Investigadores brasileños presentaron hoy el fósil de un pterosaurio que demuestra que estos reptiles alados tenían un "absoluto control de vuelo" y da un nuevo rumbo a las investigaciones sobre esta especie.
El fósil del "Jeholopterus ningchengensis" fue encontrado en depósitos de cerca de 130 millones de años en la región de Mongolia interior (China) y presentado hoy en el Museo Nacional de Río de Janeiro por el paleontólogo brasileño Alexander Kellner, que participó del descubrimiento junto con investigadores británicos, chinos y alemanes.
Según Kellner, la importancia de este fósil radica en la existencia de unas estructuras en las alas que suponen todo un cambio en las teorías que hasta el momento se tenían sobre el animal y su capacidad de volar.
Estas nuevas estructuras, conocidas como picnofibras y actinofibras, sólo pudieron ser descubiertas gracias al trabajo con rayos ultravioleta del paleontólogo alemán Helmut Tischlinger.
Así, el hallazgo de las picnofibras, semejantes a los pelos de algunos mamíferos, permitió a los investigadores, en primer lugar, concluir que los pterosaurios eran animales endotérmicos y por tanto capaces de controlar la temperatura de su propio cuerpo.
También gracias a los rayos ultravioletas se supo que las actinofibras, que ya eran conocidas, se estructuran en una trama de varias capas a diferencia de lo que se pensaba hasta el momento.
Este hecho otorgaría una mayor resistencia a las alas de estos animales así como la capacidad para estirarlas y retraerlas a voluntad, lo que permite un vuelo estable y con alto control.
Las membranas encontradas en el pterosaurio serían incluso más resistentes que las que presentan algunos animales voladores actuales, como el murciélago.
Para el profesor Kellner, el hallazgo "elimina los modelos de estudio anteriores", según algunos de los cuales las alas de los pterosaurios sólo les servirían para planear.
Asimismo, el paleontólogo explicó que este descubrimiento "abre toda una gama de posibilidades para desencadenar nuevas investigaciones" en torno a estos animales, que no son considerados como aves pero tampoco como dinosaurios, a pesar de haber coexistido.
Sin embargo, el científico también apuntó que ahora se abre un nuevo reto para los investigadores que deberán concluir la composición exacta de estas estructuras y que hasta el momento trabajan con la hipótesis de que se trate de colágeno o fibras musculares.
Por otra parte, el paleontólogo destacó el valor de la región de Mongolia interior, en el noreste de China, donde fue encontrado el fósil presentado hoy y aseguró que en el futuro debe llegar mucha información desde allí porque la cantidad de fósiles que se encuentra es "tremenda".
Kellner también subrayó la importancia de la colaboración brasileña para llevar a cabo las investigaciones ya que, según el profesor, en este país se encuentran algunos de los mejores ejemplares de fósiles de pterosaurios.
La réplica del fósil hallado y reproducciones del animal en vida y de su membrana alar serán expuestas a partir de ahora en el Museo Nacional de Río de Janeiro
Fuente: . Agencia EFE
El fósil del "Jeholopterus ningchengensis" fue encontrado en depósitos de cerca de 130 millones de años en la región de Mongolia interior (China) y presentado hoy en el Museo Nacional de Río de Janeiro por el paleontólogo brasileño Alexander Kellner, que participó del descubrimiento junto con investigadores británicos, chinos y alemanes.
Según Kellner, la importancia de este fósil radica en la existencia de unas estructuras en las alas que suponen todo un cambio en las teorías que hasta el momento se tenían sobre el animal y su capacidad de volar.
Estas nuevas estructuras, conocidas como picnofibras y actinofibras, sólo pudieron ser descubiertas gracias al trabajo con rayos ultravioleta del paleontólogo alemán Helmut Tischlinger.
Así, el hallazgo de las picnofibras, semejantes a los pelos de algunos mamíferos, permitió a los investigadores, en primer lugar, concluir que los pterosaurios eran animales endotérmicos y por tanto capaces de controlar la temperatura de su propio cuerpo.
También gracias a los rayos ultravioletas se supo que las actinofibras, que ya eran conocidas, se estructuran en una trama de varias capas a diferencia de lo que se pensaba hasta el momento.
Este hecho otorgaría una mayor resistencia a las alas de estos animales así como la capacidad para estirarlas y retraerlas a voluntad, lo que permite un vuelo estable y con alto control.
Las membranas encontradas en el pterosaurio serían incluso más resistentes que las que presentan algunos animales voladores actuales, como el murciélago.
Para el profesor Kellner, el hallazgo "elimina los modelos de estudio anteriores", según algunos de los cuales las alas de los pterosaurios sólo les servirían para planear.
Asimismo, el paleontólogo explicó que este descubrimiento "abre toda una gama de posibilidades para desencadenar nuevas investigaciones" en torno a estos animales, que no son considerados como aves pero tampoco como dinosaurios, a pesar de haber coexistido.
Sin embargo, el científico también apuntó que ahora se abre un nuevo reto para los investigadores que deberán concluir la composición exacta de estas estructuras y que hasta el momento trabajan con la hipótesis de que se trate de colágeno o fibras musculares.
Por otra parte, el paleontólogo destacó el valor de la región de Mongolia interior, en el noreste de China, donde fue encontrado el fósil presentado hoy y aseguró que en el futuro debe llegar mucha información desde allí porque la cantidad de fósiles que se encuentra es "tremenda".
Kellner también subrayó la importancia de la colaboración brasileña para llevar a cabo las investigaciones ya que, según el profesor, en este país se encuentran algunos de los mejores ejemplares de fósiles de pterosaurios.
La réplica del fósil hallado y reproducciones del animal en vida y de su membrana alar serán expuestas a partir de ahora en el Museo Nacional de Río de Janeiro
Fuente: . Agencia EFE
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