viernes, 23 de diciembre de 2011

"Los Fósiles de Tomayate" Por Dr. Juan Carlos Cisneros Martinez

Doctor Juan Carlos Cisneros Martinez

Estimados amigos, tengo el privilegio de contarles que el Doctor Juan Carlos Cisneros Martinez, ha tenido el generoso gesto de permitirnos publicar su investigación " Los Fósiles de Tomayate" Publicado el 12 de diciembre 2011. Esta obra nos ofrece una visión panorámica en más de 100 fotografías e ilustraciones de la fauna del yacimiento paleontológico Tomayate, ubicado en la República de El Salvador

jueves, 8 de diciembre de 2011

El primer gran predador de los océanos veía muy bien

El hallazgo de las lentes fósiles del extraño Anomalocaris indica que tenía ojos con decenas de miles de lentes

Ilustración del gran predador marino Anomalocaris.- KATRINA KENNY/UNIVERSITY OF ADELAIDE

Unos ojos grandes y muy complejos hallados por paleontólogos en Australia han resultado pertenecer al Anomalocaris, el primer gran predador marino de la historia, que es todo un símbolo de las extrañas formas de vida del Cámbrico, hace más de 500 millones de años.

Nunca antes se habían encontrado lentes conservadas de Anomalocaris, ni en Burgess Shale ni en Chengjiang ni en Fezouata, tres de los yacimientos más importantes del mundo de esta época, indica Diego García Bellido, del CSIC y miembro del equipo de científicos que han estudiado los fósiles en el yacimiento de Emu Bay (sur de Australia). Se infería la composición compleja del ojo a partir de su tamaño y forma, lo único observable en otros fósiles, explican los investigadores, liderados por John Paterson, de la Universidad de Nueva Inglaterra, en la revista Nature.

Uno de los ojos prominentes de Anomalocaris hallados en el sur de Australia.Las flechas indican el límite con la superficie visual y (en la imagen pequeña) las complejas lentes.- JOHN PATERSON

Además, el hallazgo es espectacular porque muestra que el Anomalocaris tenía una agudeza visual extraordinaria, ya que los pares de ojos (pedunculares) tienen entre dos y tres centímetros de diámetro y al menos 16.000 lentes hexagonales cada uno. Son comparables a los ojos más complejos de los artrópodos actuales. Esta agudeza refuerza los indicios de que estos animales, de hasta un metro de longitud, eran predadores que utilizaban su buena visión para moverse rápidamente en el agua y alcanzar sus presas.


Ojo de libélula actual, con decenas de miles de lentes distintas.- ALEXIS TINDALL

"En vida, sus ojos pedunculares hubieran tenido forma similar a la de un chupachups, por lo que el fósil comprimido sólo muestra una mitad y suponemos que el número total de lentes podría ascender hasta las 30.000", añade García Bellido. Cada lente proporciona el equivalente a un píxel en una imagen digital, por lo que este nivel de resolución es comparable al de los artrópodos con la vista más aguda de la actualidad, las libélulas, con unas 28.000 lentes. La cifra es, a su vez, muy superior al de la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster) y el cangrejo cacerola (Limulus), con entre 800 y 1.000 lentes en cada ojo. Además, el Anomalocaris es el animal más grande descubierto en el Cámbrico, y por su desarrollado par de apéndices frontales cazadores, una boca circular armada de afiladas placas y su gran capacidad visual, se le atribuye un hábito depredador: "Sería el gran tiburón blanco de los mares de aquella época" afirma García-Bellido.

Los fósiles indican que los ojos complejos evolucionaron antes que los exoesqueletos duros y confirman que estas criaturas están relacionadas con los artrópodos (como los insectos y crustáceos actuales). Curiosamente la composición de los fósiles no es única, unos ojos se preservan como óxidos de hierro y otros como fosfato cálcico.

Algunos fósiles de tipo Burgess Shale ya se habían encontrado en Emu Bay Shale en la década de los setenta, pero solo se conocían de los afloramientos de la costa (ahora protegidos por ley). A unos 400 metros tierra adentro está la nueva localidad, que ya ha producido más de 5.000 ejemplares y unas 50 especies distintas, la mayoría nuevas para la ciencia.

Fuente: www.elpais.com

domingo, 4 de diciembre de 2011

Primeros organismos que habitaron Mendoza, Argentina

Reconstrucción artística de Bathyuriscus mendozanus (dibujo realizado por Pedro Pablo Spalluto).

