Prehistoria. Un pescador fue quien lo halló y lo entregó al museo histórico de Soriano
Un pescador de Nuevo Berlín, halló en aguas del río Uruguay, un hueso perteneciente a un Glosoterio extinguido hace unos 15 mil años. Un gigantesco habitante de la prehistoria uruguaya que causó sorpresa al pescador y ahora es materia de estudio.
Este tipo de perezosos gigantes, de gran tamaño y hábitos terrestres, estuvo emparentado con la especie Megatherium (o Megatério), del género Paramylodon que habitó América del Norte.
"El Glossotherium habitó las tierras de América del Sur, en el Pleistoceno que comenzó hace aproximadamente 2,5 millones de años y se extinguió hacia el final de éste, hace unos 12.000 años", explicó Aparicio Arcaus, responsable del museo Berro de la Intendencia de Soriano, que funciona en instalaciones del Castillo Mauá.
El cambio climático y la posible caza humana, redujeron drásticamente su presencia en estas tierras hasta su desaparición en el Holoceno (época más reciente del período cuaternario), refirió el historiador.
Arcaus consultó con técnicos del Museo de Historia Nacional, que llegaron a la conclusión que se trata de un húmero de Glosoterio, animal básicamente herbívoro que llegó a medir cuatro metros de largo y dos de altura.
Perteneciente al grupo de Xenarthro, poseía una composición corpulenta, de cabeza grande y cola larga y pesada. Con pies largos y garras envueltas, se ha comprobado recientemente que podía cavar cuevas e invernar en ellas.
Si bien no es la primera vez que aparecen piezas de este tipo, no hay más que recordar los hallazgos que se vienen estudiando en la zona del Sauce, donde también encontraron huesos de perezosos y también de Megaterios. Un pasado remoto que comienza a emerger en distintos puntos del país.
Pero ligado al descubrimiento está la persona que no sólo halló la pieza, sino que también se preocupó de preservar el hallazgo al intuir su alto valor histórico. No era un estudioso del tema, ni un educador. Nada de eso. Se trata de un modesto pescador artesanal que, incluso, llegó a rechazar dinero y prefirió entregar los restos al museo a cargo de la Intendencia de Soriano.
Luis Alberto Engle fue el pescador que, en Nuevo Berlín, encontró el hueso mientras recogía sus redes de pesca en el río Uruguay.
"Como todos los días fui con mi compañero a levantar el trasmallo (arte de pesca de tres redes) y pensé que los grampines se habían atracado, pero al hacer un poco de fuerza recogí con sorpresa esta pieza ósea de siete kilogramos", contó Engle a El País.
Dijo que le retiró algunas conchitas y caracoles que estaban adheridos al hueso. Desde el museo Berro le pidieron que lo conservara en la misma agua de río tal como fue encontrado.
El humilde pescador que vive en una precaria vivienda, contó a El País que no tiene inconvenientes en ceder la pieza para su estudio y negó el ofrecimiento de dinero a cambio de ella. "En los años que tengo como pescador nunca vi cosa igual. Me negué a cambiarla por dos mil pesos, como me ofrecieron, porque sé que tiene algún valor histórico", explicó.
Aparicio Arcaus explicó que este tipo de hallazgos "forman parte de nuestro patrimonio y a través de estas piezas se recupera información sobre la forma de vida de animales que vivieron en estos suelos".
El técnico mercedario dijo que aunque el vecino no done la pieza al museo, "es bueno que la entregue en préstamo a gente que sabe de esto, para que se estudie y luego el conocimiento sea socializado".
Un gigante perezoso
El Glossotherium (del griego "bestia lengua") pertenece al extinto género de los perezosos gigantes que habitaron América del Sur. Este gigante de hábitos herbívoros de alimentación, se extinguió hace unos 15.000 años, se cree que debido al cambio climático, o puede que también debido a los primeros cazadores humanos. Uno de los fósiles más antiguos se descubrió en el interior de Argentina.
Fuente: El País Digital
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