En la última campaña de excavaciones de julio se han descubierto cuatro nuevas especies de dípteros y un gran trozo de madera de 110 millones de años de antigüedad
Díptero, insecto del grupo de las moscas y mosquitos con el aparato bucal adaptado para alimentarse de sangre. A punto de ser publicado como nueva especie. / DM
Díptero, insecto del grupo de las moscas y mosquitos. La descripción no se queda ahí. Se le otorga el nombre científico de Archiaustroconops, con el añadido de «nuevo en su especie». Y no es único. El Atriculicoides es otro ejemplar similar que hasta ahora tampoco existía... Y el Lebanoculicoides y el Protoculicoides... Esta 'suma de letras' que acogen nombres científicos tienen un denominador común: son cuatro ejemplares atrapados en el ámbar hace 110 millones de años que acaban de ser descubiertos en el yacimiento cretácico existente en el Territorio El Soplao de Cantabria. Unos hallazgos únicos que ratifican lo que ya se anunció en su día: el área de El Soplao es única, de relevancia mundial y abierta a un futuro que puede ser «infinito».
Las nuevas 'joyas' del yacimiento son consecuencia de la última campaña de excavaciones realizada entre el 23 y el 30 de julio de este año. Como resultado de ese trabajo, supervisado por un amplio número de científicos, se ha logrado profundizar en la relevancia del lugar y su gran valor como yacimiento, casi único, del cretácico inferior.
Incluso los propios expertos consideran que las 'piezas' que se van encontrando «sorprenden y otorgan el carácter excepcional al yacimiento que va camino de convertirse en un referente científico de clara relevancia internacional».
Esa realidad ya ha quedado de manifiesto en las recientes publicaciones hechas en la revista científica 'Geóliga Acta', en la que se glosa el trabajo preliminar sobre la geología y paleobiología del yacimiento. Ahora llegará una segunda publicación: artículos en los que se describen los insectos fosilizados hallados en el interior del ámbar recogido en el yacimiento de El Soplao, un territorio cántabro redescubierto y puesto en valor en julio del año 2005 por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria que dirige Francisco Javier López Marcano.
Las nuevas especies han sido halladas en el interior del ámbar. Se trata de cuatro ejemplares de dípteros, todos inexistentes hasta ahora. En dos de los casos, los insectos que habitaban la Cantabria de hace 110 millones de años tienen la particularidad de poseer un apararato bucal adaptado para alimentarse de sangre (Lebanoculicoides y Protoculicoides).
Las nuevas 'joyas' del yacimiento son consecuencia de la última campaña de excavaciones realizada entre el 23 y el 30 de julio de este año. Como resultado de ese trabajo, supervisado por un amplio número de científicos, se ha logrado profundizar en la relevancia del lugar y su gran valor como yacimiento, casi único, del cretácico inferior.
Incluso los propios expertos consideran que las 'piezas' que se van encontrando «sorprenden y otorgan el carácter excepcional al yacimiento que va camino de convertirse en un referente científico de clara relevancia internacional».
Esa realidad ya ha quedado de manifiesto en las recientes publicaciones hechas en la revista científica 'Geóliga Acta', en la que se glosa el trabajo preliminar sobre la geología y paleobiología del yacimiento. Ahora llegará una segunda publicación: artículos en los que se describen los insectos fosilizados hallados en el interior del ámbar recogido en el yacimiento de El Soplao, un territorio cántabro redescubierto y puesto en valor en julio del año 2005 por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria que dirige Francisco Javier López Marcano.
Las nuevas especies han sido halladas en el interior del ámbar. Se trata de cuatro ejemplares de dípteros, todos inexistentes hasta ahora. En dos de los casos, los insectos que habitaban la Cantabria de hace 110 millones de años tienen la particularidad de poseer un apararato bucal adaptado para alimentarse de sangre (Lebanoculicoides y Protoculicoides).
Díptero, insecto del grupo de las moscas y mosquitos con el aparato bucal adaptado para alimentarse de sangre. A punto de ser publicado como nueva especie. / DM
Y hay más. También se han encontrado ejemplares encerrados en ámbar de coleópteros, himenópetros, rafidiópteros (mosca serpiente)...
Junto a los insectos, el yacimiento va 'sacando a la luz' más tesoros, caso de nuevas piezas de ámbar azul, casi único en el mundo. En un escueto informe preliminar sobre los resultados de la última excavación se expresa que se han obtenido además de un gran número de ejemplares de ámbar varios kilos de restos vegetales. Entre ellos destaca «un ejemplar de madera fosilizada de calidad y dimensiones desconocidas hasta la fecha en yacimientos de ámbar de esta edad». La pieza de madera tiene 40 centímetros de largo por 20 centímetros de ancho. En ella se aprecia la estructura fibrosa característica de la madera, con algunas partes sustituidas por mineralizaciones de pirita.
