancia para la investigación de la brecha geológica, en un inminente peligro.

Para Ramón Rivas, director de patrimonio cultural de la Secretaria de la Cultura, los trabajos para encontrar los fósiles del Tomayate es un proyecto que se encuentra hoy en día en vías de investigación.

"Por el momento no se tiene planeado seguir con excavaciones, pero si se está investigando todo lo recopilado en los años anteriores", expresó Rivas.

Según el funcionario decir que establecerán más excavaciones o que harán un sendero interpretativo es muy complicado, porque topográficamente el área no lo permite, es difícil trabajar ahí.

"A la conclusión que hemos llegado es que serán centros experimentales y estarán en el Museo de Historia Natural, ahí hay una cantidad de material para estudiar, es irresponsable seguir excavando sino se tiene un lugar adecuado para depositar el material y si no se tiene le equipo para documentarlo, cada pieza necesita de un tratamiento especial", agregó.

Por otra parte, Daniel Aguilar, uno de los paleontólogos involucrados desde el inicio del proyecto y ex director del Museo de Historia Natural, sí se ha continuado con el proyecto de los fósiles en ese sitio, pero haciendo publicaciones, y aseguró que no hay por el momento intenciones de seguir con las excavaciones, porque se tiene pensado echar andar otra propuesta.

Según Aguilar, la proyección a mediano plazo es realizar un museo en la ciudad de Apopa, para que la gente conozca sobre los fósiles y su importancia.

Mientras esto sucede, los fósiles del Tomayate seguirán en espera y el patrimonio cultural que esconde la zona continuará expuesto a todas las inclemencias.
Su importancia

Quezada expresa que el Tomayate es para "expertos internacionales el cause paleontológico de la era del pleistoceno más importante de Latinoamérica".

"Cuando iniciamos las excavaciones se recolectó mucho material y piezas de gran importancia, en su mayoría partes de mastodontes, dentados felinos, aves y cocodrilos. Debido a eso, nos dimos cuenta que el Tomayate no era un lugar por donde un animal por cuestiones accidentales murió y se fosilizó, los materiales llegaron ahí por alguna razón, porque estas especies hace millones de años compartieron un espacio", expresó Quezada.

El paleontólogo, explicó además, que desde que se inició el proyecto en 2001 fue arrojando hallazgos interesantes, y según estudios hechos por varios expertos en este lugar se encuentra la clave de la migración de la fauna de hace millones de años.

En el año 2008 un descubrimiento en la zona hizo que Tomayate esté en la mira de varios investigadores. El equipo que estaba trabajando en ese momento encontró algo único, se trataba de un molar gigante, el cual no se sabía su procedencia.

Al investigar y hacer análisis comparativos con otros paleontólogos de México y Argentina se llegó a la conclusión de que se trataba de un molar de oso gigante, algo extraño para estar en un lugar como el Río Tomayate.

Ante este descubrimiento se hicieron más investigaciones que dieron como resultado que en la época del pleistoceno hubo cuatro eras glaciares que arrojaron mucha humedad, debido a eso los animales emigraron a tierras mejores, Tomayate entonces se convirtió en el espacio ideal par alimentarse.

La diversa fauna que se encontró y el registro del paso de esos animales arrojaba la teoría de que en efecto, la zona, sí era la clave migratoria de esa especies hace millones de años.

"Es por eso que me preocupa que no haya proyección a seguir con el proyecto, porque este lugar es de vital importancia para la historia de la paleontología en el país y en el mundo", manifestó Quezada.

Este investigador también afirma que en 2009 tuvieron una de las propuestas más claras hechas por el paleontólogo mexicano Leopoldo Soivelson, especialista en carnívoros del pleistoceno, en donde se ofrecía para ayudar en las excavaciones e investigaciones futuras, pero esa ayuda ya no se concretó.
Fuente: elsalvador.com