miércoles, 4 de agosto de 2010

Entrevista a Tim White, (Ardipithecus ramidus)

Tim White (a la izquierda) y Mauricio Antón (derecha)



Tim White contribuyó al descubrimiento de las famosas pisadas de Laetoli, y junto con Donald Johanson estudió los fósiles de Australopithecus afarensis de Afar, Etiopía, incluyendo la famosa “Lucy”, que en los años 80 revolucionó el árbol genealógico de los homínidos. En los años 90 el equipo de White descubrió en Aramis, Etiopía, un nuevo género y especie de homínido, al que bautizaron como Ardipithecus ramidus, y que por aquél entonces era el miembro más antiguo conocido de nuestra familia. En campañas posteriores se encontraron nuevos restos de A. ramidus, incluyendo un esqueleto parcial de una hembra, pero la preservación de los fósiles era tan precaria que su preparación y análisis llevaron 15 años de trabajo, durante los cuales la comunidad científica internacional aguardaba expectante los resultados de su estudio.

En 2009 la publicación de un conjunto de artículos sobre A. ramidus y su entorno ecológico en un número especial de la revista Science justificó con creces la espera, proporcionando una descripción y análisis exhaustivos de los fósiles y unas interpretaciones en ocasiones provocadoras de la biología y evolución de este primitivo homínido. Todo descubrimiento relevente en el campo de la evolución humana genera polémica y el recién descrito esqueleto de A. ramidus, apodado “Ardi” por sus descubridores, no es una excepción.

Las conclusiones del conjunto de estudios indican que A. ramidus era un homínido todavía próximo al antepasado común entre humanos y chimpancés, pero inequívocamente situado en nuestra rama del árbol evolutivo por rasgos distintivos como la reducción del tamaño de los caninos y la incipiente locomoción bípeda. Más aún, proponen que el bipedismo de “ardi” no era una adaptación a la sabana abierta como solía decirse, ya que su entorno sería más boscoso, y plantean que la locomoción bípeda fue una adaptación que permitía a los machos de la especie transportar alimentos con los cuales aprovisionarían a la hembra y las crías, dentro de un sistema social monogámico.

Pero hay expertos que cuestionan tanto la interpretación de “Ardi” como animal bípedo, como la interpretación de su entorno como boscoso o semiboscoso, ambas elementos claves para la hipótesis del equipo de White sobre la evolución humana en el Mioceno tardío y el Plioceno. Pero lo que nadie pone en duda es la labor increíblemente concienzuda de White y sus colaboradores por extraer al yacimiento y a sus fósiles hasta la última gota de información.

1. ¿Cuáles son, en su opinión, los principales hitos en la evolución humana?

A. El bipedismo y la reducción de los caninos, hace unos 6-7 millones de años
B. La tecnología lítica, el cerebro y la expansión geográfica, hace unos 2,5-2,0 millones de años
C. La agricultura

2.-¿Cuáles fueron los caminos que siguió la evolución humana, a su parecer, desde el primer homínido africano hasta el actual Homo sapiens?

Los tres géneros Ardipithecus, Australopithecus y Homo son las tres mesetas adaptativas básicas. En cada meseta hubo limitada especiación y diversidad de especies. El linaje que llevó a los humanos fue, en su mayor parte, africano.

3. ¿Cómo se organiza el trabajo en una excavación paleontológica?

En realidad depende de la cuestión y del sitio que se investiguen. Puede variar desde muy grande, como el proyecto del Awash Medio, en el que han participado unas 800 personas en los últimos treinta años, hasta una pequeña cata en una cueva.

4.-¿Cuáles han sido sus experiencias más satisfactorias en el trabajo de campo?

Hallar la evidencia que estamos buscando. Me encanta el trabajo de campo en África, especialmente colaborar con personas de diferentes culturas y diferentes ciencias.

5. ¿Qué sabemos por ahora sobre el Ardipithecus ramidus? ¿Puede usted resumir los hallazgos más importantes sobre su anatomía, su conducta y su entorno?

La mejor fuente sobre esto es el sumario de los autores que escribimos en Science para el artículo de recapitulación en la serie de once artículos publicados el pasado octubre. Es un homínido primitivo bípedo, de cerebro pequeño, caninos reducidos y pies prensiles, que ingería una dieta omnívora en un hábitat arbolado en África hace 4,4 millones de años.

6. ¿Es el Ardipithecus el “primer antepasado” más probable del linaje humano?

