miércoles, 9 de abril de 2014

Descubren la causante del fin de los dinosaurios


Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) afirman haber encontrado evidencia que explica la mayor extinción de la vida en la Tierra producida en el período Pérmico-Triásico. De acuerdo a los científicos, este súbito final se produjo a causa de unos microrganismos que emiten metano y alteraron el clima, generando condiciones catastróficas para la vida.


Dado que se trata de una situación extrema de la situación que vivimos hoy, los científicos advierten un inminente riesgo para la humanidad. Los estadounidenses aseguran que el daño que en su momento generaron los microrganismos a través del metano, hoy se están generando a raíz de la acción humana, dando lugar al cambio climático en el que ya estamos inmersos.

¿Qué trajo el fin de la era de los dinosaurios?

Estos microrganismos, conocidos como microbios Methanosarcina, producen el gas metano, uno de los causantes del efecto invernadero y es el principal componente del gas natural (97% de concentración de metano). Si bien para poder observarse es necesario un microscopio, estas pequeñas partículas parecen ser la causante de lo que hasta ahora se adjudicaba a una lluvia de asteroides o explosiones volcánicas.

Los investigadores afirman que las evidencias son contundentes y abundantes, y estiman que en esa época se generó una explosión repentina de Methanorsacina en los océanos, y esto generó la liberación masiva de metano, lo que afectó letalmente el clima y el pH de los mares. Para generar esta liberación masiva, la Methanorsacina se alimentó del carbono orgánico y del níquel, generado por el gran número de volcanes del planeta, para su eclosión.
Las evidencias son de 3 tipos: geoquímica (aumento exponencial del dióxido de carbono en los océanos), genética (alteraciones de la Methanosarcina que les permitió producir metano mediante la acumulación de carbono orgánico) y el exceso de níquel depositada en los sedimentos en esa época.

El análisis de la genética microbiana
Los sucesos pudieron comprobarse gracias al análisis genómico de la Methanosarcina. Estos microrganismos lograron encontrar una manera muy rápida de crear metano que se debió a la transferencia de genes de otro microbio a finales del Pérmico.


Fue gracias a transferencia que los microbios pudieron expandirse rápidamente y consumieron así también la reserva de carbono orgánico presente en los sedimentos orgánicos. Sin embargo, si no hubiesen contado con la cuantiosa reserva de nutrientes minerales, tal explosión de metano jamás se hubiese producido, aseguran los científicos.


El níquel fue ese mineral, cuya abundancia pudo demostrarse a través del análisis de sedimentos en China y que ha generado un aumento drástico tras las erupciones de Siberia, generando el combustible para la explosión.

Mal augurio para la raza humana

Este proceso ha llevado a la explosión del metano a causa de los microbios, generando así un incremento de niveles de CO2 en los océanos y causando la acidificación del agua, es similar a la que hoy podría ocasionar el cambio climático producido por el hombre.


Estiman además que las emisiones de CO2 no reguladas a causa de la actividad humana está llevando a una alteración de la acidez de las aguas, lo que podría dar lugar a la extinción de los ecosistemas que hoy se conocen. De acuerdo con el grado de acidificación que hoy tenemos,  el Programa Internacional Geosfera-Biosfera estima que de seguir aumento esto llevaría a la desaparición del 30% de las especies marinas en 75 años.


Fuente: http://noticias.universia.es

Hallan fósil similar a un camarón de hace 520 millones de años


Científicos encontraron un fósil de una criatura similar a un camarón que vivió hace 520 millones de años con un corazón y vasos sanguíneos exquisitamente preservados, que representan el sistema cardiovascular más antiguo que se conoce.

Llamada ‘Fuxianhuia protensa’, la criatura era un artrópodo primitivo, un grupo de invertebrados con esqueletos externos que incluye a crustáceos como cangrejos, langostas y camarones así como a insectos, arañas y ciempiés.

El asombroso fósil, descubierto en la provincia de Yunnan, en el sudoeste de China, data de la "explosión cámbrica", un momento crucial en la historia de la vida en la Tierra, hace más de 500 millones de años, cuando aparecieron por primera vez los principales grupos de animales.

"Es un caso extremadamente raro e inusual que este sistema de órganos tan delicado pueda conservarse en uno de los fósiles más antiguos y con detalles exquisitos", dijo la paleontóloga Xiaoya Ma, del Museo de Historia Natural de Londres, una de las investigadoras del estudio publicado en la revista “Nature Communications”.

Las partes blandas del cuerpo del animal tienden a decaer después de la muerte, lo que significa que los fósiles normalmente conservan las partes duras como huesos, dientes y conchas. "Sin embargo, bajo circunstancias muy excepcionales, tejidos blandos y sistemas de órganos también se pueden conservar en fósiles", dijo Ma.

En el caso del ‘Fuxianhuia protensa’, el fósil muestra un corazón tubular en el medio del cuerpo y con un rico y elaborado sistema de vasos sanguíneos que iba hasta los ojos, antenas, cerebro y piernas del animal.

El sistema cardiovascular, que incluye el corazón y los vasos sanguíneos, es un órgano importante que permite que la sangre circule alrededor del cuerpo así como el reparto de oxígeno y nutrientes. La mayoría de los animales tienen este sistema, aunque otros sin cuerpo real como las medusas o los gusanos planos carecen de él.

PARECIDO CON ESPECIES ACTUALES

Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la evolución de la organización del cuerpo de los animales y muestra que incluso las primeras criaturas se parecen a sus parientes vivos en la actualidad, dijeron los investigadores.

“Esto muestra que hace ya unos 520 millones de años se había desarrollado un sistema de este tipo con una complejidad considerable, especialmente con respecto a la rica vascularización en la cabeza”, dijo el neurocientífico de la Universidad de Arizona Nicholas Strausfeld, otro de los investigadores.
“Esto sugiere que el cerebro de estas especies requería un buen suministro de oxígeno para su funcionamiento", agregó.

El ‘Fuxianhuia protensa’ medía hasta aproximadamente 11 centímetros de largo, estaba cubierto por un exoesqueleto, poseía numerosos pares de patas y tenía una "cabeza escudo" similar a las que pueden verse en los camarones.

Tenía pares de antenas y ojos que podían rotar para permitirle ver en distintas direcciones, dijeron los científicos. Abundante en mares pocos profundos, probablemente nadaba y caminaba por el fondo marino, dijeron. No está claro si fue un depredador activo o un carroñero.



Fuente: http://elcomercio.pe