miércoles, 14 de mayo de 2014

Hallan en Argentina un nuevo dinosaurio diplodócido con poderosa “cola de látigo”

Según se publica en el último número de la revista Plos ONE, paleontólogos argentinos han descubierto restos de un diplodócido (como también se conoce a los brontosaurios, término caído un poco en desuso en la comunidad científica) en la zona de Bajada Colorada, en la Patagonia Norte.                


                                                               Recreación artística obra de Jorge A. González

La familia de los brontosaurios es uno de los iconos de la Prehistoria, dinosaurios de una veintena de metros con interminables cuellos y largas colas que hemos visto en cientos de dibujos y entre cuyas mastodónticas patas pasaban sobre una moto los protagonistas de Parque Jurásico. Por sus dimensiones son de los animales más conocidos y carismáticos junto con el temido Tiranosaurio Rex o los peculiares Triceratops.

 Si han llegado a ser tan representativos los enormes diplodocus o los apatosaurios es gracias a que el filántropo Andrew Carnegie distribuyó el siglo pasado numerosos esqueletos completos a los principales museos del mundo. En Norteamérica abundan los restos de brontosaurios, que vivieron en el Jurásico Superior –hace entre 144 y 200 millones de años-  y también se ha hallado restos en España y en África. Sin embargo, no había constancia de su presencia en América del Sur.

 Según se publica en el último número de la revista Plos ONE, paleontólogos argentinos han descubierto restos de un diplodócido (como también se conoce a los brontosaurios, término caído un poco en desuso en la comunidad científica) en la zona de Bajada Colorada, en la Patagonia Norte. Este dinosaurio es considerado como el último representante de esta familia encontrado hasta la fecha y el primero hallado en la mitad sur del continente americano. “Es imposible asegurar que fue el último espécimen en extinguirse, pero sí sabemos que es último diplodócido que vivió del que tenemos registro”, afirma a EFE Futuro Pablo Ariel Gallina, autor principal del artículo, que trabaja en el Área de Paleontología de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” (CEBBAD, CONICET), de la Universidad Maimónides de Buenos Aires (Argentina).

El nuevo dinosaurio ha sido bautizado como Lainkupal laticauda. En idioma mapudungún o mapuche “Leinkupal” significa “familia que desaparece” ya que el hallazgo corresponde al último representante de la familia de los diplodócidos; y “laticauda”, que en latín significa “cola ancha”, hace referencia a esta característica tan particular de este dinosaurio. “Existen dos diferencias fundamentales con otros brontosaurios. Una es el ancho relativo de las vertebras de la base de la cola, lo que nos dice que este dinosaurio poseía una importante musculatura caudal que le permitía realizar movimiento laterales con mucha más precisión y fuerza que otros diplodócidos.

 Ya se ha propuesto previamente que los diplodócidos poseían una larga cola con importante musculatura que le permitía realizar movimientos en forma de látigo como herramienta defensiva. Esta condición está mucho más desarrollada en este nuevo diplodócido (ver recreación artística). La otra diferencia es el tamaño total de este dinosaurio que no supera los 9 metros de largo, frente al resto de los diplodócidos que superan ampliamente los 20 metros de longitud”, explica Gallina a esta agencia de noticias.

Fuertes músculos


                                                               Árbol genealógico obra de Carlos Papolio

El secreto de la letal cola del Lainkupal reside en que, además de ancha, estaba neumatizada, es decir, que posee cavidades donde alojaba sacos con aire e insertaba fuertes músculos que le permitían dar esos poderosos coletazos laterales, de un modo aún más marcado que el de otros dinosaurios similares.

Aunque no había pruebas hasta ahora de que esas tierras argentinas hubieran sido escenario de la vida de un diplodócido, “sí sabíamos –comentan los autores- de algunos de sus parientes lejanos. Por ejemplo, los rebaquisáuridos con sus hocicos anchos y los dicreosáuridos con sus lomos espinosos, los parientes más cercanos de los diplodócidos”.

