miércoles, 13 de junio de 2012

Descubren en Castellón restos fósiles del último marsupial europeo

 
Científico españoles han descubierto en la Cuenca Ribesalbes-Alcora (Castellón) los restos fósiles de 'Amphiperatherium frequens', considerado el último marsupial europeo, extinguido hace 14 millones de años.

   El trabajo, publicado en la revista 'Comptes Rendus Palevol', presenta la primera descripción de restos fósiles en España de este marsupial del que sólo se habían documentado restos en Europa Central, donde, según han explicado los expertos, las condiciones ambientales durante el periodo Mioceno --en el que se data esta especie-- eran más húmedas.

   Precisamente, la región de Ribesalbes-Alcora es una de las regiones más húmedas de la Península Ibérica, aunque no tanto como las otras localidades europeas donde se han localizado restos de Amphiperatherium. Los científicos han indicado que estas condiciones climáticas explicarían la presencia de este marsupial en los yacimientos de Castellón, así como el hecho de que sea más escasa que en los yacimientos europeos más al norte.

   Los restos de 'Amphiperatherium frequens' son 9 piezas de entre unas 200, cantidad que supone una parte muy pequeña de los fósiles que se han recuperado, según los científicos.

   Gran parte de los restos de 'Amphiperatherium frequens' documentados en Europa se encuentran en yacimientos de hace entre 17 y 15 millones de años, coincidiendo con el Óptimo Climático del Mioceno medio, cuando Europa tenía un clima mucho más cálido y húmedo que el actual. La extinción de esta especie, hace unos 14 millones de años, coincide con el cambio climático que trajo temperaturas más frías y cambios en la vegetación.

   Los marsupiales, grupo de mamíferos al que pertenecen los canguros o los koalas, y que actualmente sólo se encuentran en Australia y algunas regiones de América, vivieron también en África, Asia y Europa hace millones de años.

   El trabajo está firmado por los investigadores Marc Furió del Instituto Catalán de Paleontología  Miquel Crusafont; Francisco J. Ruiz-Sánchez, Vicente D. Crespo y Plinio Montoya, de la Universidad de Valencia, y Matthijs Freudenthal, de la Universidad de Granada.

Fuente:  europapress.es

viernes, 8 de junio de 2012

Muere en Sudáfrica el gran paleoantropólogo Phillip Tobias


Autoridad mundial en materia de la evolución humana y estudio de fósiles de homínidos, murió el jueves a los 86 años en Johannesburgo, anunció la Universidad de Witwatersrand

El paleoantropólogo sudafricano Phillip Tobias, autoridad mundial en materia de la evolución humana y estudio de fósiles de homínidos, murió el jueves a los 86 años de edad en Johannesburgo, anunció la Universidad de Witwatersrand.

Oficialmente jubilado desde 1993 pero todavía muy activo, Philipp Tobias fue uno de los pioneros de los estudios en sitios con presencia de homínidos fósiles, en especial las grutas de Sterkfontein (noroeste de Johannesburgo), catalogadas en el patrimonio de la UNESCO.

En este lugar se descubrió el "Little foot", el más antiguo y completo de los esqueletos de australopitecos jamás descubierto y cuya datación lo hace remontarse a más de 4 millones de años.

Nacido en Durban el 14 de octubre de 1925, Tobias conservó hasta el fin de su vida la curiosidad intacta e ilimitada por la genética, la historia y la teología.

Hombre de ciencia, Philipp Tobias era admirado por sus estudiantes y también apreciado por sus cualidades humanas y su talento de pedagogo.

En 2002, animó una serie televisiva de éxito sobre la genética, la anatomía y la primatología.

Estudiante de medicina en 1944, Phillip Tobias se orientó hacia la genética, enseñó fisiología e historia antes de especializarse en antropología, genética humana, anatomía dental y evolución.

En colaboración con Louis Leakey (1903-1972) y John Napier, identificó, describió y dio nombre a la especie Homo habilis, anunciada en la revista Nature en 1964, y ancestro del Homo sapiens sapiens.

