miércoles, 17 de marzo de 2010

El anfibio "Fedexia striegeli" de 300 millones de años que apareció en un aeropuerto


El cráneo bien preservado del anfibio / Museo Carnegie de Historia Natural

Un anfibio carnívoro de extraño aspecto que habitó la Tierra hace 300 millones de años puede representar una de las primeras formas de vida terrestres entre los vertebrados. Se trata de un animal al que han llamado Fedexia striegeli, tan particular como el lugar donde fue hallado, cerca del aeropuerto internacional de Pittsburgh, al oeste de Pensilvania (EE.UU). Precisamente, fue bautizado con ese extraño nombre en honor a la compañía de transportes FedEx, propietaria de los terrenos en los que aparecieron los fósiles. El apellido corresponde al del «padre» de la criatura, Adam Striegel, el científico que la descubrió.

Los investigadores, cuyo trabajo aparece publicado en la revista Annals of Carnegie Museum, creen que este anfibio vivió en un punto de inflexión importante para la vida de los vertebrados en la Tierra. Hasta ese período, la mayoría tenía el agua como hábitat natural, pero entonces el clima del planeta se volvió cada vez más seco y caliente. «Esto redujo el número de entornos acuáticos y obligó a los anfibios a ser más terrestres», explica David Brezinski, paleontólogo del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh y uno de los autores del estudio.


Aspecto del Fedexia striegeli / Museo Carnegie de Historia Natural


Cráneo bien conservadoEl Fedexia striegeli vivió en lo que ahora es Pensilvania unos 100 millones de años antes de que aparecieran por primera vez los mamíferos y 70 antes de que los dinosaurios comenzaran a caminar sobre la Tierra. El clima de la zona entonces era prácticamente tropical. En ese momento, otros animales adoptaron tendencias terrestres, lo que indica que su evolución había comenzado hacía ya tiempo, posiblemente por los cambios en el clima.

Los investigadores creen que Fedexia vivía principalmente en tierra a causa de una serie de características halladas en su bien conservado cráneo de unos 11,5 centímetros de largo. Su apertura nasal estaba dividida en dos partes. La más oculta guardaba una glándula que podía haber aumentado su sentido del olfato o ayudado al cuerpo a eliminar el exceso de sal, funciones útiles para las criaturas terrestres. Además, el anfibio carecía de una serie de ranuras laterales características de los animales acuáticos para detectar vibraciones en el agua, algo completamente inutil en tierra, y tenía huesos fuertes y muy desarrollados, otro signo de que soportaba su peso en tierra.

Fuente: abc.es

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