Investigadores de la Universidad de Zaragoza han descubierto en Arén restos del dinosaurio más moderno encontrado en Europa. Los restos se han fechado en el Cretácico Superior, hace unos 66 millones de años, lo que significa, según los investigadores, que representantes de esta especie pudieron ver la caída del meteorito del límite Cretácico Superior, que podría haber provocado la extinción de los dinosaurios en la Tierra.
El descubrimiento se ha dado a conocer en el último número de la revista paleontológica “Paleovol”, en la que se explica que los trabajos los han llevado a cabo los investigadores del grupo “Aragosaurus-IUCA” de la Universidad de Zaragoza, con la participación de expertos de la Universidad Complutense de Madrid, la Autónoma de Barcelona, la del País Vasco y del Museo Jurásico de Asturias.
Uno de los aspectos más destacados del hallazgo es que se ha podido recuperar gran parte del dinosaurio, por lo que se ha podido conocer su tamaño medio, que sería de unos 7 metros de longitud. Esto lo convierte en el dinosaurio europeo conocido más completo del final del Cretácico, poco antes de la extinción de la especie.
Los paleontólogos han recuperado gran parte del cráneo, vértebras del cuello, de la espalda, de la cola, el húmero derecho, el pubis derecho y los dos fémures, además de vértebras del sacro y el coracoides derecho y la escápula del mismo lado. Estos restos han permitido a los investigadores especificar que el ejemplar hallado pertenece al grupo de dinosaurios hadrosáuridos, caracterizados por comer plantas y tener “pico de pato”, que en el Cretácico Superior eran muy abundantes en Norteamérica y Asia.
Además, gracias al estudio filogenético se ha podido concretar que el ejemplar descubierto pertenece a los “hadrosáuridos lambeosaurino”, que se caracterizan por tener espectacular estructuras craneales. Según los investigadores la del ejemplar hallado podría ser similar a la del dinosaurio norteamericano Parasaurolophus, aunque menos llamativa.
Para los expertos este hallazgo es de gran importancia, ya que pertenece a la época Cretácico Superior, hace 66 millones de años, poco antes de que cayera sobre la tierra un meteorito, que pudo provocar la desaparición de los dinosaurios, entre otras muchas especies. Sin embargo, los investigadores reconocen que “aunque se trata de unos de los eventos catastróficos más conocidos popularmente, hay una gran ausencia de información de las especies que existía y las que no, porque hay pocos yacimientos en el mundo de ese periodo”.
Precisamente, el yacimiento de Arén en el que han sido localizados estos restos es uno de esos escasos lugares. Para los paleontólogos resulta de gran importancia la investigación de esta área geográfica para poder avanzar en la investigación y, “determinar cuántos y cómo se extinguieron los dinosaurios con la caída del meteorito”. De hecho, la importancia que tiene Arén para los paleontólogos se refleja en el nombre que han puesto al ejemplar hallado, “Arenysaurus Ardevoli’. El primero hace referencia a la localidad de Arén, el segundo, en reconocimiento a Lluis Ardevol, geólogo que encontró los primeros restos fósiles.
Diez años
Realmente, la excavación de este dinosaurio se prolongó durante cinco años, debido a las dificultades de acceso al yacimiento y a la conservación de los fósiles en una roca extremadamente dura. Pero en total, los trabajos de preparación y extracción de la roca han tenido 10 años duración, centrándose en el yacimiento denominado “Blasi 3”.
Cabe recordar que los descubrimientos dados en estos yacimientos sitúan a la localidad de la Ribagorza como poseedora de una de las mejores colecciones europeas de dinosaurios hadrosaurios del Maastrichtiense, es decir, de más de 65 millones de años. Las excavaciones comenzaron en 1997 y desde entonces ha dado numerosas sorpresas. Además de restos de dinosaurios, se han encontrado restos de tortugas, cocodrilos, anfibios y peces.
Uno de los aspectos más destacados del hallazgo es que se ha podido recuperar gran parte del dinosaurio, por lo que se ha podido conocer su tamaño medio, que sería de unos 7 metros de longitud. Esto lo convierte en el dinosaurio europeo conocido más completo del final del Cretácico, poco antes de la extinción de la especie.
Los paleontólogos han recuperado gran parte del cráneo, vértebras del cuello, de la espalda, de la cola, el húmero derecho, el pubis derecho y los dos fémures, además de vértebras del sacro y el coracoides derecho y la escápula del mismo lado. Estos restos han permitido a los investigadores especificar que el ejemplar hallado pertenece al grupo de dinosaurios hadrosáuridos, caracterizados por comer plantas y tener “pico de pato”, que en el Cretácico Superior eran muy abundantes en Norteamérica y Asia.
Además, gracias al estudio filogenético se ha podido concretar que el ejemplar descubierto pertenece a los “hadrosáuridos lambeosaurino”, que se caracterizan por tener espectacular estructuras craneales. Según los investigadores la del ejemplar hallado podría ser similar a la del dinosaurio norteamericano Parasaurolophus, aunque menos llamativa.
Para los expertos este hallazgo es de gran importancia, ya que pertenece a la época Cretácico Superior, hace 66 millones de años, poco antes de que cayera sobre la tierra un meteorito, que pudo provocar la desaparición de los dinosaurios, entre otras muchas especies. Sin embargo, los investigadores reconocen que “aunque se trata de unos de los eventos catastróficos más conocidos popularmente, hay una gran ausencia de información de las especies que existía y las que no, porque hay pocos yacimientos en el mundo de ese periodo”.
Precisamente, el yacimiento de Arén en el que han sido localizados estos restos es uno de esos escasos lugares. Para los paleontólogos resulta de gran importancia la investigación de esta área geográfica para poder avanzar en la investigación y, “determinar cuántos y cómo se extinguieron los dinosaurios con la caída del meteorito”. De hecho, la importancia que tiene Arén para los paleontólogos se refleja en el nombre que han puesto al ejemplar hallado, “Arenysaurus Ardevoli’. El primero hace referencia a la localidad de Arén, el segundo, en reconocimiento a Lluis Ardevol, geólogo que encontró los primeros restos fósiles.
Diez años
Realmente, la excavación de este dinosaurio se prolongó durante cinco años, debido a las dificultades de acceso al yacimiento y a la conservación de los fósiles en una roca extremadamente dura. Pero en total, los trabajos de preparación y extracción de la roca han tenido 10 años duración, centrándose en el yacimiento denominado “Blasi 3”.
Cabe recordar que los descubrimientos dados en estos yacimientos sitúan a la localidad de la Ribagorza como poseedora de una de las mejores colecciones europeas de dinosaurios hadrosaurios del Maastrichtiense, es decir, de más de 65 millones de años. Las excavaciones comenzaron en 1997 y desde entonces ha dado numerosas sorpresas. Además de restos de dinosaurios, se han encontrado restos de tortugas, cocodrilos, anfibios y peces.
Fuente: pirineodigital.com
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