Estas investigaciones se llevaron a cabo sin el más mínimo apoyo de las autoridades del apartheid, por lo que fueron años "muy difíciles", dijo en una entrevista a la AFP en 2006.

Tobias ironizó discretamente sobre quienes eligieron combatir el régimen nacionalista y racista sudafricano desde el extranjero, mientras él prefirió hacerlo desde el interior.

El paleoantropólogo encabezó en nombre de Sudáfrica las negociaciones con Francia para repatriar en 2002 los restos de la "Venus hotentote", una mujer de origen bushmen, llamada Saartje Bartmann, que fue llevada a inicios del siglo XIX a Europa como objeto de curiosidad etnológico y sexual, y disecada tras su muerte por el Museo del Hombre en París.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com

miércoles, 6 de junio de 2012

La evolución de las aves acabó con el reino de los insectos gigantes


Un ala fósil de un insecto gigante, que mide nada menos que 19,5 centímetros - Foto: Foto: WOLFGANG ZESSIN/UC SANTA CRUZ

Los insectos gigantes que reinaron en la Tierra cuando la atmófera era rica en oxígeno fueron reduciendo su tamaño, para ganar en maniobrabilidad, hace alrededor de 150 millones de años.

Los insectos alcanzaron su mayor tamaño hace 300 millones de años, durante el Carbonífero y el Pérmico. Aquel fue el reinado de las libélulas depredadoras gigantes, con una envergadura de hasta 70 centímetros. La teoría más aceptada atribuye su gran tamaño a altas concentraciones de oxígeno en la atmósfera (más del 30 por ciento, comparado con el 21 por ciento actual), lo que permitió a los insectos gigantes tomar suficiente oxígeno a través de sus pequeñas vías respiratorias.

Matthew Clapham, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de California, en Santa Cruz, y el estudiante Jered Karr, compilaron un conjunto de datos enorme sobre la longitud de las alas de insectos fósiles y, a continuación, analizaron el tamaño de los insectos en relación con los niveles de oxígeno, en los cientos de millones de años de evolución de los insectos.

"El tamaño de los insectos prehistóricos se relaciona con la cantidad de oxígeno existente en un período de 200 millones de años", afirma Clapham, quien añade que, "entonces, al final del Jurásico, y principios del período Cretácico, hace unos 150 millones de años, el oxígeno aumentó pero el tamaño del insecto disminuyó -lo cual coincide muy notablemente con la evolución de las aves".

Con las aves rapaces presentes, la necesidad de maniobra se convirtió en una fuerza impulsora en la evolución de los insectos voladores, lo que favoreció un menor tamaño corporal. Los hallazgos se basan en un análisis bastante sencillo, afirma Clapham, aunque obtener los datos fue una tarea laboriosa. Los científicos recopilaron datos de más de 10.500 fósiles de insectos. Para registrar las concentraciones de oxígeno atmosférico a través del tiempo, los investigadores se basaron en el modelo atmosférico "Geocarbsulf".

El estudio proporciona poca evidencia sobre el efecto en el tamaño de los insectos de los pterosaurios, reptiles voladores que evolucionaron en el Triásico, hace unos 230 millones de años. Había insectos más grandes en el Triásico que en el Jurásico, después de que los pterosaurios aparecieran. Sin embargo, una brecha de 20 millones de años en el registro fósil de insectos hace que sea difícil saber cuándo cambió el tamaño del insecto.

Otra transición en el tamaño del insecto ocurrió más recientemente, al final del período Cretácico, hace entre 90 y 65 millones de años. Sin embargo, una vez más, la escasez de fósiles hace que sea difícil realizar un seguimiento de la disminución del tamaño de los insectos durante este período, y varios factores podrían ser los responsables -como la continua especialización de las aves, la evolución de los murciélagos, y una extinción masiva al final del Cretácico. Clapham concluye que es una combinación de factores ecológicos y ambientales la que determina el tamaño del cuerpo de los organismos.

