martes, 25 de agosto de 2009

Paleontología: rocas de museo, Aragón, España.

Foto: Fabián Simón

Aragón es una tierra privilegiada respecto al patrimonio paleontológico. Sus yacimientos se cuentan por decenas y las colecciones y exposiciones paleontológicas se están convirtiendo en un elemento más de la oferta cultural de la Comunidad. Una materia en auge con una gran tradición en esta tierra. Las tres provincias aragonesas cuentan con importantes yacimientos.

En el fondo de Aragón se han encontrado importantes fósiles que ayudan a desenmarañar la historia más remota de la región. La paleontología es la ciencia que se encarga de estudiar e interpretar el pasado de la vida a través de los fósiles. Trata de dar repuesta al origen de la Tierra a través de los restos animales y vegetales que quedan de la Prehistoria.

Un pasado muy lejano que cada vez está más cerca de los ciudadanos. De ello se encarga el Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza. Se cumplen ahora 25 años de su inauguración y su propósito sigue siendo el mismo: lograr que los aragoneses y visitantes sean testigos de los hallazgos paleontológicos de la región.

Fondos del Museo

El Museo se divide en dos salas: la Lucas Mallada y la Longinos Navás, ambas con el nombre de importante paleontólogos de esta tierra. La Sala Lucas Mallada contiene especímenes fósiles de plantas y animales vertebrados e invertebrados que ilustran la historia de la tierra desde el comienzo de la vida. Entre su material se cuenta con ejemplares de todo el mundo pero un altísimo porcentaje son aragoneses, muchos de ellos desconocidos fuera de nuestra comunidad.

Las exposiciones permanentes de esta sala invitan a realizar un viaje a través del tiempo, recorriendo las diferentes etapas en el desarrollo de la vida, con la ayuda de fósiles de animales y vegetales. Una columna con la escala del tiempo geológico ayuda a ubicar los fósiles en los millones de años que han transcurrido desde que comenzó la vida en la Tierra.

Las vitrinas exteriores reúnen una concisa pero variada exposición de las formas más representativas de los diferentes tiempos geológicos. Además, las vitrinas centrales albergan las especies más singulares de los yacimientos aragoneses. Se intenta de este modo, que los hallazgos de la región se sumen y equiparen en importancia a los realizados a lo largo de todo el mundo.

Por su parte, la sala Longinos Navás está dedicada a los hallazgos de este importante paleontólogo, nacido en Gerona, pero que desarrolló gran parte de su actividad profesional en Aragón. La sala alberga en sus vitrinas muchos de lo fósiles recuperados y estudiados por el jesuita Longinos Navás. La mayoría proceden de las colecciones didácticas del Museo del Colegio del Salvador de Zaragoza, aunque también se incluye una muestra significativa de su colección científica e instrumentos de trabajo.

Pero además de rendir un merecido homenaje a este importante científico, que dedicó gran parte de su vida a hacer más comprensible el origen de nuestra existencia, la sala también cuenta con una importante colección de animales naturalizados. Entre ellos, destacan aves, peces, mamíferos o reptiles. Todos ellos proceden de diferentes partes del mundo, por lo que los visitantes pueden disfrutar en sólo unos metros de una variada y enriquecedora muestra animal de hace millones de años.

Riqueza paleontológica

Parte de los fondos de este museo son históricos y otros muchos proceden de las investigaciones que se desarrollan en estos momentos en la Comunidad Autónoma de Aragón y en regiones cercanas.

Asimismo llegan al museo importantes materiales donados por particulares o entidades, que encuentran aquí un depósito estable y accesible al público.

En Aragón existe un registro paleontológico bastante completo desde el Precámbrico hasta la actualidad. Todo este registro se localiza en distintos conjuntos geográfico-geológicos que sintetizando mucho los podemos agrupar en el Pirineo Aragonés, el Sistema Ibérico y la Depresión del Ebro.

Estas grandes formaciones geológicas contienen restos fosilíferos citados desde el siglo XIX que han servido para datar cada una de las unidades geológicas y conocer mejor su estructura. Por poner algunos ejemplos, destacan los foraminíferos cretácicos del Pirineo, los trilobites paleozoicos en la Cordillera Ibérica o los importantes yacimientos de macromamíferos del Terciario en el Valle del Ebro y la fosa de Calatayud-Teruel.

La excepcionalidad de algunos yacimientos donde se conservan partes blandas de diferentes organismos le confieren unas características óptimas para el desarrollo de la Paleontología.

Esta riqueza y variedad, unida al interés social que viene despertando la Paleontología, ha fomentado la creación de salas de exposición con material paleontológico.

Fuente abc.es

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