Sí, yo creo que de este género surgió el Australopithecus, aunque es demasiado pronto para saber exactamente de qué especie del género.

7.-¿Cuál es su opinión sobre el Sahelanthropus tchadensis?

Es claramente un miembro de la familia de los homínidos, y claramente pertenece al género Ardipithecus. Su cráneo es sorprendentemente similar al del Ardipithecus ramidus, como lo es su dentición.

8. Nos hemos fijado en que el artista Jay Matternes aparece como coautor de uno de los artículos sobre el Ardipithecus en “Science”. ¿Cómo fue la colaboración entre Matternes y el equipo de investigación durante la preparación de las reconstrucciones artísticas del Ardipithecus ramidus?

Donde mejor se ve esto es en el documental “Descubriendo a Ardi”, producido para el Canal Discovery. Trabajó con nosotros desde el principio en la reconstrucción de las partes que no podíamos restaurar y en la visualización del esqueleto completo.

9. A la vista de la anatomía del Ardipithecus, ¿piensa usted que las reconstrucciones del Australopithecus y el Paranthropus deberían mostrar un tórax humanoide en lugar del tórax antropoide, en forma de embudo, que les atribuyen muchas ilustraciones recientes?

Sí, pero no necesariamente en vista de la anatomía del Ardipithecus. El tórax en forma de embudo de los antropoides modernos no se ha hallado en los restos óseos de Australopithecus, así que las reconstrucciones que muestran esta clase de tórax son simplemente incorrectas, y confían demasiado en los antropoides modernos y prestan demasiado poca atención a los fósiles. Pronto habrá aún más evidencia fósil sobre esta cuestión; y esto es todo lo que puedo decir por ahora.

10. ¿Cuál fue en su opinión la principal presión selectiva en la evolución de la locomoción terrestre bípeda en el Ardipithecus?

Tuvo que ver con el acarreo y con la aptitud reproductiva, así que son las ideas de Lovejoy las que encuentro que más apoya la preponderancia de la evidencia disponible.

11. ¿Qué ventajas pudo tener en comparación con la locomoción terrestre cuadrúpeda de los babuinos y otros monos del Viejo Mundo, especialmente si consideramos que estos monos se mueven con eficiencia en los árboles y sobre el terreno y son capaces de manipular muy diestramente alimentos con sus manos?

No se trata de manipular alimentos, se trata de TRANSPORTAR estos alimentos a largas distancias en comparación con lo que hacen cualesquiera otros primates. Ahí es donde entró la selección natural.

12. Una crítica reciente de su interpretación del antiguo ambiente de Aramis afirma que el área no estaba cubierta por extensos bosques, sino que en lugar de esto habría sólo retazos de arboleda ribereña, parte de un mosaico de ambientes comparables a las sabanas de hoy. ¿Qué opina usted de esto?

Estos geoquímicos isotópicos han elegido deliberadamente los conjuntos más ambiguos de datos [isótopos del suelo y fitolitos], sesgado sus interpretaciones de estos datos, ignorado las obvias diferencias entre “entorno” y su subconjunto “hábitat”, y colaborado estrechamente con los medios locales de su universidad para hacer creer deliberada y falsamente que habíamos reconstruido a Ardi viviendo en un bosque sin pastos. Aun una lectura rápida de nuestras publicaciones originales y nuestra respuesta muestra no sólo que que han falseado lo que publicamos, sino también que sus propias conclusiones son incompatibles con los más amplios conjuntos combinados de datos pertinentes a la paleoecología que hay para cualquier sitio del Plioceno africano.

En 1994 publicamos en Nature (cuando empezábamos a acumular esos conjuntos de datos que representan múltiples líneas de evidencia independientes) que el Ardipithecus era un homínido y que ocupaba un terreno arbolado. Estos oponentes no cuestionaron directamente esos hallazgos durante más de quince años tras la publicación de las conclusiones. Sin embargo, ambos grupos siguieron publicando extensamente que el Ardipithecus era un antropoide (S.) y que los homínidos primitivos surgieron en sabanas (Cerling et al.). Así que las réplicas de Sarmiento y de Cerling et al. eran absolutamente predecibles sobre la base de que sus posiciones, largamente sostenidas, habían sido perturbadas por la publicación el pasado octubre de datos mucho más diversos y detallados.

Eligieron centrarse en los estudios de isótopos estables y los datos de fitolitos presentados en nuestro artículo y suplemento de Science. No presentaron nuevas ideas ni nuevos datos.