En la imagen, se muestra un ala fósil de un insecto gigante, que mide nada menos que 19,5 centímetros, aunque se calcula que hubo insectos con alas de 30 centímetros.

Fuente: http://www.larazon.es

El cráneo de las pájaros modernas corresponde al de dinosaurios jóvenes

El cráneo de las pájaros modernas corresponde al de dinosaurios jóvenes

La forma del cráneo aviario es un tipo adulta de los cráneos juveniles de los Terópodos, un amplio grupo de dinosaurios bípedos y carnívoros. Así lo asegura un estudio firmado por un cuadro internacional de científicos en el que participan paleontólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Un estudio divulgado en la revista Nature comprueba que el cráneo de las pájaros modernas surgió a través de una secuencia de episodios asociados al acortamiento de las trayectorias de progreso en dinosaurios carnívoros (terópodos). Este fenómeno, recordado como pedomorfosis, involucra que la forma del cráneo aviario es —en términos generales— un tipo adulta de los cráneos juveniles de sus ancestros dinosaurianos.

Para arribar a esta conclusión, un cuadro multidisciplinar de científicos utilizó una serie de técnicas digitales y estadísticas de medición de la forma prestigiadas como técnicas de morfometría geométrica. Gracias a estas técnicas fue factible comparar la muestra más enteramente completa recogida hasta la fecha de embriones juveniles y adultos de dinosaurios, tanto fósiles como actuales —considerando a las pájaros como dinosaurios frescos—.

El estudio comprueba que aspectos físicos de las pájaros modernas tan familiarizados como el tamaño corporal reducido, los descomunales ojos y los intelectos globosos (encefalizados), son el resultado de como minimo cuatro episodios sucesivos de acortamiento en el progreso normal (desde el estado de embrión al estado adulto) de sus ancestros los terópodos.

Esto explica que los dinosaurios más primitivos tuvieran secuencias de progreso más largas que la de sus descendientes; acortamiento en tiempo de progreso que es enormemente evidente en las pájaros.

Cuatro etapas de transformació

Jesús Marugán, de la Unidad de Paleontología de la UAM y firmante del artículo, explica que el inicialmente de los cuatro episodios de acortamiento en el progreso de los Terópodos subraya un giro en la morfología general del cráneo: “Más cuadrangular en las especies más basales o primigenias, como el arcosauromorfo Euparkeria, hacia morfologías craneales con cráneos más ligeros y estrechos, como el tiranosaurido Guanlong”.

“La segunda etapa es ya el principio de la disminución de la secuencia de progreso asociada a un acortamiento de la cara: el emblemático Archaeopteryx, el género de pájaros más primitivo que conocemos. Al mismo tiempo de la disminución enérgica del tamaño corporal, a partir de esta etapa aparecerían los rasgos más distintivos de las pájaros: su pico, la cefalización y el progreso de las órbitas”, añade el investigador.

Como constata el artículo, son precisamente estos rasgos que se van acentuando sucesivamente hacia las pájaros modernas (reducción en talla y progreso cefálico) los que fueron decisivos en el procedimiento evolutivo que configuró el control mecánico y neuronal ineludible para perfeccionar el vuelo.

Para los investigadores este hallazgo no solamente es otra evidencia paleobiológica de que las pájaros son dinosaurios. Como resaltan, es así mismo “una demostración de que las claves para desentramar la naturaleza de los componentes evolutivos radican en estudios integrados, comparando especies extintas con sus especies descendientes vivas que habitan hoy el planeta”.

Desarrollo y transformación

La conexión entre las alteraciones en la secuencia del progreso (desarrollo embrionario) y el surgimiento de originalidades evolutivas en el tiempo, es un hecho largamente aceptado en biología. Esta conexión entre progreso y transformación queda divinamente enmarcada en la frase: “Ontogenia recapitula Filogenia”, iniciativa por el filósofo y biólogo alemán Ernst Haeckel en 1892, y conocida como “teoría de la recapitulación”.

