Silvina de Valais es experta en pisadas de animales extinguidos, como las de aves que pasearon en desaparecidos bosques antárticos. Estudiará rastros del Triásico en la Línea Sur.
La bióloga Silvina de Valais es experta en descifrar pisadas de animales extintos. Ha puesto, por ejemplo, la lupa en las huellas que en el Jurásico dejaron en Santa Cruz pequeños mamíferos y ha estudiado los registros de una suerte de chorlitos hace 47 millones de años pasearon por lagunas de un escenario por entonces verde en lo que hoy es la Antártida. Y también ha identificado las pisadotas de bestiales dinosaurios carnívoros. Pero ahora, la investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Río Negro tiene como objetivo investigar las pisadas de bichos que hace 220 millones de años caminaron por lo que actualmente constituye una porción de la Línea Sur rionegrina, más concretamente en las lajas que atesoran fósiles del período Triásico, una época en la cual no había dinosaurios pero sí reptiles mamiferoides. Criaturas extrañas: mamíferos en tránsito a reptiles que se encuentran en canteras de Los Menucos.
La bióloga encontró su lugar en el mundo en la Patagonia Norte. Es referente en una rama de la paleontología llamada icnología
Es curiosa y paradójica la tarea de la icnóloga -así se llama su especialidad- pues en esta misión que espera completar con un trabajo de campo antes que termine el año, retoma investigaciones o por lo menos registros que hace muchísimos años realizó nada más y nada menos que el fallecido científico rionegrino Rodolfo Casamiquela, el gran investigador patagónico.
"Puede sonar un poco raro pero esa es mi especialidad, no soy la única, hay otros especialistas en la Argentina. Y si bien no me animo a decir cuántos, no somos muchos", afirmó la bióloga que desde hace tres años vive en Roca donde es docente de la Universidad de Río Negro.
La icnología es una de las ramas de la paleontología que se dedica específicamente a eso, a encontrar huellas plantas que vivieron millones de años atrás.
La investigadora que nació en la capital federal y completó su doctorado trabajando en el museo Egidio Feruglio de Trelew ha encontrado su lugar en el mundo en la Patagonia Norte.
"En general he estado trabajando en la investigación de registros de la década del 70. Mi tesis doctoral la hice con las huellitas de mamíferos que fueron descubiertas por (Rodolfo) Casamiquela y de otras que registró (José) Bonaparte y que son del Jurásico Medio en Santa Cruz. Son pisadas chicas, de mamíferos muy chicos", explica.
–¿Cómo un ratón?
–Sí, de ese tamaño, pero no era un ratón, a los ratones todavía les faltaba mucho, mucho.
–¿Cómo surgió la investigación de las pisadas de aves en la Antártida?
–Fui convocada por Héctor Mansilla, un investigador chileno que en 2008 estuvo en la Antártida, en un sitio que ya era conocido desde la década del 70, un cerro fósil donde se registraron hojas y otros materiales muy interesantes. Mansilla y otro científico, un paleobotánico, Marcelo Leppe, encontraron pisadas de aves, como si fueran de chorlitos y otras palmadas, como de patos.
–¿Cómo hizo la investigación?
–Gracias a una autorización y el financiamiento de la Universidad de Río Negro pude ir a Punta Arenas (Chile) y realizar la investigación. Son huellas de 47 millones de años, cuando Antártida tenía zonas boscosas y una flora y fauna muy interesantes.
La investigación global de Antártida es clave para descifrar cómo era ése continente antes de que se congelara. Los investigadores recogieron planchas de piedra que concentran 40 pisadas de aves que no se sabe si están o no extinguidas. Esas aves habitaron un lugar diferente, todavía unido al territorio americano.
Fuente: rionegro.com.ar
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