Durante el Jurásico los dinosaurios saurópodos alcanzaron tamaños colosales en todo el globo, pero en forma independiente. Su distribución geográfica estaba influenciada por el clima, particularmente por el vasto desierto extendido entre Sudamérica y África: el desierto de Gondwana Central. Este ambiente habría aislado a las faunas del sur de Gondwana de aquellas de más al norte desde el Jurásico. La región de la que proceden los fósiles patagónicos de principios del Cretácico era parte de una faja subtropical seca con inviernos húmedos, extendida entre los 30° y 40° de latitud. Su correspondiente en el hemisferio norte abarcaba el centro de Norteamérica y la franja europea inundada por el mar de Tethys.


Valoración
      
               
                              Afloramientos de la Formación Bajada Colorada desde el sitio fosilífero (foto de los autores).

“Una de las mayores satisfacciones de un paleontólogo es identificar en los fósiles algo que contradice, matiza o amplía lo ya conocido ya que, como en el resto de las disciplinas científicas, esto produce como resultado que, automáticamente, todos nos volvemos un poquito más sabios y conocemos mejor la historia de la vida en el planeta”, afirma Francisco Ortega, del Grupo de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Educación a Distancia  tras conocer el trabajo de sus colegas argentinos.

“Muchos de los aficionados a la paleontología de dinosaurios –continúa Ortega- serán capaces de relacionar algunos de los saurópodos diplodócidos más populares, como Diplodocus o Apatosaurus, con los yacimientos del Jurásico Superior  (hace unos 150 millones de años) de América del Norte.

Probablemente muchos menos tengan en mente que estos diplodócidos también vivieron en ese momento en Europa y África, pero muy pocos no profesionales serían conscientes de su ausencia en América del Sur y de lo relevante que esto era para explicar la historia evolutiva del grupo.

 Bueno, pues ya no es necesario que piensen en ello tras el anuncio de Pablo Gallina y colaboradores de que han identificado en el Cretácico Inferior los restos del primer dinosaurio saurópodo diplodócido conocido en América del Sur. Esto extiende el registro conocido del grupo en dos direcciones. Por una parte, lo sitúa en un territorio que no tenía porque serle extraño: hay diplodócidos en territorios vecinos y no son raros los parientes cercanos del grupo en América del Sur.

Pero, por otra parte, nos muestra por primera vez que los diplodócidos, y en este caso formas muy cercanas al propio Diplodocus, fueron capaces de sobrevivir en Patagonia a la desaparición de todos sus parientes cercanos en el resto del mundo. Demos, por tanto, la bienvenida a Leinkupal laticauda, el diplodócido que sobrevivió en Patagonia a sus parientes más cercanos y que hoy nos desvela está pequeña parte de la historia del planeta”.


Fuente: efefuturo.com

"Pinocho rex", un nuevo tiranosaurio de nariz alargada descubierto en China

                            

                                       "Pinocho rex", un nuevo tiranosaurio de nariz alargada descubierto en China

"Pinocho rex", un nuevo tipo de tiranosaurio de 66 millones de años y nariz alargada, ha sido descubierto en una excavación en el sur de China por científicos de la Universidad escocesa de Edimburgo, informó hoy esa institución.

Se trata de un feroz carnívoro de nueve metros y una tonelada de peso, primo del temible "tiranosaurio rex", cuyo hocico era un 35 por ciento más alargado que otros dinosaurios de su tamaño y que vivió en Asia durante el periodo cretácico (desde hace 144 millones de años hasta hace 65 millones de años).

Su esqueleto fue encontrado intacto y muy bien conservado por un grupo de obreros en una calle en construcción cerca de la ciudad de Ganzhou, al sur de China.ç

"Tenía la sonrisa con dientes del 'tiranosaurio rex', pero su hocico era largo y delgado, con una hilera de cuernos en la parte superior", explicó Steve Brusatte, de la Universidad de Edimburgo.