Esta teoría sostiene que el progreso embrionario de cada especie (ontogenia) refleja la historia evolutiva de esta especie (filogenia); o, lo que es lo mismo: que cada uno de los etapas que el individuo de una especie atraviesa a lo largo de su progreso embrionario representa una de las formas adultas que apareció en su historia evolutiva.

Además de especialistas de la Unidad de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el cuadro de investigación que firma el estudio abarca a embriólogos de la Universidad de Harvard (EE UU) y a paleontólogos de las universidades de Texas y Nueva York y del Museo Americano de Historia Natural (EE UU).

Fuente: http://www.pysnnoticias.com

martes, 5 de junio de 2012

El día que casi todo murió en la Tierra


¿Recuerda aquella vez que el 90% de la vida en la Tierra fue eliminada? Yo tampoco…. pero fue algo bueno, porque de lo contrario, ninguno de nosotros estaría aquí. Sin embargo, la extinción de finales del Pérmico -también conocida como la Gran Mortandad- fue en gran medida una crisis real para la vida en la Tierra hace 252 millones de años. Esto hace que la extinción KT de los dinosaurios parezca un día agradable en comparación, y es, literalmente, el evento más catastrófico que sabe alguna vez ha sucedido sobre la vida terrenal. Por suerte para nosotros (y para casi todas las especies que han surgido desde entonces) la situación finalmente se solucionó. Pero, ¿cuánto tiempo llevará que se repita?

La extinción del Pérmico fue una tormenta perfecta de eventos geológicos que dieron lugar a la desaparición de más del 90% de la vida en la Tierra; tanto en tierra como en los océanos. O mejor dicho, Oceáno,  ya que en ese momento la masa terrestre de la Tierra se habían reunido en un enorme continente  denominado Pangaea  y por lo tanto solo existía un océano, conocido como Panthalassa. Una combinación de mayor actividad volcánica, calentamiento global, lluvia ácida, acidificación del océano y anoxia, sumado a la pérdida de hábitats marinos poco profundos (debido a la gran continente único) estableció una serie de extinciones que casi dejo la pizarra biológica de nuestro planeta limpia.

Exactamente por qué se produjo el evento y cómo volvió la Tierra a un estado en el que la vida podría prosperar una vez más está siendo debatido por los científicos, pero ahora se ha estimado que el proceso de recuperación tomó alrededor de 10 millones de años.

La investigación realizada por el Doctor Zhong-Qiang Chen, de la Universidad China de Geociencias en Wuhan, y el profesor Michael Benton de la Universidad de Bristol, Reino Unido, muestra los repetidos fracasos en las condiciones en la Tierra durante un periodo de 5 a 6 millones de años después de la primera ola de extinciones. Parece que cada que la vida comenzaba a recuperarse dentro de un nicho ecológico, una nueva ola de calamidades ambientales se avecinaba.

“La vida parecía estar volviendo a la normalidad cuando la crisis golpeaba  y volvía a colocarlo todo como al principio”, dijo el profesor Benton. “Las crisis de carbono se repitieron muchas veces y, finalmente, las condiciones volvieron a la normalidad después de cinco millones de años más o menos.”

No fue hasta que la severidad de las crisis disminuyó gradualmente que la vida pudo comenzar a recuperarse y reconstruir los ecosistemas de la Tierra. Nuevas formas de vida aparecieron, aprovechando nichos abiertos como punto de apoyo en un mundo nuevo. Fue entonces cuando muchos de los ecosistemas que vemos hoy hicieron su aparición, y abrieron la puerta para el surgimiento de las más famosas criaturas prehistóricas: los dinosaurios.

“El evento había vuelto a establecer la evolución”, dice  Benton. “Sin embargo, las causas de la muerte (el calentamiento global, la lluvia ácida, la acidificación de los océanos) son algo extrañamente familiar para nosotros hoy  en día. Tal vez podamos aprender algo de estos eventos antiguos. “


El equipo de investigación publicó un artículo en el 27 de mayo en la revista Nature Geoscience
Más información directamente desde la Universidad de Bristol
Autor: Jason Major
Enlace original: When everyrhing on Earth died


Fuente:http://es.paperblog.com