Como resultado de las excavaciones de la última campaña -mediante métodos de concentración por flotación y tamizado- se han obtenido más de siete kilos de ámbar (en otros yacimientos hay que remover toneladas para obtener piezas minúsculas). Según los científicos, ese ámbar está integrado por un gran número de ejemplares de tamaño centimétrico que serán ideales para su posterior revisión en laboratorio mediante microscopía óptica e iluminadores de luz fría. También se han extraído ejemplares que superan los cinco centímetros de diámetro.
Junto a los insectos, el yacimiento va 'sacando a la luz' más tesoros, caso de nuevas piezas de ámbar azul, casi único en el mundo. En un escueto informe preliminar sobre los resultados de la última excavación se expresa que se han obtenido además de un gran número de ejemplares de ámbar varios kilos de restos vegetales. Entre ellos destaca «un ejemplar de madera fosilizada de calidad y dimensiones desconocidas hasta la fecha en yacimientos de ámbar de esta edad». La pieza de madera tiene 40 centímetros de largo por 20 centímetros de ancho. En ella se aprecia la estructura fibrosa característica de la madera, con algunas partes sustituidas por mineralizaciones de pirita.
Como resultado de las excavaciones de la última campaña -mediante métodos de concentración por flotación y tamizado- se han obtenido más de siete kilos de ámbar (en otros yacimientos hay que remover toneladas para obtener piezas minúsculas). Según los científicos, ese ámbar está integrado por un gran número de ejemplares de tamaño centimétrico que serán ideales para su posterior revisión en laboratorio mediante microscopía óptica e iluminadores de luz fría. También se han extraído ejemplares que superan los cinco centímetros de diámetro.
La última campaña también ha permitido conocer la extensión lateral del depósito, que confirma unas dimensiones espectaculares superiores a los 100 metros, que lo sitúan entre los mayores yacimientos de ámbar del Mundo (del cretácico inferior).
A medida que se avanza en las excavaciones y catas, también va creciendo la cantidad de restos vegetales fosilizados que se encuentran. Entre ellos sobresale el hallazgo de trazas de raíces de plantas in situ que indicarían que el área donde ahora se encuentran el ámbar, los restos vegetales y los sedimentos estaba colonizada por plantas adaptadas a medios salobres que recibían aportes sedimentarios periódicos arrastrados por aguas continentales. Para los científicos, y en un ejercicio de traslación y actualización, el paisaje de entonces (hace 110 millones de años) se asemejaría al que hoy se observa en zonas de estuarios y deltas. Por eso se puede suponer que el ambiente en el que se formó el yacimiento sería similar al de un manglar actual, aunque formado por otro tipo de plantas. Todo ello, abre una nueva línea de investigación y más interrogantes sobre la fuente de la resina que dio lugar al ámbar de El Soplao. Y surge la pregunta: ¿Es el ámbar autóctono o fue transportado desde zonas lejanas afectadas por paleoincendios y posteriores riadas hasta quedar depositado en el Territorio El Soplao? Nueva incógnita... Pero El Soplao va dando respuestas.
A medida que se avanza en las excavaciones y catas, también va creciendo la cantidad de restos vegetales fosilizados que se encuentran. Entre ellos sobresale el hallazgo de trazas de raíces de plantas in situ que indicarían que el área donde ahora se encuentran el ámbar, los restos vegetales y los sedimentos estaba colonizada por plantas adaptadas a medios salobres que recibían aportes sedimentarios periódicos arrastrados por aguas continentales. Para los científicos, y en un ejercicio de traslación y actualización, el paisaje de entonces (hace 110 millones de años) se asemejaría al que hoy se observa en zonas de estuarios y deltas. Por eso se puede suponer que el ambiente en el que se formó el yacimiento sería similar al de un manglar actual, aunque formado por otro tipo de plantas. Todo ello, abre una nueva línea de investigación y más interrogantes sobre la fuente de la resina que dio lugar al ámbar de El Soplao. Y surge la pregunta: ¿Es el ámbar autóctono o fue transportado desde zonas lejanas afectadas por paleoincendios y posteriores riadas hasta quedar depositado en el Territorio El Soplao? Nueva incógnita... Pero El Soplao va dando respuestas.
Fuente: eldiariomontanes.es
hola quiero saber de que color es el ambar si es trasparente es que encontre un tipo de ambar de color traasparente como el vidrio qiero saber su antiguedad y su valor este es mi email, c3azarojas@gmail.com
ResponderEliminarquiero alguien que conosca sobre el ambar trasparente y me de toda la informacion posible las gemas en bruto que encontre son de 50, 100, y 200 gramos aprx..su comercializacion y la edad s
ResponderEliminar