Los restos son un "eslabón genético y temporal" entre dos grupos de la especie
Comparación de las envergaduras del hombre, el Dilong paradoxus (la especie de Tyrannosaurus más pequeña conocida), el Xiongguanlong baimoensis (de color gris) y el Tyrannosaurus rex (derecha).
ADRIÁN FONCILLAS
ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN
Unos fósiles encontrados en la ciudad china de Jiayuguan (provincia de Gansu) ayudarán a trazar la evolución de los dinosaurios. Los restos, que pertenecen a un antecesor del
Tyrannosaurus rex, permitirán llenar el hueco entre los grandes saurios más avanzados y las especies menores previas. La comunidad científica ha saludado el hallazgo como el eslabón perdido de los dinosaurios.
El estudio de los tiranosaurios se ha basado tradicionalmente en fósiles de dos etapas diferentes del Cretácico, que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 65 millones de años. "Teníamos un agujero de entre 40 y 50 millones de años en el que carecíamos de fósiles", explicó Peter Makovicky, experto del Área de Dinosaurios del Field Museum de Chicago. El vínculo "genético, morfológico y temporal" sería el Xiongguanlong baimoensis, como ha sido bautizado. El nombre genérico deriva de xiong guan (gran paso) y long (dragón), mientras que el específico viene de baimo o fantasma blanco, por el área del descubrimiento, conocida como el castillo del fantasma blanco (sur del desierto del Gobi).
Makovicky explicó en la revista Proceedings B de la Royal Society británica que en esos restos ya se aprecian algunos de los distintivos del Tyrannosaurus rex: un cráneo en forma de caja, huesos reforzados en la sien para soportar la musculatura maxilar y una fuerte columna vertebral que sostiene una gran cabeza.
MEDIDAS 'MODESTAS'
Por el contrario, el hocico es más alargado y fino que el de sus descendientes. El cráneo medía medio metro de largo y albergaba 70 dientes, escasamente afilados en comparación con otras especies de saurios. Las medidas, de hecho, son bastante modestas: el Xiongguanlong apenas alcanzaba un metro y medio a la altura de la cadera y pesaba unos 280 kilos, que palidecen ante los cuatro metros y las cinco toneladas del T-Rex.
Las excavaciones, a cargo de un equipo de paleontólogos chinos y estadounidenses, también han localizado fósiles de un dinosaurio similar a un avestruz actual, aunque saturada de anabolizantes. Se cree que corría con las patas traseras y tenía unos brazos poderosos y una pequeña cabeza. Ya se teníe constancia de la existencia de ornitominosaurios, pero no tan grandes.
Este ejemplar medía seis metros de alto y pesaba unos 630 kilos. La especie habría evolucionado a partir de antecesores carnívoros, perdiendo los dientes para hacer más manejable su pico. Eso explicaría la similitud con el avestruz. "Hay escasas sendas evolutivas que permiten a una especie carnívora convertirse en herbívora o omnívora", explicó Makovicky. El experto añadió que aquellos animales alternaban lagartos y pequeños mamíferos con una gran cantidad de follaje.
Un estudio independiente de la Universidad de Carolina del Norte ha acreditado las similitudes entre los dinosaurios y los avestruces. Tras analizar varios huesos, los investigadores han demostrado que algunas estructuras óseas de aquellos son virtualmente idénticas a las de estos.
Tyrannosaurus rex, permitirán llenar el hueco entre los grandes saurios más avanzados y las especies menores previas. La comunidad científica ha saludado el hallazgo como el eslabón perdido de los dinosaurios.
El estudio de los tiranosaurios se ha basado tradicionalmente en fósiles de dos etapas diferentes del Cretácico, que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 65 millones de años. "Teníamos un agujero de entre 40 y 50 millones de años en el que carecíamos de fósiles", explicó Peter Makovicky, experto del Área de Dinosaurios del Field Museum de Chicago. El vínculo "genético, morfológico y temporal" sería el Xiongguanlong baimoensis, como ha sido bautizado. El nombre genérico deriva de xiong guan (gran paso) y long (dragón), mientras que el específico viene de baimo o fantasma blanco, por el área del descubrimiento, conocida como el castillo del fantasma blanco (sur del desierto del Gobi).
Makovicky explicó en la revista Proceedings B de la Royal Society británica que en esos restos ya se aprecian algunos de los distintivos del Tyrannosaurus rex: un cráneo en forma de caja, huesos reforzados en la sien para soportar la musculatura maxilar y una fuerte columna vertebral que sostiene una gran cabeza.
MEDIDAS 'MODESTAS'
Por el contrario, el hocico es más alargado y fino que el de sus descendientes. El cráneo medía medio metro de largo y albergaba 70 dientes, escasamente afilados en comparación con otras especies de saurios. Las medidas, de hecho, son bastante modestas: el Xiongguanlong apenas alcanzaba un metro y medio a la altura de la cadera y pesaba unos 280 kilos, que palidecen ante los cuatro metros y las cinco toneladas del T-Rex.
Las excavaciones, a cargo de un equipo de paleontólogos chinos y estadounidenses, también han localizado fósiles de un dinosaurio similar a un avestruz actual, aunque saturada de anabolizantes. Se cree que corría con las patas traseras y tenía unos brazos poderosos y una pequeña cabeza. Ya se teníe constancia de la existencia de ornitominosaurios, pero no tan grandes.
Este ejemplar medía seis metros de alto y pesaba unos 630 kilos. La especie habría evolucionado a partir de antecesores carnívoros, perdiendo los dientes para hacer más manejable su pico. Eso explicaría la similitud con el avestruz. "Hay escasas sendas evolutivas que permiten a una especie carnívora convertirse en herbívora o omnívora", explicó Makovicky. El experto añadió que aquellos animales alternaban lagartos y pequeños mamíferos con una gran cantidad de follaje.
Un estudio independiente de la Universidad de Carolina del Norte ha acreditado las similitudes entre los dinosaurios y los avestruces. Tras analizar varios huesos, los investigadores han demostrado que algunas estructuras óseas de aquellos son virtualmente idénticas a las de estos.
Fuente: elperiodico.com
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