"Podría haber parecido un poco cómico, pero hubiera sido tan mortal como cualquier otro tiranosaurio y tal vez incluso un poco más rápido y sigiloso", añadió el investigador, quien decidió apodarlo "pinocho" por su nariz aunque su nombre oficial es "Qianzhousaurus sinensis".

Sus dientes más delgados y el esqueleto más ligero ha llevado a los científicos a deducir que "pinocho rex" cazaba criaturas más pequeñas, como lagartos y dinosaurios con plumas.

Sin embargo, los investigadores no saben todavía por qué tenía la nariz tan alargada, aunque intuyen que debía tener una forma distinta de cazar.

"La imagen icónica de los tiranosaurios es el 'tiranosaurio rex', el más grande, el más sanguinario de todos. Pero esta nueva especie era más ligera, menos musculosa. Rompe los moldes. Quizá tenía una mordedura más rápida y cazaba de otra manera", afirmó Brusatte.

Los científicos de la Universidad de Edimburgo sostienen que varios tipos de tiranosaurios vivieron en Asia durante el periodo cretácico, como el "tarbosaurus", un carnívoro de trece metros que tenía una mandíbula tan fuerte que era capaz de machacar los huesos de grandes herbívoros.

Fuente: EFE

lunes, 12 de mayo de 2014

Completan un esqueleto de Ceratosaurus portugués


Un equipo de investigadores hispano-luso, del que forma parte la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha identificado nuevos restos óseos de un ejemplar de dinosaurio 'Ceratosaurus' en Portugal. Con este descubrimiento se completa un esqueleto que se había identificado en el año 2000 por investigadores del Museo de Lourinha (Portugal).

   Según han explicado los expertos, hace catorce años, el Museo de Lourinha identificó los huesos, hallados en la región costera de Torres Vedra, como los restos de esta especie carnívora. Años después, sería un aficionado a la arqueología el hallaba en la misma región otros huesos. Pero no ha sido hasta ahora, cuando este particular ha decidido donar sus huesos al museo, que se ha sabido que los restos son parte del mismo animal.

   Gracias a la unión de estos dos hallazgos se ha podido obtener el "registro más completo de un 'Ceratosaurio' en la península ibérica", según ha explicado uno de los científicos de este estudio, Francisco Ortega. Además, la suma de todos los fósiles, que datan del Jurásico Superior -hace unos 140 millones de años-, representa el registro más completo del género fuera de América del Norte.

   Los resultados de la investigación, publicada en la revista 'Historical Biology', muestran las diferencias que existen entre los ejemplares portugueses y las formas norteamericanas de 'Ceratosaurus', como por ejemplo la fusión de los huesos de la tibia y el tobillo.

EL SALTO EVOLUTIVO EN EL ATLÁNTICO NORTE

   El 'Ceratosaurus' fue un carnívoro bípedo, bastante primitivo en la historia evolutiva de los dinosaurios terópodos. Los ejemplares adultos podían alcanzar hasta seis metros de longitud y pesar cerca de media tonelada. "Su abundancia en el registro norteamericano ha hecho que este terópodo, provisto de un pequeño cuerno en la parte anterior del rostro, sea uno de los dinosaurios más populares para el público", ha destacado Ortega.

   El nuevo trabajo da pistas sobre cómo hace más de 150 millones de años la aper
tura del Atlántico Norte marcó la evolución de esa especie, al diferenciarse y extenderse un mismo ejemplar jurásico en lo que hoy son dos continentes con miles de kilómetros de distancia.

   "El estudio proporciona nuevas pruebas de que la distribución de 'Ceratosaurus' incluía no solo el territorio que corresponde actualmente a América del Norte sino también Europa", ha subrayado Elisabete Malafaia, autora principal del trabajo.

   En este sentido, en las últimas décadas se viene reconociendo una gran semejanza entre determinados grupos de dinosaurios del Jurásico Superior del oeste norteamericano y los dinosaurios de la península ibérica, en especial, los de la cuenca lusitánica portuguesa.

Fuente: europapress.es