jueves, 14 de mayo de 2009

Un estudio investiga la vida de los primeros tetrápodos

Los registros fósiles se emplean para determinar la apariencia de los animales, y la comunidad científica ha descubierto mediante ellos diferencias importantes entre ejemplares jóvenes y adultos en el aspecto y el estilo de vida. Ahora una nueva investigación internacional publicada en la revista Science aporta nuevas pruebas sobre el hecho de que los primeros vertebrados terrestres sufrían una serie de cambios en su estilo de vida durante la madurez.

Investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y la Universidad de Duke (Estados Unidos) examinaron los restos óseos fósiles pertenecientes a las extremidades superiores de los géneros Ichthyostega y Acanthostega, los dos «peces cuadrúpedos» de Islandia. El nuevo material mostró diferentes trayectorias ontogénicas (aquellas que muestran el desarrollo desde la fertilización del huevo hasta la madurez) relativas a sus extremidades anteriores.

Estos animales vivieron durante el Devónico, un periodo del Paleozoico que comenzó hace 416 millones de años y finalizó hace 359,2 millones de años. El nombre de este periodo procede del condado de Devon (Reino Unido), donde se estudiaron por vez primera rocas datadas entre estas fechas. Los primeros peces que desarrollaron patas y comenzaron a andar en tierra como tetrápodos, esto es, animales vertebrados cuadrúpedos, lo hicieron durante el Devónico.

Los investigadores afirmaron que el Ichthyostega y el Acanthostega vivieron hace unos 365 millones de años y que fueron los primeros vertebrados con miembros anteriores y posteriores en lugar de aletas pareadas. Forman parte de la raíz común a todos los anfibios, reptiles mamíferos y pájaros actuales, según el equipo de investigación. A pesar de que ambos están considerados como los primeros tetrápodos de los que se tiene noticia gracias a múltiples estructuras esqueléticas prácticamente completas, el Acanthostega se ha definido como el más primitivo.

En su estudio, los investigadores encontraron varios huesos pertenecientes a extremidades anteriores de las dos especies de peces tanto completamente desarrollados como a medio desarrollo. Gracias a estos restos fueron capaces de determinar de qué manera variaba la forma del hueso al ir creciendo el animal. Los análisis revelaron que la vida de los dos animales se desarrolló de formas distintas.

«El hueso de la extremidad anterior proporciona una gran cantidad de información sobre el estilo de vida del animal, ya que su forma nos da pistas sobre los movimientos realizados y nos informa, por ejemplo, de si el animal levantaba la parte delantera del suelo», explicó el profesor Per Ahlberg del Departamento de Fisiología y Biología del Desarrollo de la Universidad de Uppsala (Suecia).

Al comparar estos dos peces, los investigadores descubrieron que el Ichthyostega era más terrestre que el Acanthostega gracias a que sus extremidades eran más robustas y sólo poseían una pequeña aleta de cola. «El patrón que se aprecia en el proceso de adhesión de los músculos en los pequeños húmeros (huesos de las extremidades anteriores) se asemeja al de los miembros más semejantes a los peces de los tetrápodos del grupo corona», se lee en el artículo. Es decir, el Ichthyostega poseía más capacidad de adaptar sus extremidades anteriores para poder aguantar su peso en la madurez.

Con respecto al Acanthostega, los húmeros pequeños y grandes muestran el patrón del grupo corona: sus extremidades son más débiles y la aleta de cola más grande. Los investigadores no encontraron modificaciones correspondientes en este animal.

«La explicación probablemente resida en que ambos animales depositaban sus huevos en el agua tal y como lo hacen los anfibios contemporáneos, lo que significa que para el Ichthyostega terrestre, [al contrario que para] el Acanthostega acuático, era necesario sufrir una transformación durante su vida al crecer del estado larvario al adulto», informó el profesor Ahlberg.

«Deducimos que el Ichthyostega sufrió una mayor terrestralización locomotora durante su ontogenia», apuntaron los autores. «En general, de las posiciones [del desarrollo evolutivo] filogenéticas relativas al Ichthyostega y al Acanthostega podría decirse que no están del todo claras, puesto que el Ichthyostega podría ser el más basal [el que se diversificó antes] de los dos.»

La situación del Ichthyostega, más adaptado al medio terrestre, indica «una situación en la que la terrestralización se produjo de forma rápida y temprana, muy distinta a la de los modelos predominantes en la actualidad sobre los "tetrápodos acuáticos devónicos"», concluyeron.

Para más información, consulte:

Science:
http://www.sciencemag.org

Universidad de Uppsala:
http://www.uu.se

Fuente: cordis.europa.eu

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