En los comienzos de la Era Paleozoica, hace unos 510 millones de años, durante mediados del Período Cámbrico, la mayor parte de la actual provincia de Mendoza estaba cubierta por un mar tropical, cuyas aguas cálidas y translúcidas eran como las del actual mar Caribe.

Los trilobites son una clase de invertebrados ubicada dentro del Filum Artrópoda. Estos organismos están totalmente extinguidos y hoy los conocemos por sus fósiles. Tenían un caparazón externo en posición dorsal subdividido en tres lóbulos, motivo por el cual toman el nombre de tri-lobites, llamados céfalo, tórax y pigidio.

Estos pequeños artrópodos, cuyos tamaños sólo llegaban a medir unos pocos centímetros, tenían el cuerpo segmentado y articulado y eran los dominadores de aquellos remotos fondos marinos.

Con sus múltiples apéndices y antenas removían el fango en busca de alimento microplanctónico. Vivían en comunidades segregadas en diferentes grupos o Familias adaptadas a las cambiantes condiciones ambientales que imperaban en cada sector particular del fondo marino.

Es por ello que al estudiar sus restos petrificados, se puede conocer la forma de vida y el ambiente que ocupaban estos antiguos organismos.

Los estudios paleontológicos realizados en los últimos años por investigadores del Ianigla- Conicet de Mendoza (Bordonaro y Banchig, 2007, Bordonaro et al. 2006 y Bordonaro y Fojo, 2011) permitieron hallar numerosos ejemplares de trilobites en rocas calizas de la precordillera.

Entre los restos fósiles se pudo reconocer una especie de amplia dispersión en Mendoza y San Juan. La especie llamada Bathyuriscus mendozanus, ya había sido descubierta por Rusconi en 1945, aunque en aquella oportunidad fue clasificada erróneamente y su identidad permanecía desconocida.

Los nuevos estudios paleontológicos permitieron resucitar a la especie mendocina, en base al hallazgo de cientos de ejemplares, que proceden de las localidades de San Isidro y Sierra del Alojamiento en Mendoza, como de la Sierra del Tontal en San Juan.

Esta especie estaba ampliamente dispersada por la región cuyana en un período de la Era Paleozoica que se llama Cámbrico (hace unos 510 millones de años).

Bathyuriscus mendozanus es un trilobites de unos 3 cm de largo por 1 cm de ancho, cuyo caparazón está integrado por varios segmentos articulados que le permitían enrollarse como el actual “bicho bolita”.

Una característica de la especie es la presencia de espinas en el sector dorsal central, que seguramente utilizaría como elementos de defensa ante la agresión de los depredadores.

Patrimonio paleontológico

Sin la espectacularidad que poseen los grandes fósiles, estos pequeños invertebrados marinos de la precordillera nos permiten conocer las condiciones ambientales, ecológicas y geográficas que imperaban en esta región en épocas muy antiguas.

Todos los fósiles, por pequeños que sean, son registros muy particulares de la vida pasada e historia geológica de un lugar y nos ayudan a entender la relación que siempre existió entre los organismos y su ambiente.

Por ello, es importante rescatar estas riquezas paleontológicas para que puedan ser estudiadas e incorporadas al patrimonio paleontológico de Mendoza. Los fósiles son testimonios irrefutables de la remota historia de nuestro terruño y sus restos deben ser preservados y protegidos en repositorios adecuados para que las futuras generaciones puedan conocerlos.

Los ejemplares de este estudio se hallan depositados en los repositorios del Museo de Ciencias Naturales Cornelio Moyano y del Ianigla - Conicet Mendoza.

Bibliografía

- Bordonaro, O.L., Banchig, A., 2007. Biofacies de trilobites cámbricos en la Formación Alojamiento, Precordillera de San Juan y Mendoza. Ameghiniana 44 : 91-107.

- Bordonaro, O. L. y Fojo, C.F. 2011. Bathyuriscus mendozanus (Rusconi, 1945), trilobites del Cámbrico Medio de la Precordillera argentina. Revista Española de Paleontología, 26: 11-23.

- Bordonaro, O.L., Banchig, A., Pratt, B.R., y Raviolo, M.- 2008. Trilobite-based biostratigraphic model (biofacies and biozonation) for the Middle Cambrian carbonate platform of the argentine Precordillera. Geologica Acta, 6:115-129.

- Rusconi, C. 1945. Trilobites silúricos de Mendoza. Anales de la Sociedad Científica Argentina, 139: 216-219.

Fuente: losandes.com.ar