Investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y de la Universidad de las Islas Baleares han detectado en Mallorca más de 200 colapsos o hundimientos del terreno que tuvieron lugar durante el Mioceno superior (Messinense).
FUENTE | IGME - madri+d El mayor sistema de colapsos submarinos de la historia de la tierra tuvo lugar hace seis millones de años. Investigadores del IGME y de la Universidad de las Islas Baleares han detectado en Mallorca más de 200 colapsos o hundimientos del terreno que tuvieron lugar durante el Mioceno superior (Messinense), hace unos 6 millones de años. Estos paleocolapsos, considerados por los investigadores como el mayor episodio de hundimientos submarinos del Planeta, pueden observarse en la costa sur y este de Mallorca; su exposición en los acantilados es extraordinaria y destacan por sus grandes dimensiones de hasta 500 metros cuadrados de superficie y 35 metros de altura
Estas formas fósiles de hundimientos están estrechamente ligadas al desarrollo de una de las mayores plataformas arrecifales del Mediterráneo occidental y a las fluctuaciones del nivel del mar que se produjeron durante el Mioceno Superior y que controlaron el crecimiento y la posición de estos arrecifes coralinos.
Cuando el nivel del mar bajaba, los corales quedaban expuestos a la disolución por las agresivas aguas subterráneas y en un clima tropical-subtropical, por lo que se fueron formando distintos sistemas de cavidades. Cuando el nivel del mar subía, se iban depositando nuevos sedimentos sobre los corales hasta que las cavidades se colapsaron y, sobre ellas, se hundieron grandes volúmenes de rocas cuando todavía no estaban litificadas.
Pedro Agustín Robledo -investigador titular del IGME- declara que "los estudios de porosidad que se han llevado a cabo en los paleocolapsos han puesto de manifiesto el gran interés que tienen estas estructuras como potenciales reservorios de hidrocarburos o de aguas subterráneas. En términos generales, este curioso episodio geológico puede contribuir a mejorar el conocimiento de los eventos paleoclimáticos críticos, que hayan sucedido a lo largo de la historia de la Tierra".
Estas formas fósiles de hundimientos están estrechamente ligadas al desarrollo de una de las mayores plataformas arrecifales del Mediterráneo occidental y a las fluctuaciones del nivel del mar que se produjeron durante el Mioceno Superior y que controlaron el crecimiento y la posición de estos arrecifes coralinos.
Cuando el nivel del mar bajaba, los corales quedaban expuestos a la disolución por las agresivas aguas subterráneas y en un clima tropical-subtropical, por lo que se fueron formando distintos sistemas de cavidades. Cuando el nivel del mar subía, se iban depositando nuevos sedimentos sobre los corales hasta que las cavidades se colapsaron y, sobre ellas, se hundieron grandes volúmenes de rocas cuando todavía no estaban litificadas.
Pedro Agustín Robledo -investigador titular del IGME- declara que "los estudios de porosidad que se han llevado a cabo en los paleocolapsos han puesto de manifiesto el gran interés que tienen estas estructuras como potenciales reservorios de hidrocarburos o de aguas subterráneas. En términos generales, este curioso episodio geológico puede contribuir a mejorar el conocimiento de los eventos paleoclimáticos críticos, que hayan sucedido a lo largo de la historia de la Tierra".
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