Mi hipótesis es que estos autores parecen tan decididos a ignorar todos los otros y aún más relevantes datos relativos a este primate y su hábitat porque encuentran los datos de Aramis y el Ardipithecus muy amenazadores para sus inveteradas y frecuentemente publicadas opiniones. No es diferente del caso de algunos geólogos que rechazaron la evidencia en favor de la deriva continental o el impacto asteroidal K-T aun después de que esa evidencia hubiese devenido abrumadora.

¿Cuál es la evidencia más DIRECTA acerca del hábitat del Ardipithecus, las ‘pistolas humeantes’ de la elección de hábitat de este primate?

1. La anatomía y proporciones de los dientes
2. El desgaste microscópico de los dientes
3. Los isótopos del esmalte
4. El aparato masticatorio
5. Las adaptaciones locomotrices, en particular manos, pies, pelvis

Este primate estaba mejor adaptado a masticar alimentos blandos, poco abrasivos, que cualquier otro homínido jamás hallado. Este primate estaba mejor adaptado a trepar a los árboles que cualquier otro homínido jamás hallado. Conocemos su dieta y conocemos el paisaje en el que consistentemente se hallan sus restos.

Luego, dados estos hechos biológicos, firmemente establecidos por los conjuntos de datos publicados el pasado octubre, ¿qué evidencia indirecta hay del hábitat en el que este primate moría más a menudo?
1. Los otros organismos con los que está asociado; tanto las especies que consistentemente se hallan con él como, lo que es aún más importante, la ABUNDANCIA RELATIVA de esas especies de:

A. Plantas. Abundantes madera y semillas fósiles, abundantes grandes moldes de raíces. Ya sabe los isótopos y los suelos y la sedimentología.
B. Animales. Está presente el abanico completo desde organismos pastadores, de campo abierto, hasta los de bosque cerrado, estos últimos numéricamente abundantes desde caracoles pasando por aves hasta mamíferos pequeños y grandes.

Cerling et al. afirman: “Se han recuperado en Aramis más especies de ungulados pastadores que de ungulados ramoneadores.” ESTO ES OFUSCACIÓN DELIBERADA. Ignoraron intencionadamente nuestra figura 5 del artículo sobre grandes mamíferos, en cuyo pie escribimos: “En la estructura trófica de la fauna basada en la lista de especies son abundantes las pastadoras y carnívoras, mientras que ramoneadores y frugívoros dominan cuando se incorporan los datos de número de especímenes identificables (NISP) y mínimo número de individuos (MNI)”. Veánse también los otros histogramas y diagramas de sectores, en los que es muy obvio que en la más amplia fauna conocida del plioceno africano vemos consistentemente esta firma de arbolado, no importa qué taxón o qué tipo de evidencia se use.

Sí, la presencia o ausencia de especies es importante, y con ella mostramos que en el entorno general había gran número de mamíferos pastadores y ramoneadores. PERO PARA DETERMINAR DÓNDE SE ENCONTRABA EL ARDIPITHECUS EN EL ENTORNO GENERAL, PARA ARROJAR MÁS LUZ SOBRE SU HÁBITAT, NECESITÁBAMOS AVERIGUAR CON QUÉ CLASE DE ANIMALES SE LE HALLABA MÁS FRECUENTEMENTE, Y AQUÍ LOS DATOS DE ABUNDANCIA RELATIVA SON ABSOLUTAMENTE CRÍTICOS. NOSOTROS PRESENTAMOS ESTOS DATOS PERO ELLOS DELIBERADAMENTE LOS IGNORAN (véanse los histogramas de grandes mamíferos, en particular los bóvidos, y la ecomorfología postcraneal de los bóvidos que muestra que la abrumadora mayoría de todos los especímenes y todos los elementos analizados están adaptados a sustratos de praderas no abiertas, otro hecho que estos autores IGNORAN).

Advierta que Cerling et al. ignoran todos estos datos en favor de un hábitat ribereño del cual no hay ninguna evidencia faunística o sedimentológica, todo lo cual intentan explicar por algún especulativo régimen de predación selectiva que hubo de aplicarse a todo el transecto natural de 7 kilómetros, pero que jamás se ha observado directamente ni evidenciado paleontológicamente. Y nunca se detienen a explicar exactamente qué ADAPTACIÓN BIOLÓGICA tenían los homínidos primitivos a estos entornos de sabana abierta. Probablemente, precisamente porque no hay ninguna evidencia de tal adaptación en el Ardipithecus (aunque sí la hay para el más tardío Australopithecus). Aramis no es tan sólo otro ejemplo ribereño de un homínido pliopleistocénico con una fauna tafonómica y ecológicamente mixta, y el Ardipithecus no es tan sólo otro Australopithecus.

