Estas criaturas parecidas a los calamares desaparecieron hace 155 millones de años. Sin embargo, a pesar del tiempo que ha transcurrido desde entonces, unos científicos han sido capaces de extraer sacos de tinta del fósil en perfecta conservación, tinta con la cual han pintado un dibujo del prehistórico animal.
Lo que dota a este descubrimiento de suma importancia es el hecho de que la posibilidad de encontrar algo tan delicado como es el saco de tinta de un calamar en buen estado después de tanto tiempo, es de una sobre un billón.
La clave del prodigioso hecho es la rapidez con la que estas criaturas se fosilizaron en las rocas de Wiltshire, las cuales estuvieron cubiertas por el océano durante la era Jurásica, lo que facilitó en gran medida la preservación del fósil y sus componentes internos.
'Efecto medusa'
Los científicos le ponen el nombre de 'efecto Medusa', en referencia al monstruo de la mitología griega cuya cara era tan fea que hacía que cualquiera que la contemplara se convirtiera en piedra. El doctor Phil Wilby, que ha liderado el equipo que encontró el fósil, afirma que "el proceso de descomposición generalmente significa que las partes duras del animal se han conservado.
Es extremadamente raro encontrar fósiles con sus partes blandas en perfecto estado de conservación. Es lo que llamamos 'efecto Medusa' -las especies se convertían en piedra en cuestión de días, antes de que sus partes blandas pudieran ser extraídas y comidas".
El saco de tinta de una pulgada de longitud se separó de su dueño -Belemnotheutis antiquus- del que el Dr. Wilby añade que era "parecido a un calamar pero no igual a los calamares que existen hoy en día". No obstante, la tinta negra retirada del fósil tiene la misma estructura que la de los calamares actuales. Además, la tinta solificada y mezclada con amoniaco, puede utilizarse para pintar.
Lugar redescubierto
Esos sacos se encontraron en varios cientos de fósiles encontrados en la misma zona donde el Dr. Wilby desarrollaba su investigación (Investigación Geológica Británica). El experto espera que analizándolos salga a relucir por qué tantas criaturas perecieron en ese área y cómo algunos de ellos se han preservado igual que como si hubieran acabado de fallecer.
El lugar del descubrimiento es conocido desde la era Victoriana y uno de los primeros lugares del mundo que produjeron fósiles de músculos frágiles y tejido estomacal. Su localización exacta se perdió, hasta que fue encontrada por el Dr. Wilby y su equipo.
Fuente: ecodiario.eleconomista.es
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