En nuestras réplicas a estos críticos, no podíamos meramente repetir toda la voluminosa evidencia que ya habíamos PUBLICADO, en octubre, y que Cerling y compañía DELIBERADAMENTE OMITIERON en su esfuerzo por acomodar los datos NUESTROS que ellos SELECCIONARON para encajar en sus conclusiones PRECONCEBIDAS, MANIPULANDO nuestras palabras en el proceso. Por ejemplo, dondequiera que usábamos la palabra “bosque” en nuestro trabajo iba acompañada de “retazos” y de una descripción de qué evidencia teníamos exactamente de tales retazos de bosque. Pero en lugar de informar de esto, los críticos intentaron despistar a las audiencias científicas y públicas afirmando falsamente que situábamos al Ardipithecus en una selva, LO QUE NUNCA HICIMOS; en verdad, deliberada y explícitamente hicimos OTRA COSA.

Estamos de acuerdo en que había abundancia de gramíneas (vaya, nosotros publicamos los datos en favor de ello). Pero los abundantes monos colobinos y kudus de Aramis no pueden sobrevivir sólo de gramíneas (y no lo hicieron, según el microdesgaste, el mesodesgaste, los isótopos, la ecomorfología postcraneal). En Aramis hay escasez de organismos que SÍ pueden depender de gramíneas C4, por ejemplo los raros caballos y antílopes pastadores. Si estas gramíneas eran tan abundantes, su biomasa tan alta en el conjunto del hábitat del Ardipithecus, entonces ¿por qué son tan RAROS en el ensamblaje asociado con él los organismos que SE SABE que viven de ellas y las explotan dondequiera las hay?

Además, si el Ardipithecus dependía del hábitat de praderas abiertas ¿dónde está la evidencia? El primate no muestra evidencia alguna de una tal adaptación en su desgaste dental, anatomía o isótopos. Sí, los fitolitos y la isotópica del suelo muestran gramíneas. Sí, la isotópica del esmalte de los RAROS mamíferos pastadores muestra que había praderas en la vecindad. Y NO, jamás dijimos que esto fuera un bosque tropical de dosel cerrado, sino un terreno arbolado con pastos. Dijimos esto basándonos en el conjunto de la evidencia.

Algunos de los indicadores como los loros y los puercoespines de cola de cepillo y las firmas isotópicas de un dosel cerrado en dos monos colobinos sugieren retazos de bosque. Informamos de esto en los resúmenes de autor, en los textos y en la información suplementaria en cuatro de los once artículos. Algunos de los indicadores como los mucho más raros ungulados pastadores de pradera y los gerbos señalan claramente a praderas abiertas tipo “sabana”. Pero la abrumadora mayoría de la evidencia sedimentológica y paleontológica e isotópica sugiere que el paisaje DOMINANTE que el Ardipithecus ocupaba era arbolado. Las adaptaciones del organismo objeto de estudio, el Ardipithecus, indican lo mismo.

Los manuscritos que enviamos a Science incluían 600 páginas de datos, todos los datos, de todas estas líneas de evidencia. No los seleccionamos, no los sesgamos, y no creo que los malinterpretáramos. Ceiling et al. se plantearon esto con la intención de acomodarlos, post-hoc, a las ideas preconcebidas que han publicado repetidamente durante los últimos quince años. Se centraron en los datos de isótopos y fitolitos, malempleando deliberademente principios y términos ecológicos, e ignorando deliberadamente datos mucho más importantes que rechazan abrumadoramente sus ideas previamente publicadas.

Espero que esto aclare la respuesta publicada, que debería usted consultar también y puede también citar.

13. ¿En qué trabaja ahora?

Seguimos con el trabajo de campo y de laboratorio en el Awash Medio. También trabajamos muy intensamente con los gobiernos etíope, japonés, francés y estadounidense en la instalación de antiguo patrimonio etíope y equipo científico donado en una magnífica instalación nueva construída por Etiopía para albergar sus preciosos fósiles y artefactos. Esto incluye gestión, formación y relaciones con muchas diferentes comunidades ocupadas en la investigación de la evolución humana en todo el mundo.

Fuente: desdeelexilio.com

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